CONOCMIENTO
pimpollo017 de Mayo de 2014
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UNIDAD I
EL CONOCIMIENTO
SEGÙN RESTITUTO SIERRA BRAVO EN SU OBRA: “CIENCIAS SOCIALES - EPISTEMOLOGÌA, LÒGICA Y METODOLOGÌA - TEORÌA Y EJERCICIOS” - EDITORIAL PARANINFO, MADRID - ESPAÑA - 1984:
1.1 PRESUPUESTOS DEL CONOCIMIENTO: EL MUNDO INTERIOR Y EL MUNDO EXTERIOR
1.1.1 Si se toma como punto de partida el hombre, en el universo se pueden distinguir dos mundos: los llamados mundo exterior y mundo interior.
1.1.2 El primero, exterior a lo más íntimo y profundo del hombre, es el mundo de la realidad espacio-temporal, dotado de una existencia independiente del pensamiento.
1.1.3 El segundo, por el contrario es el mundo de la razón y de la conciencia y sus manifestaciones, sobre todo, el pensar y las ideas. También se debe considerar el mundo del inconciente en su más amplio sentido. Pero, no es este aspecto del mundo interior que nos corresponde examinar aún, sino el primero.
1.1.4 Ambos mundos son de naturaleza diferente, pues mientras el primero, la realidad espacio-temporal, es el mundo verificable de los cuerpos, es decir, de la extensión y la localización; respecto del segundo no se ha podido comprobar hasta ahora su materialidad ni que posea las propiedades indicadas en los cuerpos: la extensión y la localización propias, independientes en el espacio.
1.1.5 Sin embargo, aunque sean de naturaleza diferente, no dejan de estar relacionados. Si bien parece que hay que admitir que la realidad espacio-temporal (mundo exterior) condiciona de alguna manera al mundo interior, es sólo este mundo, no al revés el que tiene la capacidad de captar y hacer suyo en cierto modo, mediante el conocimiento, el mundo exterior, lo que hace posible que el hombre actúe sobre la realidad material y la transforme.
1.1.6 Dada esta capacidad exclusiva, y sin negar la influencia inconciente de la realidad exterior, parece que no hay duda que es el mundo interior, la razón y el pensamiento, el que domina sobre el mundo exterior y no viceversa, y el que, por medio del conocimiento, pone en relación uno con otro.
1.1.7 Ambos, mundo interior y exterior son, por tanto, los que junto con la capacidad indicada del interior de captar o hacer suyo en cierto modo el mundo exterior, constituyen los presupuestos básicos del conocimiento, es decir, los supuestos previos indispensables para que el conocimiento pueda tener lugar.
1.2. ELEMENTOS O ASPECTOS Y SIGNIFICADOS DEL CONOCIMIENTO COMO FACULTAD, ACTIVIDAD, RESULTADO Y LENGUAJE
1.2.1 Una de las características que definen el mundo del pensamiento es la de ser interior al hombre y, por tanto, propio y peculiar suyo, en cuanto se produce en su intimidad y supone la existencia en él de una capacidad o facultad que lo hace posible.
Precisamente esta capacidad o facultad llamada RAZON ó ENTENDIMIENTO, es el primer aspecto o elemento y también el primer significado del conocimiento. En este sentido, se dice que los animales no tienen conocimiento o que una persona ha perdido el conocimiento, expresiones que no significan otra cosa sino que no tienen o han perdido esta facultad.
1.2.2 Ahora bien, toda facultad lo es porque REALIZA ó ES CAPAZ DE REALIZAR UNA ACTIVIDAD. Este es el segundo significado del término conocimiento: LA ACTIVIDAD DE LA FACULTAD COGNOSCITIVA o mejor dicho la ACCIÓN DE CONOCER en su más amplio sentido que aquélla efectúa.
De acuerdo con esta segunda significación, el conocimiento se manifiesta en el proceso de formación de conceptos y juicios y en el razonamiento, por el que pasamos de unos juicios a otros. Este proceso consiste, en su origen o fuente primera, en la capacidad del entendimiento de reflejar, en su relación con el mundo exterior, las cosas de este mundo y concebir una imagen mental de las mismas y de sus características.
1.2.3 Esta ACTIVIDAD COGNOSCITIVA PRODUCE, como toda actividad normalmente, UN RESULTADO, acabado de apuntar, y que son los conceptos, juicios y raciocinios en que se concreta y culmina el conocimiento, es decir, todo el conjunto de ideas consecuencia de la actividad cognoscitiva. Este es el tercer elemento o aspecto del conocimiento y también su tercera significación, en cuanto damos frecuentemente el nombre de conocimiento o conocimientos a todo este conjunto de ideas, resultado del proceso de conocimiento.
