Análisis clínicos y otras pruebas
Antonio RamirezApuntes6 de Octubre de 2016
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ANÁLISIS CLÍNICOS Y OTRAS PRUEBAS DIAGNÓSTICAS
Los análisis clínicos y otras pruebas diagnósticas en psiquiatría son, en muchas ocasiones, tan necesarios como en las otras ramas de la medicina; la evaluación de los trastornos del Sistema Nervioso Central de posible causa orgánica en los pacientes psiquiátricos, el diagnóstico diferencial con procesos estrictamente médicos y la monitorización de algunos tratamientos psicotrópicos son buenos motivos para su uso.
La mayoría de los análisis son idénticos a los utilizados en otras ramas de la medicina (hemogramas, análisis químicos de sangre u orina, examen del líquido cefalorraquídeo, electrocardiogramas, electroencefalograma…), otras pruebas utilizan máquinas usuales en el diagnóstico por imágenes (radiografías, TAC, resonancia magnética, tomografía de emisión de positrones…); unos y otras buscan excluir cualquier trastorno orgánico que pueda explicar la sintomatología del paciente, dado que las enfermedades orgánicas son muy comunes entre los pacientes psiquiátricos y que muchos de estos trastornos orgánicos son o factores causantes o agravantes en los pacientes con sintomatología psiquiátrica: en los pacientes de quienes se sabe o se sospecha que pueden tener una patología orgánica, es obligatorio pedir las analíticas necesarias para diagnosticar o controlar dicha patología orgánica.
El electroencefalograma (EEG) mide la actividad eléctrica cerebral a partir de electrodos ubicados enla superficie del cráneo en posiciones estándar (habitualmente de acuerdo con las normas de emplazamiento de electrodos recomendadas por el Sistema Internacional 10-20). Se supone que la actividad
eléctrica que puede ser detectada con los electrodos del electroencefalógrafo que nos indicará problemas de transmisión eléctrica en aquellos pacientes en los que se sospecha un trastorno mental orgánico.por ejemplo en el caso del paciente que sufre trastornos conductuales episódicos sugestivos de una base epiléptica,
La polisomnografía consiste en el registro de la actividad EEG durante el sueño (o durante los intentos de dormir) y habitualmente se realiza durante la noche. Además, se registran simultáneamente otras funciones fisiológicas que pueden ser relevantes para la evaluación de los síntomas del paciente, como la actividad electromiográfica,
la actividad electrooculográfica y la actividad electrocardiográfica, así como la medición del esfuerzo respiratorio, el flujo aéreo y la saturación de oxígeno sanguínea. La polisomnografía se emplea para la evaluación de algunos trastornos del sueño (p. ej., narcolepsia, apnea del sueño, insomnios resistentes al tratamiento). Los pacientes con somnolencia diurna excesiva requieren evaluaciones especiales del sueño durante el día. Por ejemplo, la polisomnografía que se utiliza para valorar la narcolepsia (prueba de latencia múltiple al sueño PLMS) se realiza durante el día.
La investigación de pruebas neuroendocrinas en psiquiatría incluye habitualmente la valoración de los niveles hormonales basales y las pruebas de estimulación neuroendocrina. La evaluación endocrina basal comprende la determinación de los niveles plasmáticos de ciertas hormonas (p. ej., pruebas
de función tiroidea o niveles plasmáticos de cortisol) o la valoración de ciertos metabolitos hormonales en orina (p. ej., medida de los cetoesteroides en orina).
Las exploraciones craneales mediante la tomografía axial computarizada (TAC) proporcionan al médico imágenes de cortes del cerebro (tanto corticales como subcorticales) obtenidas mediante rayos X. Es un procedimiento empleado de forma habitual para evaluar pacientes en los que sospecha anomalías cerebrales estructurales (tumores, hematomas subdurales, infartos, abscesos…). En la TAC, múltiples rayos X que atraviesan el SNC son los que proporcionan la base para la elaboración de imágenes transversales del cerebro. Generalmente, cuando se emplea la TAC en este ámbito suele ser para descartar lesiones neurológicas, como neoplasias del SNC, que pueden ser la causa o contribuir a la producción de la sintomatología psiquiátrica.
Las imágenes del cerebro obtenidas mediante resonancia magnética nuclear (RMN) pueden complementar de una forma útil y/o sustituir la TAC en ciertas situaciones clínicas, puesto que ciertas lesiones se aprecian mejor mediante
la RMN que con la TAC. La técnica de la RMN proporciona una visualización
tridimensional de la estructura cerebral en planos transversales, sagitales y coronales a través de la medición de la distinta distribución de los núcleos
de hidrógeno, localizados principalmente en el agua y la grasa cerebrales.
