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Actividad Integradora I.


Enviado por   •  2 de Febrero de 2016  •  Prácticas o problemas  •  1.073 Palabras (5 Páginas)  •  247 Visitas

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Universidad Autónoma de Nuevo León

Preparatoria #25

Dr. Aguirre Pequeño

Actividad integradora

Biología 1

María Guadalupe Torres Morales

¿Afecta el ejercicio a la frecuencia cardiaca?

Introducción

Precisamente controlar el pulso y, por lo tanto, la frecuencia cardiaca es algo que deberíamos hacer de manera más o menos habitual en la vida normal, puesto que cualquier desviación en estas mediciones puede ser uno de los síntomas para sufrir distintas enfermedades cardiovasculares o simplemente una deshidratación o una infección.

La frecuencia cardiaca es el número de veces que nuestro corazón se contrae para bombear sangre a todo el organismo y que éste, gracias a ello, pueda funcionar correctamente. Esta cifra se calcula por número de latidos por minuto y es un claro indicador de cómo está funcionando el corazón.

Es muy importante tratar de mantener la frecuencia cardiaca dentro de unos baremos adecuados relacionados con nuestra edad y condición física. Así, a partir de los 20 años, lo normal es tener una frecuencia cardiaca en reposo entre 50 y 100 latidos por minutos, según recomienda la Fundación Española del Corazón. Si se encuentra por debajo de 50 se considera que sufrimos bradicardia (salvo que seamos atletas bien ejercitados que, gracias al entrenamiento, suelen tener una frecuencia entre 40 y 60 latidos por minuto), mientras que si está por encima de 100 sufriremos taquicardia. Tanto la bradicardia como la taquicardia, si no se tiene una explicación lógica para ello y es continuada, deben ser controladas por un especialista y, en muchos casos, tomar medicación para mantenerlas a raya.

La frecuencia cardiaca cambia por múltiples factores como pueden ser la edad, la hora del día, si hemos tomado alguna bebida excitante o no, si acabamos de hacer deporte, si estamos tomando ciertas medicaciones… Por este motivo, no hay que asustarse si sentimos palpitaciones cardíacas esporádicas, o si, en una medición, la cifra sale alterada; lo que hay que hacer es repetir la medición en otro momento del día y, si se dan varias mediciones con resultados fuera de la normal, acudir al médico para que nos haga un chequeo profesional más detallado.

¿Cómo medir la frecuencia cardiaca?

Hay muchas formas de tomar el pulso y, por lo tanto, de calcular la frecuencia cardiaca. Para medirla sin la ayuda de ningún aparato electrónico, necesitaremos colocar los dedos índice y corazón (nunca el pulgar) en una parte del cuerpo donde una arteria pase muy cerca de la piel. Así, puede medirse en el cuello (pulso carotídeo), en la muñeca (pulso radial), en la ingle (pulso femoral), en la parte interna del codo (pulso cubital), en la parte posterior de la rodilla (pulso poplíteo), en la sien (pulso temporal) o en la cara interna del pie (pulso medio).

Una vez que se tenga localizado el pulso en una de estas zonas, presionando suavemente con los dedos hay que contar cuántas pulsaciones tenemos en un minuto (o en medio minuto y multiplicarlo por dos).

La frecuencia cardiaca también se puede medir con ciertos aparatos electrónicos, que están especialmente indicados para tomarla cuando se está realizando una actividad física. Se trata de los conocidos como pulsímetros, aunque su nombre más correcto es el de frecuencímetro cardiaco. Estos aparatos se componen de una cinta que se coloca a la altura del pectoral y que está conectado con un reloj que mide la frecuencia cardiaca, aunque la mayoría de los modelos cuentan con funciones añadidas como pueden ser el cronómetro, el contador de calorías consumidas, etcétera.

¿Cómo mantener la frecuencia cardiaca estable?

En primer lugar, para tener un número correcto de pulsaciones, debemos practicar bastante deporte. Uno de los ejercicios más eficaces es caminar durante al menos media hora al día, a paso ligero. 

No obstante, esto nos servirá para mantener nuestras pulsaciones en un número inferior a 90.

Hipótesis:

La frecuencia cardiaca será mayor si se aumenta el esfuerzo físico de la persona en los ejercicios. Realizaremos 3 ejercicios de diferente esfuerzo: el primer ejercicio es hacer que la persona este en reposo, el segundo ejercicio es hacer que la persona trote y el tercer ejercicio es que la persona corra, suponemos que la frecuencia cardiaca va hacer mayor en la tercera actividad.

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