1.2.4 Por último, toda actividad precisa de instrumento o instrumentos para llevarla a efecto, de la misma naturaleza que la actividad. Según esto el INSTRUMENTO por excelencia DEL CONOCIMIENTO ES EL LENGUAJE. Este es el instrumento que da forma a los conceptos y juicios originados en el proceso de conocimiento y el que no es indispensable para pensar o razonar. El LENGUAJE, por consiguiente, es otro aspecto y elemento esencial del conocimiento. En cuanto es su forma, constituye una unidad inescindible con el tercer aspecto acabado de exponer, del que se puede distinguir pero no separar. De ahí que junto al tercer sentido indicado, se pueda decir que existe también un cuarto que, esencialmente, es el mismo que el tercero, en cuanto es el resultado del proceso de conocimiento, pero en el que las ideas o conocimientos se consideran no en sí mismas, sino como expresadas y manifestadas mediante el lenguaje.
Es preciso subrayar que el resultado del conocimiento, al ser expresado en el lenguaje hablado o escrito, adquiere una cierta realidad espacio-temporal, que hace que pueda constituir parte del mundo exterior y ser susceptible de conocimiento como tal.
1.3. EL CONOCIMIENTO COMO ACTIVIDAD O PROCESO
1.3.1 Generalidades
a. De los cuatro aspectos y significados del conocimiento acabados de exponer, el que se puede considerar más específico es, sin duda, el segundo, dado que está constituido por la actividad o proceso mismo del conocimiento.
b. No obstante, el tercero y cuarto expresan el resultado del proceso del conocimiento, por lo que de hecho son, en cuanto ales, parte integrante del mismo. Constituyen su forma lógica y lingüística.
c. En cuanto al primero, la razón en cuanto facultad, la mente o psique su estudio constituye el objeto propio de la psicología.
d. Lo anterior resulta confirmado por el significado etimológico del término conocimiento, derivado del verbo latino cognoscere, que a su vez tiene su origen, a través del verbo también latino noscere, en la raíz griega, gen, engendrar, concebir, nacer, términos que expresan bastante adecuadamente aquello en que consiste la realidad de la actividad cognoscitiva, pues en ella se puede decir que tiene lugar la generación, concepción y nacimiento de ideas.
e. Como el mismo nacimiento, el conocimiento no es un fenómeno aislado sino un proceso o serie de fenómenos sucesivos y concatenados que producen las ideas.
f. En relación a este proceso, en su íntima esencia, incognoscible para el hombre y no verificable, se suele admitir lo siguiente: el mundo interior está abierto al mundo exterior mediante las ventanas de los sentidos. Por la acción de éstos, el mundo exterior penetra en el mundo interior donde, sin duda, es captado inmaterialmente por la facultad cognoscitiva, que, se podría decir, resulta a modo de impresonada y es capaz de producir una imagen de lo conocido y su concepto o idea.
1.3.2 El sujeto, objeto y su relación, elementos del conocimiento como actividad cognoscitiva
Según se desprende de todo lo expuesto, el conocimiento como actividad pone en relación el mundo interior con el exterior y es por ello, en su ser más íntimo, una relación entre ambos o, de modo más preciso, entre el sujeto cognoscente y el objeto conocido.
De ahí que los elementos básicos que se pueden distinguir en él sean:
a) El sujeto
b) El objeto
c) Su relación
a) El sujeto. Es el elemento de la acción de conocer que, según la caracterización de aquélla realizada antes, recibe y capta la impresión, la concibe y expresa en la idea.
En él se pueden distinguir dos sentidos: amplio y estricto.
En sentido amplio, el sujeto es, como es obvio según lo expuesto, el hombre individual todo entero, pues, aunque realice esta actividad por medio de órganos, los sentidos, y de una facultad, la razón o inteligencia, específicos, estos se pueden distinguir pero no separar del hombre en su conjunto, que es el que conoce, como lo pone de manifiesto J. M. Alejandro (1974, XI y XII).
Consecuencia de esta conclusión es que el proceso de conocer no depende sólo de los órganos y facultades cognoscitivos, sino que todos los órganos y facultades del hombre intervienen de alguna manera en el mismo y lo marcan de una u otra forma con su impronta.
Según la distinción de partida en este análisis entre mundo exterior e interior, el sujeto, en sentido estricto, del conocimiento no es el hombre todo entero, sino su mundo interior, el centro al que se imputan la conciencia y los actos intelectuales del hombre. En relación a este mundo interior el mismo hombre en conjunto y en sus distintas facetas puede ser objeto de conocimiento.
b) El Objeto. Sujeto y objeto son etimológicamente dos palabras contrapuestas, formadas las dos por derivación del término verbal latino jaceo, yacer, y su unión con las preposiciones latinas sub, debajo, y ob, ante, y que significan, por tanto, literalmente yacer debajo y yacer ante, respectivamente. Por tanto, respecto del
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