La Tomografía por emisión de positrones (TEP), permite la visualización directa del funcionamiento de estructuras corticales y subcorticales por lo que pueden ser evaluados diferentes aspectos del funcionamiento cerebral, incluyendo el flujo sanguíneo cerebral, la utilización de oxígeno por parte del cerebro, ciertos aspectos del metabolismo cerebral de la glucosa, así como algunas funciones específicas de los sistemas de los neurotransmisores del SNC.
Ahora bien, cuando se evalúan los trabajos mediante neuroimagen u otras pruebas de laboratorio, hay que tener en cuenta que los resultados son sólo estadísticamente significativos, y sólo valorables por el especialista en el contexto de la totalidad de la entrevista y las otras pruebas que se hayan realizado, de tal modo que para el diagnóstico de los trastornos, la entrevista sigue siendo insustituible.
Detección de enfermedades
¿Qué es un examen neurológico?
Un examen neurológico evalúa las habilidades motoras y sensoriales, el funcionamiento de uno o más nervios craneanos, audición y habla, visión, coordinación y equilibrio, estado mental, y cambios en el ánimo y la conducta, entre otras. Se utilizan artículos como un diapasón, linterna, martillo para reflejos, oftalmoscopio y agujas para ayudar a diagnosticar tumores cerebrales, infecciones como la encefalitis y la meningitis, y enfermedades como el Parkinson, la enfermedad de Huntington, la esclerosis lateral amiotrófica y la epilepsia. Algunas pruebas requieren de los servicios de un especialista para realizarlas y analizar los resultados.
A menudo se toman radiografías del tórax y el cráneo del paciente como parte de un estudio neurológico. Las radiografías pueden usarse para ver cualquier parte del cuerpo, como una articulación o sistema importante de órganos. En una radiografía convencional, un técnico pasa una ráfaga concentrada de una dosis baja de radiación ionizada a través del cuerpo y hacia una placa fotográfica. Ya que el calcio de los huesos absorbe los rayos X más fácilmente que el tejido blando o el músculo, la estructura ósea aparece blanca en la película. Cualquier desalineación o fractura puede verse en minutos. Las masas de tejido como ligamentos lesionados o un disco saliente no son visibles en las radiografías convencionales. Este procedimiento rápido, no invasivo e indoloro generalmente se realiza en un consultorio médico o una clínica.
La fluoroscopia es un tipo de radiografía que usa un haz continuo o pulsado de radiación con dosis bajas para producir imágenes continuas de una parte del cuerpo en movimiento. El fluoroscopio (tubo de rayos X) se enfoca sobre el área de interés y las imágenes se graban en vídeo o se envían a un monitor para verlas. Puede usarse un medio de contraste para realzar las imágenes. La fluoroscopia puede usarse para evaluar el flujo de sangre por las arterias.
¿Cuáles son algunas pruebas de diagnóstico usadas para diagnosticar trastornos neurológicos?
Basándose en el resultado del examen neurológico, el examen físico, los antecedentes del paciente, las radiografías del tórax y el cráneo del paciente y las pruebas y evaluaciones previas, los médicos pueden solicitar una o más de las siguientes pruebas de diagnóstico para determinar la naturaleza específica de una lesión o trastorno neurológico sospechado. Estas pruebas generalmente implicanimágenes de medicina nuclear, en las que se usan muy pequeñas cantidades de materiales radioactivos para estudiar la función y la estructura del órgano, o imágenes de diagnóstico , que usan imanes y cambios eléctricos para estudiar la anatomía humana.
La siguiente lista de procedimientos disponibles, en orden alfabético en lugar de secuencial, comprende algunas de las pruebas más comunes usadas para ayudar a diagnosticar una afección neurológica.
La angiografía es una prueba usada para detectar bloqueos de las arterias o venas. Una angiografía cerebral puede detectar el grado de estrechamiento u obstrucción de una arteria o vaso sanguíneo en el cerebro, la cabeza o el cuello. Se usa para diagnosticar accidentes cerebrovasculares y para determinar la ubicación y tamaño de un tumor cerebral, aneurisma, o malformación vascular. Generalmente esta prueba se hace en un centro hospitalario ambulatorio y lleva hasta 3 horas, seguida por un período de descanso de 6 a 8 horas. El paciente, vestido con una bata hospitalaria, se recuesta sobre una mesa rodante que se empuja al área de obtención de imágenes. Aunque el paciente está despierto, el médico le anestesia un área pequeña de la pierna cerca de la ingle y le inserta un catéter en una arteria principal ubicada allí. El catéter se pasa a través del cuerpo y hacia una arteria del cuello. Una vez que el catéter está en su lugar, se retira la aguja y se inserta un alambre guía. Una pequeña cápsula que contiene un colorante radioopaco (uno que aparece resaltado en las radiografías) se pasa por encima del alambre guía al sitio de liberación. El tinte se libera y viaja a través del torrente sanguíneo hacia la cabeza y el cuello. Se toman una serie de radiografías y se anota cualquier obstrucción. Los pacientes pueden sentir una sensación de tibia a caliente o una leve molestia cuando se libera el colorante.
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