Cultivos trasgenicos

CULTIVOS TRANSGÉNICOS,

¿SALVACIÓN PARA EL FUTURO O AMENAZA PRESENTE?

Autor: Jaime Andrés Rodríguez Ramos

Las grandes multinacionales nos describen a un cultivo transgénico como una nueva oportunidad para la aplicación de la biotecnología moderna y un gran desafío para la humanidad, ya que con esta se puede ‘agregar’ nuevos rasgos a semillas ya existentes, con lo cual se puede llegar a eliminar alergias, de este modo se llegaría a mejorar la calidad de vida del ser humano y hasta extender su promedio de vida, lo que no nos dicen y mucho menos aceptan es el daño que realmente presentan estos alimentos genéticamente modificados para nuestra salud, medio ambiente y economía.

Lo que ellos describen como ‘mitos’ de estos cultivos, son realidades y lo que ellos nos describen como beneficios para el mundo, son beneficios para su cuenta bancaria personal; los cultivos transgénicos son alimentos riesgosos y aunque se diga que no son dañinos para la salud, está comprobado  que el consumo constante de ellos produce aparición de nuevas alergias, toxicidad renal y hepática, además del riesgo que nos puede llevar a ser resistentes a los antibióticos.

Una de las principales preocupaciones que se tiene con la producción de los cultivos transgénicos es el daño ambiental que causa, que aunque son demasiados, el más importante y riesgoso es el uso de los herbicidas de amplio espectro. El más reconocido es el Roundup Ready (creado por la multinacional Monsanto), este herbicida se encarga de proteger el cultivo transgénico y arrasar literalmente con todas las demás plantas, dejando intactas solo a las transgénicas. Este resultado no se queda solo en el campo de la cosecha, este herbicida se expande hasta vegetaciones salvajes cercanas o ríos aledaños y más aún cuando se utilizan aviones para aplicar el herbicida. Esto solo llevara a una disminución alarmante de la flora salvaje lo cual afecta a insectos, aves y mamíferos; aunque las multinacionales solo le llamen progreso, para conseguir unas semillas ‘económicas’.

Todos los agricultores están entusiasmados de comenzar a trabajar con semillas transgénicas porque son más económicas y se evitaran el gasto de abono y pesticidas, esto es lo dicho por las multinacionales pero la realidad es completamente diferente. A los agricultores no les agrada estas nuevas semillas porque no son más económicas, los vuelve completamente dependientes al monopolio de las multinacionales por diversas razones, entre ellas es que con estas semillas ningún pesticida funciona si no es el autorizado por estas grandes empresas, y no pueden aprovechar las semillas de la siguiente generación.

Hay que tener en cuenta que las semillas transgénicas son patentadas, y eso quiere decir que el agricultor tienes que dar gran porcentaje para adquirirlas y que es ilegal que no sean sembradas y cuidadas de la forma en que lo indica la empresa (como por ejemplo es ilegal utilizar un pesticida diferente al autorizado).

Una gran muestra que los alimentos genéticamente modificados no son tan buenos como los venden, es que ya en varios países como: Argelia, Asia, Tailandia, China, Japón, Filipinas, Noruega, Austria, Alemania, entre otros están tomando medidas para el control al plantar y distribuir alimentos genéticamente modificados, seguramente no es por todos los beneficios que traen estas semillas.

Lo incomprensible en este momento es el entender por qué en Colombia se promueve tan bien la plantación de estos cultivos, el por qué la información de los daños que vienen al consumirlos es tan escasa y por qué el gobierno apoya tan firmemente la introducción de estos cultivos sin pensar en las perdidas de los campesinos, lo cual no se dice a futuro es algo que ya sucedió y que el gobierno encubrió y culpo a los campesinos por no ‘saber cultivar bien’ estos alimentos; y aunque estas preguntas queden en incognito por mucho más tiempo, hay que saber bien lo que se está llevando a la boca,  no solo comer por comer y sobre todo no solo comer todo lo que el gobierno nos quiere vender.

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