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Antecedentes Del Aborto

13 de Mayo de 2015

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INDICE:

1.INTRODUCCION

2.ANTECEDENTES HISTORICOS DEL ABORTO

2.1 HISTORIA DEL ABORTO

2.2ANTECEDENTES HISTORICOS DEL ABORTO EN MEXICO Y EN OTROS PAISES

2.2.1 EL ABORTO EN LA ANTIGUA ROMA

2.2.2 EL ABORTO EN LA EDAD MEDIA

2.2.3 EL ABORTO EN ESPAÑA

2.2.4 EL ABORTO EN MEXICO

3.MARCO CONCEPTUAL DEL ABORTO

3.1 DEFICINION ETIMOLOGICA.

2.1.HISTORIA DEL ABORTO.

La necesidad médica de practicar el aborto fue reconocida en la antigüedad y la ausencia de métodos anticonceptivos adecuados debe haber llevado a los antiguos a practicar el aborto de una manera liberal.

Quizá el texto más antiguo en el que se habla del aborto es el Código de Hammurabi (1728 a.c.) en el que al hablar de la ley del Talión se dice “si un hombre golpea a una hija de hombre y le causa la pérdida de un fruto de sus entrañas [aborto], pagará 10 siclos de plata por este”. Los peruanos precolombinos, condenaban practicar el aborto, sobre todo si está embarazada luego de tres meses

Del análisis de la historia llama la atención que la mayoría de los médicos famosos de la época greco-romana recomendaban técnicas para el aborto basados en el uso de pociones, movimientos bruscos, etc.; pero nunca mencionaron nada acerca de practicarlo mediante instrumentos quirúrgicos, aun cuando desde la época de Hipócrates (460-375 a.C.) se conocían los dilatadores cervicales, espéculos y pinzas largas que hubieran podido ser utilizados para practicar el aborto.

Hipócrates, recomendaba desangrar copiosamente a la mujer y afirmaba que "extraer sangre a una mujer embarazada ocasiona con seguridad el aborto”. En algunas sociedades primitivas se usaba una tabla que se colocaba en la parte inferior del abdomen para que varias personas brincaran sobre ella.

A manera de ilustración, se mencionan algunas de las técnicas recomendadas. Soranos de Éfeso, el griego que llegó a ser el médico más famoso de Roma, en el siglo II d.C. recomendaba una técnica, descrita en el capítulo XVIII del libro de Aetios, Métodos para Destruir el Feto, que era la siguiente: “si una mujer es incapaz de tener un hijo, para los primeros 30 días se le aconseja moverse vigorosamente, saltar, brincar y cargar grandes pesos".

Al mismo tiempo se prescriben extractos hervidos que producen el flujo menstrual, la micción y los movimientos intestinales”. Si no se obtenían resultados, se debía poner en el abdomen y región lumbar compresas y emplastes hechos con más de 10 ingredientes. Se colocaban higos secos con sal en la vagina, la que se fumigaba con pieles de ajo y pelo de mujer quemados.

Aspasia de Mileto(470-400) fue una mujer famosa por haber sido una amante de Pericles y era probablemente una hetaira que llevaba un burdel y su historia de amor con Pericles ha inspirado a varios de los más famosos novelistas y poetas de los últimos siglos. Ella señalaba que, para ocasionar el aborto, los meses impares eran mejores que los pares y que el tercero era el mejor.

Entre los siglos XVII y XIX, los libros médicos de la época no mencionaban nada acerca del aborto, aunque en la práctica se hiciera. El aborto provocado no fue considerado como una práctica ilegal sino hasta el siglo XIX, cuando cambios en las doctrinas de la Iglesia Católica establecen que la vida se inicia con el fertilización del óvulo por el espermatozoide. Sin embargo, a pesar de esto, no fue sino hasta el siglo XX cuando el aborto se hizo más frecuente y seguro, hasta llegar a nuestra época en la que es una práctica muy común.

En la antigüedad la realización de abortos era un método generalizado para el control de la natalidad. Después fue prohibido por algunas religiones, pero no se considero una acción ilegal hasta el siglo XIX. El aborto se prohibió para proteger a las mujeres de intervenciones quirúrgicas, que en aquellos tiempos, eran muy riesgosas; la única situación en la que estaba permitido era en casos en los que peligraba la vida de la madre.

Durante el siglo XX la legalización ha liberalizado la interrupción de embarazos no deseados en diversas situaciones médicas, sociales o particulares. Los abortos por voluntad expresa de la madre fueron legalizados primero en Rusia (1920); posteriormente se permitieron en Japón y en algunos países de Europa del este después de la segunda guerra mundial. A fines de la década de 1960 la despenalización del aborto se extendió a muchos países. Las razones de estos cambios legales fueron de tres tipos:

• El infanticidio (muerte de un niño) y la mortalidad materna asociada a la práctica de abortos ilegales;

• La sobrepoblación mundial;

• El auge del movimiento feminista.

