Calentamiento Global
m.viales14 de Noviembre de 2012
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¿Que es el Calentamiento Global?
El Calentamiento global es un término utilizado habitualmente en dos sentidos:
. El fenómeno de un aumento del promedio de la temperatura de la atmósfera terrestre y de los océanos tras el final de la Pequeña Edad de Hielo, que se habría acentuado extraordinariamente en las últimas décadas del siglo XX y la primera del XXI.
. Una teoría que predice, a partir de proyecciones basadas en simulaciones computacionales, un crecimiento futuro de las temperaturas a nivel global.
Algunas veces se utilizan las denominaciones cambio climático, que designa a cualquier cambio en el clima, o cambio climático antropogénico, donde se considera la influencia de la actividad humana. Calentamiento global y efecto invernadero no son sinónimos. El efecto invernadero acrecentado por la contaminación puede ser, según algunas teorías, la causa del presunto calentamiento global.
Cualquier tipo de cambio climático además implica cambios en otras variables. La complejidad del problema y sus múltiples interacciones hacen que la única manera de evaluar estos cambios sea mediante el uso de modelos computacionales que intentan simular la física de la atmósfera y del océano y que tienen una precisión limitada debido al desconocimiento del funcionamiento de la atmósfera.
La teoría antropogénica predice que el calentamiento global continuará si lo hacen las emisiones de gases de efecto invernadero. El cuerpo de la ONU encargado del análisis de los datos científicos, el IPCC (Inter-Governmental Panel on Climate Change o Panel Intergubernamental del Cambio Climático), sostiene que «la mayoría de los aumentos observados en las temperaturas medias del globo desde la mitad del siglo XX son muy probablemente debidos al aumento observado en las concentraciones de GEI antropogénicas».
El Protocolo de Kyoto, acuerdo promovido por el IPCC, promueve una reducción de emisiones contaminantes (principalmente CO2). El protocolo ha sido tachado en ciertas ocasiones de injusto, ya que el incremento de las emisiones tradicionalmente está asociado al desarrollo económico, con lo que las naciones a las que más afectaría el cumplimiento de este protocolo podrían ser aquellas zonas menos desarrolladas. No obstante, en el citado protocolo las naciones en desarrollo (incluidas China o la India) están exentas de contener sus emisiones de GEI.
Más allá del consenso científico general en torno a la aceptación del origen principalmente antropogénico del calentamiento global, hay un intenso debate político sobre la realidad de la evidencia científica del mismo. Por ejemplo, algunos entre esos políticos opinan que el presunto consenso climático es una completa falacia y en enero de 2009 la minoría republicana del Senado de los Estados Unidos elaboró una lista con más de 700 científicos que disentían del origen antrópico de los cambios de temperatura de la Tierra; En 2009 se descubrió el pretendido escándalo del Climagate, que alegadamente demostró que los científicos de la Unidad de Investigación del Clima de la Universidad de East Anglia habrian manipulado los datos para que cuadraran con las teorías del calentamiento. Sin embargo, observadores científicos independientes cuestionan esa interpretación. Nature comenta: “Lo que los correos electrónicos no muestran, sin embargo, es una gran conspiración para confeccionar el calentamiento global...” y New Scientist apunta que “no se ha mostrado que haya en los correos electrónicos hackeados algo que implique una socavación de ninguna de las conclusiones científicas”. Continuando a examinar algunas de las sugerencias de los exepticos del origen antropogénico del calentamiento global, el articulo muestra varios ejemplos de falta de ajustamiento a los hechos y rigor - por ejemplo, la presentación de artículos de opinión de periodistas como “artículos científicos revisados por pares”- y concluye: “dejamos que los lectores saquen sus propias conclusiones acerca de en quien confiar”.
Algunos de los oponentes políticos de la propuesta parecen temer que la propuestas de acción para prevenir consecuencias del fenómeno tienen una motivación política. Por ejemplo: el Vizconde Christopher Monckton -hombre de negocios, político y periodista británico que gusta autodescrivirse como “experto en el cambio climático” a pesar de carecer de alguna calificación científica- argumenta que el propósito del “tratado” (que en su opinión seria inevitablemente firmado en Copenhague (ver Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU 2009) es imponer un Gobierno Mundial, impulsado por, entre otros, Obama quien seria, en la opinión del Sr vizconde, un simpatizante comunista. Conviene recordar que tanto la idea del Gobierno Mundial como del comunismo son poderosas bestias negras en la ideología de ciertos sectores políticos en EEUU. (ver por ejemplo, Nuevo Orden Mundial (conspiración)). El vizconde ha sido acusado repetidamente de manipular los datos.
