Embarazo Adolescente: Causas, Consecuencia, Efectos y Prevención

El Embarazo Adolescente

¿Qué es la adolescencia?

Como lo define la Organización Mundial de la Salud (Organización Mundial de la Salud, 2019), la adolescencia es un tiempo de crecimiento y desarrollo de las personas. Se inicia al final de la niñez y termina antes de la edad adulta, entre los 10 y 19 años. Hay un ritmo acelerado de cambios y crecimiento, podría considerarse una de las etapas de transición más importantes en la vida, tanto así que solo podría ser superado por lo que experimentan los bebés. El inicio de la pubertad es donde se da el pasaje de la niñez a la vida de adulto joven.

El cuerpo del adolescente crece y empieza a desarrollar características físicas muy diferentes a las que tenía. Los huesos empiezan a crecer de forma rápida y desigual, hay cambios en la voz, se desarrollan la musculatura y los respectivos órganos sexuales, incluso puede haber aparición de acné (Torres A. , 2015). Las adolescentes tienen un aumento del flujo vaginal y su primer periodo, también conocido como “menarquia”. La menarquia es señal de inicio de la madurez sexual. Los ovarios empiezan a producir óvulos maduros y el ciclo menstrual da inicio (López-Teijón, 2017).

Sin embargo, el cambio no solo se limita a lo físico y biológico, es un fenómeno cultural y social. Cambia la forma como se rodea el joven con el mundo y como ellos lo perciben. Como lo señala la OMS (2019):

        “La adolescencia es un periodo de preparación para la edad adulta durante el cual se producen varias experiencias de desarrollo de suma importancia. Más allá de la maduración física y sexual, esas experiencias incluyen la transición hacia la independencia social y económica, el desarrollo de la identidad, y asumir funciones adultas y la capacidad de razonamiento abstracto.”.

Conductas de Alto Riesgo

        Parte de el desarrollo social de los adolescentes implica encajar con sus contemporáneos. Esto los puede llevar a tomar decisiones que conllevan riesgos elevados. Se pueden ver sometidos a presiones para consumir alcohol, tabaco u otras drogas. Incluso existen influencias para empezar a tener relaciones sexuales, a edades cada vez más tempranas. Lo cual puede llevar traumatismos tanto intencionados como accidentales, embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual (ITS). Los adolescentes se diferencian mucho de los niños y los adultos, en concreto no pueden comprender conceptos complejos plenamente y rara vez entienden la relación entre una conducta y las consecuencias que trae consigo, ni tampoco se da cuenta del grado de control que tiene o puede tener sobre la toma de decisiones relacionadas con su salud, por ejemplo, decisiones que se refieren a su comportamiento sexual (Organización Mundial de la Salud, 2019).

¿Qué implica un embarazo adolescente?

El embarazo adolescente, también conocido como embarazo precoz, es el que ocurre cuando ni el cuerpo ni la mente de la joven están listos para ello. Se considera como tal cuando se inicia la edad fértil, con el inicio de la adolescencia. Muchas veces la adolescencia se ve interrumpida cuando las jóvenes se embarazan, este es un problema habitual en África subsahariana y en países de América Latina y del Caribe. Además, el cuerpo no ha finalizado su desarrollo por lo tanto es más peligroso tanto para la futura madre como para el infante. El embarazo a temprana edad afecta la salud de las adolescentes pues aumenta los riesgos de complicaciones en el embarazo y en el parto que puede conducir a la muerte (Plan Internacional, 2019).

En los mejores casos cuando una adolescente resulta embarazada se generan complicaciones psicológicas, sociales y familiares que repercuten negativamente en su desarrollo escolar y social ya que los embarazos adolescentes, en su mayoría no son buscados o deseados. Bryant (Bryant, 2009) propone que:

“La pobreza influye en la probabilidad que tienen las jóvenes de quedar embarazadas y si es así entran en un círculo vicioso, ya que la maternidad precoz suele comprometer sus resultados académicos y su potencial económico. Puede perturbar el acceso a la educación y a otras oportunidades de vida”.

Aunque España y Latinoamérica han creado programas, entre otras ayudas, se ha producido un descenso mínimo, las cifras recopiladas indican que aún hay mucho trabajo por realizar. Algunos datos que se pueden mencionar son:

– Unos 16 millones de chicas de 15 a 19 años y aproximadamente 1 millón de niñas menores de 15 años dan a luz cada año, la mayoría en países de ingresos bajos y medianos.

– Las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre las jóvenes de 15 a 19 años en todo el mundo.

– Cada año, unos 3 millones de chicas de 15 a 19 años se someten a abortos peligrosos.

