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Colecistectomia retrograda

GINA LYNNETTE GAVINO GONZALEZTrabajo26 de Noviembre de 2018

594 Palabras (3 Páginas)160 Visitas

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UNIVERSIDAD DE ESPECIALIDADES ESPÍRITU SANTO

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS ENRIQUE ORTEGA MOREIRA  

CÁTEDRA DE CIRUGÍA PRÁCTICA

DOCENTE: DR. SALVADOR

INTEGRANTES:

GINA GAVINO

22 de octubre del 2018

TEMA: COLECISTECTOMÍA (MÉTODO RETRÓGRADO)

Indicaciones:

La colecistectomía está indicada en pacientes con una enfermedad comprobada de la vesícula biliar que causa síntomas. El hallazgo incidental de cálculos biliares en una radiografía o un antecedente de indigestión vaga no son una prueba suficiente para programar una operación, en especial en personas de edad avanzada, y no justifican el riesgo relacionado. Por otra parte, puede objetarse, que sea posible considerar alguna vez inocuos los cálculos biliares porque, si el paciente vive el tiempo suficiente, tal vez se presenten complicaciones. Hoy en día, en la mayoría de los enfermos se lleva a cabo la extirpación laparoscópica de su vesícula biliar. El procedimiento que se describe aquí se denomina abierto y se practica con más frecuencia como conversión a una operación abierta cuando en el método laparoscópico inicial se encuentran problemas técnicos complejos (vesícula biliar tumefacta, gangrenada, anatomía confusa o colangiogramas anormales, etc) o complicaciones mayores (lesión ductal o de vasos sanguíneos o intestino) que se tratan mejor mediante la exposición abierta. Aunque la colecistectomía abierta ya no es más la operación primaria de elección, es esencial dominarla en combinación con el método laparoscópico.

Preparación preoperatoria:

Se aconseja una dieta baja en grasa. El paciente no debe tener ninguna infección respiratoria y hay que obtener una radiografía de tórax. Los individuos muy obesos deben reducir de peso de manera considerable mediante dieta, a menos que padezcan ataques recurrentes de cólicos. Es necesario estudiar la totalidad del tubo digestivo en busca de trastornos adicionales, es decir, hernia hiatal, úlcera gástrica o duodenal y carcinoma o diverticulitis del colon.

Anestesia:

Se recomienda la anestesia general con intubación endotraqueal y debe evitarse la anestesia profunda mediante la administración de un relajante muscular adecuado. Puede utilizarse de preferencia, mejor que la anestesia general, la técnica raquídea, de inyección única o continua. En sujetos que padecen de daño hepático extenso, deben omitirse los barbitúricos y otros fármacos anestésicos de posible hepatotoxicidad. En personas de edad avanzada o débiles es satisfactoria la anestesia por infiltración local, aunque por lo general se necesita cierto tipo de analgesia como complemento en algunas etapas del procedimiento.

Posición:

Con el fin de asegurar una exposición suficiente, es esencial la posición apropiada del paciente en la mesa de operaciones(fig 1). Son necesarios los arreglos para un colangiograma operatorio. Un casete para rayos x o un brazo en C fluoroscópico requieren un espacio suficiente para centrarse bajo el paciente a fin de asegurar la inclusión del hígado, duodeno y cabeza del páncreas. La exposición se aumenta al inclinar la mesa hasta que el cuerpo en conjunto se encuentra en posición semierguida. El peso del hígado tiende entonces a empujar la vesícula biliar hacia abajo del reborde costal. En esta posición también se facilita la retracción, ya que los intestinos tienden a alejarse del sitio de la operación.

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