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DIGESTION, EL QUIMO Y QUILO

mrbissoInforme4 de Mayo de 2013

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El Perú es un país con una diversidad de climas, flora y fauna, que es diversa en todo el territorio, en la zona del norte la amazonia peruana cuenta con una selva amazónica es el bosque tropical más extenso del mundo. Las altas temperaturas favorecen el desarrollo de una vegetación tupida y exuberante, siempre verde oda la flora de la selva tropical húmeda sudamericana está presente en la Selva Amazónica. Existen en ella innumerables especies de plantas todavía sin clasificar, miles de especies de aves, innumerables anfibios y millones de insectos.

Los alimentos no pueden curar enfermedades pero si ayudarnos a mejorar si tenemos una dieta balanceada y adecuada, muchos alimentos ayudan a mejorar nuestra salud si sabemos utilizarlos de manera adecuada, a continuación nombraremos algunos de ellos.

Alimentos curativos. Cuando estamos enfermos merece la pena tener que cuenta que hay ciertos alimentos que curan gracias a sus propiedades, según qué tipo de enfermedad. Aquí hay una lista de estos alimentos que curan enfermedades y que ayudan a mantenernos sanos.

Kiwis: Esta fruta pequeña, rica en nutrientes contiene una increíble cantidad de vitamina C (el doble de la cantidad presente en las naranjas), tiene más fibra que las manzanas y supera a los plátanos como alimento con un alto contenido de potasio. La mezcla única de fitonutrientes, vitaminas y minerales que se encuentra en el kiwi ayuda a proteger de enfermedades coronarias, derrames cerebrales, cánceres y enfermedades respiratorias.

Cerezas: ofrecen un potente aporte nutricional por un número de calorías relativamente bajo. También están llenas de sustancias que ayudan a combatir la inflamación y el cáncer. Como si esto fuera poco, en estudios de laboratorio se ha demostrado que, el ácido elágico y la quercetina, dos compuestos presentes en las cerezas, inhiben el crecimiento de tumores e incluso llevan a las células cancerosas al suicidio, sin dañar a las células sanas. Las cerezas también tienen propiedades antivirales y antibacterianas.

Las guayabas: se trata de una pequeña fruta tropical que contiene más licopeno --antioxidante que combate el cáncer-- que cualquier otra fruta o verdura, y casi un 20% más que los tomates. Nuestro cuerpo no puede procesar la mayor parte del licopeno de los tomates a menos que estén cocinados; el proceso de cocción ayuda a descomponer las resistentes paredes celulares. Sin embargo, la estructura celular de las guayabas permite que el antioxidante se absorba independientemente de que la fruta esté cruda o cocida, y la fruta entera ofrece la nutrición si el sodio añadido de los productos de tomate procesados.

Frejoles: reducen el colesterol, regulan el azúcar en sangre y la producción de insulina, promueven la salud digestiva y protegen contra el cáncer. Si pensamos en fibra, proteínas y antioxidantes e inmediatamente nos vienen a la mente cereales integrales, carnes y frutas, pensemos otra vez: las alubias ofrecen los tres en un solo envoltorio.

Berro: no sólo es muy nutritivo, sino también lo más cercano a un alimento sin calorías. Proporciona cuatro veces el calcio de la leche semidesnatada, ofrece tanta vitamina C como una naranja y más hierro que las espinacas. Está lleno de vitamina A y mucha vitamina K, junto con múltiples carotenoides antioxidantes y fitoquímicos protectores.

Espinacas: las espinacas protegen de las enfermedades de los ojos y la pérdida de visión, son buenas para la función cerebral, protegen contra el cáncer de colon, de próstata y de mama y también de cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y demencia; además, reducen la tensión arterial, son antiinflamatorias y fantásticas para la salud ósea. Las espinacas poseen una increíble variedad de nutrientes, incluyendo grandes cantidades de vitamina K, calcio, vitamina A, vitamina C, folato, magnesio y hierro.

Cebollas: las cebollas contienen potentes enzimas que combaten el cáncer; se ha observado que el consumo de cebollas ayuda a reducir el riesgo de los cánceres de próstata y de esófago y también ha sido relacionado con una menor mortalidad por cardiopatía coronaria. Las investigaciones sugieren que pueden ayudar a proteger contra el cáncer de estómago. Las cebollas contienen sulfuros que ayudan a reducir la tensión arterial y el colesterol, así como un péptido que puede ayudar a prevenir la pérdida ósea mediante la inhibición de la pérdida de calcio y otros minerales de los huesos.

