CONSECUENCIAS A LARGO PLAZO DE LA NUTRICIÓN EN LA INFANCIA

UNIVERSIDAD VERACRUZANA

FACULTAD DE NUTRICIÓN, XALAPA

Experiencia educativa:

Desnutrición y síndromes carenciales

CONSECUENCIAS A LARGO PLAZO DE LA NUTRICIÓN EN LA INFANCIA

Diana Laura Barragán Martínez

Uno de los más grandes retos a los que se enfrenta el profesional en salud es a la actual problemática que se vive con respecto al alto incremento de obesidad, ya no solo en la etapa adulta sino en la niñez.

A este problema se le han sumado diversas enfermedades relacionadas con la nutrición como son la diabetes, resistencia a la insulina, hipertensión, entre otras. Diversos estudios han sugerido que la raíz de todos estos problemas nutricionales viene  desde el comportamiento alimentario en los primeros años de vida, como lo es en la lactancia, ablactación y destete.

A continuación se presenta información que pretende abrir paso a un análisis más profundo sobre los factores que pueden o no influir para el desarrollo de todas estas enfermedades en la edad adulta.

Diversos estudios realizados apuntaban que la ablactación y el destete representan una etapa de vulnerabilidad para la alteración en la salud o patrones alimentarios del infante y posteriormente su adultez, en la actualidad no se ha podido concretar que esto tiene veracidad ya que no se cuenta con la suficiente información para hacer una conclusión, debido a que se involucran diversos factores que no siempre son cuantificables.

La lactancia materna es considerada una etapa fundamental para el desarrollo del infante y además se le han encontrado muchos beneficios, nutricionalmente, sabemos que cuenta con todo los componentes que requiere un niño para su óptimo crecimiento y desarrollo. Por otro lado se ha analizado más a fondo con animales de laboratorio comparándola con las actuales formulas lácteas y si existe una alteración en cuanto a consumo, y a pesar de que se han comparado diversos factores tanto ambientales como genéticos no hay información concluyente que asocie a la obesidad, la hipertensión o la capacidad para asimilar el colesterol en las etapas de la vida. Aunque sabemos que es una etapa vulnerable y que fuera de problemas de salud como los anteriormente mencionados también se pueden ver elevadas tasas de desnutrición en niños. Se han realizado múltiples experimentos en cuanto a la composición de la leche materna y el destete temprano, desde variar dietas altas en grasas y colesterol comparándolas con algunas ricas en carbohidratos, tomando en cuenta factores externos como la dieta de la madre y su composición corporal, y que aunque se han visto algunas coincidencias en cierta etapa de la niñez cuando se alcanza la adolescencia o edad adulta se regresa a un estado normal en donde no se puede cuantificar a ciencia cierta si la lactancia materna lleva ventajas sobre el consumo de formulas o no se encuentran diferencias significativas en los tiempos de destete y ablactación.

Por otro lado se ha visto que los factores genéticos juegan un papel más importante a la hora de evaluar el estado nutricio de una persona, ya que sí se ha demostrado que se tiende a repetir ciertos patrones y que en el caso del colesterol sí está ligado a cuestiones genéticas.

La duda principal se refiere a si la alimentación al seno materno se asocia con menos obesidad y menos ateroma o hipertensión, pero principalmente si es la alimentación en las primeras semanas o meses de vida algo que marque ya sea los patrones de crecimiento o conducta alimentaria a largo plazo, y aunque están demostrados los efectos benéficos inmediatos de la leche materna, no hay información concluyente que diga que hay beneficios a largo plazo. Es cierto que algunos factores como la velocidad de crecimiento o el colesterol plasmático son influidos por la dieta durante los primeros meses de vida, sin embargo, los valores observados en dicha etapa no permiten predecir qué niveles alcanzarán en posteriores etapas de la vida, por lo que hay que ser muy cuidadosos a la hora de interpretar la información.

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