Ciencia

vida humana durante los últimos ciento cincuenta años más que

lo fuera jamás desde que 1'05 hombres empezaron a ocuparse de la ag-riclJltura.

y estas transformaciones provocadas por la ciencia aumentan

a un ritmo cada vez más acelerado_ No existe señal de que en cualesquiera

de los dominios de la ciencia se haya alcanzado recientemente

estabilidad alguna_ Por el contrario, hay r'azones de toda clase para

pensar que las posibilidades revolucionarias de la ciencia se extienden

inmensurablemente más allá de lo que hasta ahora ella ha conseguido.

¿Podrá la raza humana acomodarse con sldiciente rapidez a transformaciones

tan vertiginosas o habrá de sucumbir por falta de adaptabilidad,

como a innumerables especies anteriores les ha sucedido? Los dinosauros

fueron en su día los dueños de la creación, y de haber existido

filósofos entre ellos, ninguno habría previsto la extinción de la

raza entera. Sucumbieron, sin embargo, porque no fueron capaces de

adaptarse a un mundo sin terrenos pantanosos. En el caso- del hombre

y de la ciencia hay un factor totalmente nuevo, a saber: que el hombre

mismo crea los cambios del medio ambiente a que él ha de ajustarse

con inaudita rapidez. Ahora bien. aunque el hombre gracias a su habilidad

científica es causa de cambios ambientales, muchos de

no

dependen de su voluntad ni los desea. Debidos a acciones humanas

tienen, o al menos han tenido hasta ahora, algo de la inexorable inevitabilidadde

las fuerzas naturales. Tanto si fa naturaleza seca los pantanos

como si es el hombre quien deliberadamente los vacia, la dife·

rencia no hace al caso para el resultado final. Está por decidir si la

especie humana podrá o no sobrevivir a los cambios del medio crea·

dos por su propia industria. Algún día sabremos la respuesta si esta

es afirmativa; pero jamás en el caso en que no lo sea. Si es afirmativa,

los hombres tendrán que adaptar para sí y para sus instituciones

los métodos del pensamiento científico. No pueden esperar, como hasta

ahora lo ha hecho la totalidad de los estadistas, que en un mundo

donde todo ha cambiado permanezcan inviolables las costumbres p{)-

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