Zanahorias: las zanahorias son una gran fuente de los potentes antioxidantes conocidos como carotenoides. Las dietas ricas en carotenoides están asociadas con un menor riesgo de cáncer de mama posmenopáusico, así como de cáncer de vejiga, cuello uterino, próstata, colon, laringe y esófago. Las zanahorias también pueden reducir el riesgo de cáncer de riñón y ovario. Además, los nutrientes presentes en las zanahorias inhiben la enfermedad cardiovascular, estimulan el sistema inmunológico, promueven la salud del colon y refuerzan la salud ocular y auditiva.

Repollo: El repollo es una poderosa fuente de vitaminas K y C. También contiene buenas cantidades de fibra y unas puntuaciones decentes de manganeso, vitamina B6 y ácido fólico, entre otros. Numerosos estudios apuntan a una fuerte asociación entre las dietas ricas en vegetales crucíferos y una baja incidencia en el cáncer de pulmón, colon, mama, ovario y vejiga. También fortalece los huesos, reduce las reacciones alérgicas, reduce la inflamación y promueve la salud gastrointestinal.

Brécol (Brócoli): una taza proporciona más del 200% de la dosis diaria recomendada de vitamina C (una vez más, más que las naranjas), casi la misma cantidad de vitamina K, y aproximadamente la mitad de la cantidad diaria recomendada de vitamina A, junto con abundante ácido fólico, fibra, azufre, hierro, vitaminas B y toda una serie de otros nutrientes importantes. También contiene proteínas y fitonutrientes protectores. Los fitoquímicos del brécol combaten el cáncer neutralizando los agentes cancerígenos y acelerando su eliminación del cuerpo, además de inhibir los tumores causados por carcinógenos químicos.

Col rizada: Es de la misma familia de plantas que el brécol y el repollo. Contiene unos niveles elevados del compuesto sulforafano, que protege del cáncer de próstata, de piel, gástrico y de mama al aumentar las enzimas de desintoxicación del organismo y combatir los radicales libres del cuerpo. Los índoles de la col rizada han mostrado proteger contra el cáncer de mama, de cuello uterino y de colon. La vitamina K presente en la col rizada mejora la coagulación de la sangre, protege el corazón y ayuda a construir unos huesos fuertes fijando el calcio al esqueleto. También tiene más poder antioxidante que la espinaca, al proteger del daño de los radicales libres. En la medicina china, la col rizada se utiliza para ayudar a aliviar la congestión pulmonar.

Diente de león: una taza de hojas de diente de león crudas proporciona un 535% de la cantidad diaria recomendada de vitamina K y un 112% de la dosis diaria recomendada de vitamina A. Las hojas de diente de león también son una buena fuente de vitamina C, calcio, hierro, fibra y potasio. Entre todos los alimentos, es una de las fuentes más ricas de vitamina A y, entre todos los vegetales verdes, es una de las mejores fuentes de betacarotenos. Se ha utilizado durante siglos para tratar la hepatitis, y trastornos del hígado y los riñones, tales como cálculos renales, ictericia y cirrosis.

LA DIGESTION, EL QUIMO Y QUILO

LA DIGESTION:

La digestión comienza cuando el alimento ingresa a la boca (o ingestión). Aquí es masticado y triturado por los dientes.

En la boca se encuentra, además, un órgano muscular conocido como lengua, que ayuda a colocar el alimento entre los dientes para cortarlo y triturarlo.

El alimento triturado es, a la vez, mezclado con saliva (producida por las glándulas salivales) que contiene una enzima digestiva, llamada amilasa salival o ptialina, que empieza a digerir el almidón que trae el alimento. Además, actúa como lubricante y destructor de parte de las bacterias ingeridas con el alimento.

Así, luego de aproximadamente un minuto, la mezcla se convierte en una masa blanda conocida como bolo alimenticio. Este es empujado por la faringe hacia el esófago, en un proceso conocido como deglución que, por medio de una serie de reflejos, permite que los alimentos y líquidos pasen con suavidad a la siguiente región del tubo digestivo

Al tragar, el bolo alimenticio avanza por la faringe hacia el esófago, mientras tanto, la epiglotis se cierra, para impedir que este pase hacia las vías respiratorias (laringe y tráquea). Una vez en el esófago, el bolo se dirige hacia el estómago, mediante un movimiento producido por contracciones musculares involuntarios (controlado por el bulbo raquídeo), conocido como perístasis o peristaltismo. Esto consiste en que los músculos se relajan por delante del bolo y se contraen por detrás de él para hacerlo avanzar, siendo facilitado por el moco secretado por las glándulas mucosas de las paredes esofágicas.

En la unión del esófago y el estómago existe un anillo, denominado esfínter esofágico inferior o cardias, que se abre permitiendo el paso del bolo y se cierra impidiendo la regurgitación (devolución del contenido gástrico).

En el interior del estómago, el bolo se convierte en una masa llamada quimo, al mezclarse con grandes cantidades de jugo gástrico.

Este último contiene

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