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Diagnóstico Prenatal, Aborto Y Eugenesia


Enviado por   •  7 de Diciembre de 2013  •  1.480 Palabras (6 Páginas)  •  276 Visitas

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Diagnóstico prenatal, aborto y eugenesia

Los adelantos de la tecnología médica han hecho variar la situación de las personas con riesgo de transmitir enfermedades genéticas, en comparación con la que existía en los años setenta, al comienzo del programa contra la anemia falciforme. Desde mediados de los setenta, los médicos han podido informar a las madres de si el niño que esperaban estaba afectado de algún trastorno genético. El diagnóstico prenatal se basa en distintos métodos de extracción de muestras de células del feto; hoy en día, se puede incluso analizar la sangre del feto.

Tras la fecundación, el óvulo fertilizado, denominado "embrión", se transforma en dos células, luego en cuatro y así sucesivamente. En cada etapa, los genes, de algún modo aún desconocido, reciben la señal de activarse o seguir dormidos, esperando su turno. El embrión crece en tamaño y complejidad. Ocho semanas después de la fertilización, ha adquirido la forma de un ser humano en miniatura, se denomina entonces "feto", que quiere decir "el descendiente". Es un tránsito peligroso pasar de huevo a feto. Antes de que se dispusiera de métodos hormonales altamente sensibles para detectar precozmente el embarazo, se estimaba que un 15% de los huevos fecundados sufrían aborto espontáneo. Hoy día, sabemos que más del 80% de los óvulos fecundados no sobreviven, sucumbiendo silenciosamente sin ser detectados.

Oculto en el vientre, el embrión o feto no pude ser examinado directamente. Pero mientras el feto crece, está rodeado de un estanque protector de líquido amniótico. El feto pierde algunas de sus células, cuyos restos van a parar al fluido amniótico. El análisis del fluido amniótico, o "amniocentesis" fue, durante mucho tiempo, posible sólo a partir de la decimosexta semana de embarazo. Para recoger una muestra se recurría al procedimiento de insertar una larga aguja en el saco lleno de fluido que recubre al feto. Se utilizaba al principio para determinar el factor Rh y para realizar el cariotipo fetal, lo cuál permitía conocer el sexo del futuro descendiente o cualquier anormalidad cromosómica importante. Hoy en día, las técnicas de PCR permiten analizar datos genéticos a partir de una muestra minúscula de tejido, recogido mediante un procedimiento menos intrusivo, denominado biopsia del vello coriónico, a partir de las ocho semanas de gestación.

En 1978, Y. W. Kan y Andrees Dozy, de la UCSF, comunicaron que habían desarrollado una técnica para detectar la presencia del gen mutante de la anemia falciforme mediante el análisis del ADN de las células del fluido amniótico. Fue el primer diagnóstico prenatal por análisis de ADN. Las parejas que podían estar en riesgo de tener hijos afectados de la terrible enfermedad ya podían disponer de un método para conocer la futura salud de su hijo en las primeras semanas de embarazo, para asegurarse que el feto era sano o, en caso contrario, poder optar por la interrupción del embarazo. Se imponía, por vez primera, un "control de calidad" de los fetos, con opción a desechar los que no cumplan las condiciones necesarias para pasarlo.

El PGH hará posible el diagnóstico prenatal de, teóricamente, unas 6.000 enfermedades genéticas. En la práctica, ningún feto podrá ser completa y exhaustivamente analizado. Sin embargo, con seguridad, llegará el día en que algunas decenas de análisis genéticos prenatales se conviertan en técnicas de rutina en las consultas de ginecología. La gran mayoría de mujeres cuyo futuro hijo no sea capaz de pasar el control de calidad, decidirán abortarlo. Muchos grupos, contrarios al aborto, ven en este tipo de diagnóstico algo aborrecible y absolutamente antinatural. Por el contrario, Nancy Wexler afirma, de forma muy acertada en mi opinión, que "la mayoría de las mujeres que recurren al examen genético prenatal no desean un hijo perfecto. Ellas quieren uno que no las haga arrepentirse del día en que nacieron".

Quizás sea así, pero aún pueden plantearse serias dudas sobre la posibilidad de que el poder genético sesgue nuestras ideas. Casi todos estamos de acuerdo en que un feto afectado del síndrome de Tay-Sachs, que tendría una esperanza de vida de algunos meses, puede ser abortado sin muchos problemas morales. Las controversias y dudas surgen a medida que vamos subiendo en la escala de benignidad de las enfermedades genéticas: ¿abortaríamos a un feto con anemia falciforme? ¿y a un feto que padecerá la enfermedad de Huntington a los cuarenta años? ¿y a un feto que posee el 60% de probabilidad de desarrollar Alzheimer a los 75? ¿es "anormal" un niño que posee el 35% de posibilidades de desarrollar cáncer a los 60 o un niño que posiblemente tenga una inteligencia por debajo de la media? ¿qué hay de un niño que padecerá daltonismo,

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