El cáncer. El encuentro con el Cáncer
Fernanda HernándezInforme22 de Noviembre de 2016
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Contenido:
1.0 – Instrucción: El encuentro con el Cáncer 2
2.0 - ¿Qué es el cáncer? 4
2.01- Tumores 4
2.02 - Características de tumores benignos y malignos 5
2.03 - Diferencias entre células cancerosas y células normales 5
2.04 – Heterogeneidad genética 5
2.05 - Células madre tumorales 6
2.06 - Diseminación metastásica 6
2.07 - Tipos de Cáncer 6
2.08 - ¿Cómo evoluciona? 8
2.09 - Fases evolutivas y respuesta al tratamiento 8
2.10 - ¿Qué es la estadificación y cómo se realiza? 9
2.11 - ¿A qué velocidad se desarrolla el cáncer? 9
2.12 - Algunas causas de cáncer 10
2.13 - ¿Qué aumenta el riesgo de cáncer? 10
2.14 - Síntomas de cáncer 12
2.15 - ¿Cómo se diagnostica y qué aspecto tiene? 12
2.16 - ¿Cuáles son los diferentes tipos de tratamiento contra el cáncer? 13
2.17 – Quimioterapia 13
2.18 - ¿Por qué la quimioterapia es diferente a otros tratamientos? 13
2.19 - ¿Cómo funciona la quimioterapia? 14
2.20 - Los objetivos de la quimioterapia 15
2.21 - Efectos secundarios de la quimioterapia 15
2.22 - Antibióticos contra el cáncer 15
2.23 - La radioterapia 16
2.24 - Efectos secundarios de la radioterapia 16
2.25 - ¿Cuáles son los efectos secundarios del tratamiento del cáncer? 16
2.26 - Otros tipos de medicamentos contra el cáncer 17
2.27 - Terapias dirigidas 17
2.28 - Agentes de diferenciación 17
2.29 - Terapia hormonal 17
2.30 – Inmunoterapia 17
2.31 – Vitaminas 18
2.32 - Recomendaciones útiles para la salud 18
3.0 - El cáncer y los niños 19
3.01 - Detección del cáncer en los niños 20
4.0 – Conclusión 20
5.0 – Referencias 21
Introducción:
Aprendimos que el cuerpo humano se compone de tejidos, y que los tejidos se componen de sustancias químicas. Aprendimos que todo esto se modifica en las enfermedades de acuerdo a la forma y a la composición. Ahora podemos emitir un juicio: esto está enfermo. Pero el enfermo puede decir: yo estoy enfermo. ¿Es que una célula puede decir “yo”? ¿Es que una molécula, un átomo, un electrón pueden decir “yo”? ¿Quién es aquel que dice “yo”? Sólo nos enseñaron cuestiones acerca de las cosas que son “algo”, no aprendimos nada de cosas que son “alguien”. Pero la consulta comienza con que alguien nos dice “estoy enfermo”, y nos asombramos de que no nos desconcertemos inmediatamente, dado que no hemos aprendido nada de eso; si fuésemos sinceros, deberíamos estar desconcertados.
Weizsaecker, El médico y el enfermo[pic 4]
- - EL CÁNCER
El encuentro con el cáncer
La palabra cáncer tiene una intensa connotación afectiva, porque en general evoca la idea de una enfermedad que produce muchos sufrimientos y que constituye una sentencia de muerte en un plazo más o menos breve. Es cierto que la ciencia médica está en condiciones de afirmar que no siempre es ese el desenlace obligado, y que hay cánceres muy diferentes, muchos de los cuales “se curan”, pero también es cierto que la estadística comprueba que una de cada tres personas, un 33% de la población humana, se enferma de cáncer; y que una de cada cuatro, un 25%, muere como consecuencia de esa enfermedad. Esto equivale a afirmar que, a pesar de los avances de la medicina, el cáncer “mata” todavía a tres de cada cuatro enfermos que lo padecen, es decir, a un 75%.
Pirandello, en L’uomo con il fiore in bocca, narra de manera conmovedora una situación que representa muy bien el drama que frecuentemente rodea al descubrimiento de un cáncer. La obra comienza mostrándonos un hombre sentado en el café de una estación, que mira, inquieto, su reloj de bolsillo e inicia una conversación con un viajero que en la mesa vecina espera el próximo tren. Luego de unas pocas frases convencionales, le cuenta, de pronto, que la muerte le ha dejado una flor en la boca y que le ha dicho: “Dentro de seis meses volveré a buscarte”. La flor tiene un nombre muy dulce, continúa diciendo, “¿ve esta mancha violácea aquí, en mi labio?, se llama epitelioma. ¡No puedo volver a mi casa, donde mi mujer me espera! ¡Me dice que me quiere besar en la boca, que quiere morirse conmigo!”. Entre las inevitables preguntas que la enfermedad cancerosa suscita, quizá la que adquiere una mayor cualidad dramática es la que forma parte del título de este libro: ¿Por qué a mí por qué ahora? Todo enfermo de cáncer se formula a sí mismo esa pregunta, aunque la mayoría de las veces no permite que esa cuestión permanezca por mucho tiempo en su conciencia. Cuando la noticia de ese hecho infausto llega a su familia y sus amigos, también ellos, aunque no siempre de manera nítida, se plantean el mismo interrogante. No cabe duda de que es una pregunta fuerte, por ser directa, simple y auténtica. No hemos elegido para el título esa pregunta por ser una más entre las tantas que rodean a la enfermedad y, sobre todo, acompañan a los hechos que, como en el caso de un diagnóstico de cáncer, comprometen de inmediato la idea de una sentencia que implica sufrimiento, mutilación y muerte. Hay, no obstante, muchas otras que nos irán introduciendo en las múltiples incógnitas que presenta el tema. Citemos algunas entre las más comunes:
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