– Los bebés de madres adolescentes se enfrentan a un riesgo considerablemente superior de morir que los nacidos de mujeres de 20 a 24 años (Gonzales M. J., s.f.).

Dentro de los países que comprenden Latinoamérica y el caribe según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia UNICEF (UNICEF, 2011),

“La República Dominicana ocupa el quinto lugar en embarazos de niñas y adolescentes entre los países de América Latina y el Caribe. Según la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples un 22% de las adolescentes entre 15 y 19 años en el país ha estado embarazada. Las tasas más altas se observan en Azua (36.9%) y Pedernales (35.1%)”.

Muchos expertos en el área de la salud aseguran que las adolescentes que están embarazadas necesitan atención especial, tanto física como psicológica durante el tiempo del embarazo, el parto y el postparto. Se les debería dar está atención por los riesgos que corren y así poder preservar la salud de ellas y sus hijos (Bryant, 2009).

Las adolescentes que se encuentran embarazas se encuentran dentro de un grupo que es considerado de “alto riesgo reproductivo”, dejando de lado las implicaciones sociales y psicológicas, sino enfocándose en su cuerpo, ya que como mencionado anteriormente aún está en formación. La mortalidad infantil de estas madres adolescentes solo se ve superada por las madres que son mayores de 40 años, más o menos el 40% de las adolescentes embarazadas tienen un peso por debajo de la media durante el periodo de gestación lo que resulta en un neonato con un peso muy bajo y otras complicaciones (Gazquez, 2008).

Causas

        Se han realizado muchos estudios y los factores de los factores predominantes que se observan son: el ingreso económico de los padres, niveles de educación y la condición de pobreza que pueda existir. También existe mucha influencia de parte de las representaciones culturales del género, lo que es la maternidad, sexualidad, adolescencia, las parejas, entre otros (Plan Internacional, 2019).

De manera general se puede decir que una mala educación sexual es uno de los principales causantes de la alta incidencia de embarazos adolescentes; esto no solo siendo responsabilidad de las instituciones educativas, sino desde el hogar. Los adolescentes tienen a tener un inicio más temprano en cuanto a relaciones sexuales se refiere, hace unos años la edad media en la que se comenzaba a tener relaciones sexuales era 18 años en los hombres y 19 años las mujeres. Actualmente, ese número ha disminuido a los 16 años que lleva a los jóvenes a no estar preparados perpetuando una conducta sexual irresponsable (Gonzales M. J., s.f.).

Dado que la educación sexual que reciben de parte de sus padres y otros entes educativos es casi nula, también se da una falta o distorsión de la información sobre métodos anticonceptivos. Muchas veces creen más en mitos y leyendas que circular entre sus grupos sociales. Esto los aleja del uso correcto de los anticonceptivos haciendo más alta la probabilidad de un embarazo adolescente no deseado o incluso una enfermedad de transmisión sexual (Gonzales M. J., s.f.).

Sin embargo, existen otros factores que tienen que ver más con el contexto de la situación que viven las jóvenes. Se recopilaron a partir de estudios realizados a nivel mundial y se les llama “factores de riesgo”, estos pueden ser estructurales, individuales e institucionales. Los factores estructurales comprenden todo lo que a la sociedad concierne, la poca educación que reciben respecto a la sexualidad, situaciones de alto riesgo (conflictos armados), la prostitución infantil, abuso de menores y la exclusión social son algunas de las situaciones que aquí se contemplan. Los factores individuales son las creencias propias del adolescente, todas las practicas asociadas a la maternidad y paternidad, búsquedas de reconocimiento o afirmación social, incluso la autoestima de los jóvenes puede influenciarles. Por ultimo, los factores institucionales hacen referencia a como el estado ve los embarazos adolescentes y las acciones que toma o deja de tomar para prevenir este fenómeno. La marginalidad femenina de los servicios escolares juega un papel importante, lleva a las adolescentes a desconocer incluso sus derechos en salud, justicia y protección. Se puede hablar incluso de un déficit en los servicios de consejería sobre la salud sexual y reproductiva, que rara vez existe en los países que más se ven afectados (Gazquez, 2008).

Consecuencias

        Las jóvenes que quedan embarazadas a una edad muy temprana corren una cantidad muy alta de riesgos, tanto durante la gestación como durante y después del parto, esto sin mencionar los peligros a los que se pueden exponer al querer terminar el embarazo. Plan Internacional (2019) menciona que “durante los primeros años después de la pubertad aumenta el riesgo de aborto espontáneo, obstrucción del parto, hemorragia posparto, hipertensión relacionada con el embarazo y afecciones debilitantes durante toda la vida, como la fístula obstétrica”.

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