Hacia 1980, el 20% de la población habitaba en países en los cuales la legalización solo lo permitía en situaciones de riesgo para la vida de la madre; El otro 40% residía en países en los que el aborto era permitido en situaciones de riesgo para la salud de la madre, violaciones o incesto, presencias de alteraciones genéticas en el feto y en situaciones de sociales especiales (madres solteras o con bajos ingresos); el 40% de la población que resta habitaba en los lugares donde el aborto estaba liberalizado con las únicas condiciones de los plazos legales para su realización. El movimiento de despenalización ha seguido creciendo en todo el mundo y ha sido defendido en las conferencias mundiales sobre la mujer (especialmente en la de Pekín en el año 1995). Aunque todavía hay países, que sobre todo por cuestiones religiosas, se ven presionados a mantener legalizaciones restrictivas y condenatorias.

2.2.1 EL ABORTO EN LA ANTIGUA ROMA.

En la Roma arcaica y gran parte del periodo republicano la estructura jurídica esencial de la sociedad se centraba en la familia, no en el estado, siendo el Pater familias el dueño absoluto de las decisiones en su seno, que incluía, como propiedad, mujer, hijos, esclavos, animales, etc. En el caso del aborto, era el pater familias el que decidía; podía obligar a la mujer a abortar, pero podía matarla si ella abortaba sin su consentimiento. Para las autoridades este era un asunto privado en el que no se metían.

Con el tiempo los gobernantes fueron legislando sobre el aborto y su práctica, normalmente para prohibirlo o restringirlo. En el siglo I a.C. Lucio Cornelio Sila, siendo dictador, en su lex Cornelia Sicarii et veneficiis, prohibió las prácticas abortivas y las condenó con penas severas.

Pero hay que tener en cuenta que para los romanos, el feto no era considerado persona, por lo que el aborto no tenía las connotaciones de homicidio del no nacido como sucede en el debate actual. Para ser considerado persona, paso previo a cualquier otro “estado civil”, se requerían tres cosas: el cuerpo del niño tenía que estar completamente separado del de la madre y cortado el cordón umbilical; efectuar algún movimiento o emitir algún sonido y tener forma humana. Por tanto, las medidas antiabortistas tenían dos objetivos distintos, pero no la preservación, como fin, de la vida del no nacido: por una parte el equilibrio demográfico, ya que estas leyes coincidieron con baja natalidad en Roma. Este fue el objetivo de las medidas de Augusto, que obligaba a los varones al matrimonio y ha tener descendencia. Por otra, el aborto era considerado como un delito que se comete contra el varón por privarle de la descendencia.

Cuenta Cicerón el caso de una mujer que estaba embarazada; el marido muere; los herederos pagan a la mujer para que aborte, con el fin de no tener que repartir la herencia, (La porción hereditaria se le reservaba al nasciturum); la mujer accede, se descubre el tema y es condenada a muerte. Se consideró una injuria a la memoria del padre.

En la época imperial, hubo una legislación claramente prohibicionista: “Los que dan bebida para abortar o amatoria, aunque no lo hagan con dolo malo, son, sin embargo, porque la cosa es de mal ejemplo, condenados a las minas, sin son de baja clase, y relegados a una isla con confiscación de la mitad de sus bienes los de otra mas elevada. Pero si por ella hubiere muerto la mujer o el hombre, serán condenados al sumo suplicio“. (Paulo, Sentencias, libro I).

Ya desde Vespasiano, el Cristianismo tuvo una gran difusión, pero fue tiempo después, cuando Constantino promulgó sus leyes de libertad de culto, cuando las doctrinas cristianas se vieron influenciadas por la mentalidad social dominante, cada vez más represiva y puritana y la Iglesia fue asumiendo el rechazo al aborto más por influencia social que por su propio dogma, ya que muchos teóricos de la Iglesia no consideraban entonces un ser humano al feto. Fue también el periodo de los primeros grandes debates teológicos. (Constantino no decretó el cristianismo como religión oficial del imperio, como se ha dicho, simplemente legalizó el culto. Él mismo practicaba el culto pagano a Mitra pero dio apoyo al concilio de Nicea, donde fueron relegadas las doctrinas arrianas, aunque al final de su vida fuera bautizado por un arriano. Curiosidades de la época) . Persistía no obstante, y de forma paralela a las convicciones, la cuestión demográfica.

En Bizancio, el Código de Justiniano lo prohibía también, recogiendo e incorporando textos de leyes anteriores, como la citada de Paulo. No obstante, en la época se escribieron muchas obras que

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