Existen además intereses económicos cruzados, ya que hay muchas empresas cuyos beneficios podrían mermar a consecuencia del control de emisiones de CO2, y otras que se lucran extraordinariamente de las cuantiosas subvenciones a energías renovables cuyos elevados costos las hacen incapaces de competir con las tradicionales. Así por ejemplo, el jefe del IPCC, Rajendra Pachauri fue acusado por Monckton- en diciembre de 2009- de conflicto de intereses y uso de información privilegiada por su pasado como magnate petrolero y sus vínculos con el comercio de cuotas de emisión de contaminación. . Al Gore ha sido cuestionado por lucrarse invirtiendo en empresas verdes auspiciadas por la política ecologista. De igual modo, el diario izquierdista británico The Guardian y la ONG ecologista Greenpeace acusaron en 2007 a la petrolera ExxonMobil de financiar informes que pusieran en duda la tesis oficial sobre el cambio climático..
Historia del calentamiento global
]El primero en manifestar un interés por la materia fue Svante August Arrhenius, quien en 1903 publicó Lehrbuch der Kosmischen Physik (Tratado de física del Cosmos) que trataba por primera vez de la posibilidad de que la quema de combustibles fósiles incrementara la temperatura media de la Tierra. Entre otras cosas calculaba que se necesitarían 3000 años de combustión de combustibles para que se alterara el clima del planeta, bajo la suposición que los océanos captarían todo el CO2 (Actualmente se sabe que los oceanos han absorbido un 48% del CO2 antropogénico desde 1800) Arrhenius estimó el incremento de la temperatura del planeta cuando se doblara la concentración de dióxido de carbono de la atmósfera. Arrhenius eventualmente calculó este valor en 1,6 Centigrados sin vapor de agua en la atmósfera y 2,1 °C con vapor presente. Estos resultados están dentro de los parámetros generalmente aceptados en el presente. Arrhenius otorgaba una valoración positiva a este incremento de temperatura porque imaginaba que aumentaría la superficie cultivable y que los países más septentrionales serían mas productivos.
Concentración de CO2 atmosférico medido en el observatorio de Mauna Loa: Curva de Keeling.
En las décadas siguientes las teorías de Arrhenius fueron poco valoradas, pues se creía que el CO2 no influía en la temperatura del planeta y el efecto invernadero se atribuía exclusivamente al vapor de agua. Sin embargo 35 años después de que Arrhenius publicara su teoría, Guy S. Callendar (ingeniero britanico especialista en vapor) publicó, empezando en 1938, varios ensayos en los que que corregía algunas estimaciones realizadas por Arrhenius, como la capacidad de los océanos para absorber CO2 y, a partir de un incremento observable de aprox medio Grado Fahrenheit (aprox 0,275 °C) entre 1880 y 1934; Callender estimó que el incremento promedio en la temperatura era 0,005 °C por año en ese período (actualmente se estima que en la segunda mitad del siglo XX se ha producido un incremento de 0,013 °C al año (IPCC, 2007, p. 30).). Callender argumentaba también que la actividad humana había incrementado el dióxido de carbono en la atmósfera en alrededor de 10% desde el comienzo del siglo. Esto revivió la sugerencia de Arrhenius y es conocido como “Efecto Callendar”.
Entre otros, Roger Levelle -director del Scripps Institution of Oceanography, en California- creía que la sugerencia de Callendar era implausible: cualquier "exceso" de CO2 atmosférico seria -en su opinión- absorbido por procesos naturales. Esto dio origen al comienzo de un debate científico. Eventualmente, Charles D. Keeling, trabajando bajo la dirección de Levelle y en el marco del Año Geofísico Internacional, llevo a cabo una serie de medidas -entre 1957 y 1959- en sitios remotos y viento arriba de sitios poblados. (Keeling usaba datos de una estación en Mauna Loa y otra en la Antártica) - durante los dieciocho meses del año geofísico. Los resultados fueron claros y negativos para la posición de Levelle, mostrando sin dudas que no solo había habido un incremento del dióxido de carbono atmosférico en relación al siglo XIX, sino ademas que incluso había habido un incremento durante el periodo de las mediciones mismas.
Un poco antes, la Organización Meteorológica Mundial ya había iniciado diversos planos de seguimiento, que tenían como objetivo, entre otras cosas, de calcular los niveles de CO2 en la troposfera.
Esas observaciones fueron facilitadas por el desarrolló -en los años cuarenta- de la espectrofotometría de infrarrojos, que ha permitido conocer que
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