Empoderamiento femenino en Cuba: Situación actual y estudios sobre el tema
perrobmoDocumentos de Investigación24 de Octubre de 2015
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Título: Empoderamiento femenino en Cuba: Situación actual y estudios sobre el tema.
Autores: MsC. Dayma Echevarria León.
Dr. Orlando Gutiérrez.
MsC. Viviana Togores.
A modo de introducción.
El tema del empoderamiento femenino, muy reciente aún dentro de los discursos feministas, toma cada vez más interés no solo entre las mujeres si no también entre destacadas personalidades y organismos internacionales lo incluyen dentro de sus agendas, muy vinculado al desarrollo.
Las inequidades entre hombres y mujeres, especialmente en las relaciones de poder que se establecen entre ellos (donde la mujer por lo general asume posiciones subordinadas) y hacia los recursos constituye el centro de numerosas investigaciones en la actualidad. Al parecer, existe consenso en que estas diferencias se establecen en dos dimensiones igualmente complejas: las estructuras que favorecen (o no) relaciones de poder que benefician a unos en detrimento de otras y las culturas que tienden a reproducir ese orden como “natural”.
Si bien en Cuba se han aplicado después del año 1959 en que triunfó la Revolución un grupo de medidas que intentan eliminar las barreras estructurales que mantienen a la mujer en posiciones subordinadas y marginales, estas transformaciones, aunque necesarias, no suficientes para lograr relaciones de equidad entre hombres y mujeres.
Este trabajo tiene el objetivo de mostrar la actual situación de la mujer en Cuba así como realizar un análisis de los estudios sobre mujeres y su acceso y participación en mundo público, realizados fundamentalmente en la década de los años 90s.
I. Situación de la mujer en Cuba. Principales políticas sociales promocionadas desde el Estado.
El proyecto social desarrollado en Cuba desde 1959 tiene entre sus más grandes desafíos el logro de la equidad en el desarrollo social. A través de diferentes políticas sociales se logró una distribución más equitativa de los ingresos y el acceso masivo a los servicios de salud y educación. Estas políticas, aunque se proponían beneficiar a todos por igual, enfatizaron en aquellos sectores en desventaja social. Las mujeres desde el principio fueron objeto de diferentes políticas que buscaban eliminar las desigualdades en lo económico y en lo social.
Entre las principales Leyes adoptadas en los primeros años de la Revolución y que beneficiaron sin excepción a las mujeres, se encuentran las Leyes de Reforma Agraria (1959,1961), Reforma Urbana (1961), la Nacionalización de la Enseñanza(1961).
Uno de los primeros logros revolucionarios, luego de generalizar la Campaña de Alfabetización, fue la extensión de servicios educativos gratuitos para todos los ciudadanos del país. Esto les facilitó a las mujeres el pleno acceso a la enseñanza de todos los niveles, incluyendo la politécnica y la universitaria.
La creación de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en 1960, organización de masas que agrupa a las mujeres mayores de 14 años, favoreció la implementación de un conjunto de cursos especiales con la intención de dotar a las mujeres de habilidades técnicas para su salida al mercado del trabajo. Aunque la mayoría de estos cursos reproducían labores típicamente femeninas (corte y costura, magisterio, domésticas), constituyeron una primera oportunidad para que se incorporaran al mundo del trabajo.
En esa misma época y a lo largo de los siguientes años se aprobaron un conjunto de Leyes que favorecen el acceso de la mujer al empleo. Entre ellas se pueden citar:
• Código del Trabajo.
• Código de la Familia (1975)
• Ley de la creación de Círculos Infantiles (1961)
• Ley de Maternidad (1974)
• Ley de Protección e Higiene del Trabajo (1977)
• Ley de Seguridad Social y Código Penal (1979)
• Ley General de la Vivienda.
Desde la Constitución de la República, modificada en 1992, se plantea que el Estado debe garantizar que la mujer tenga las mismas oportunidades y posibilidades que el hombre a fin de lograr su plena participación en el desarrollo del país. Como ejemplo de esta intención, en el Código del Trabajo no sólo se suprimieron todas las medidas restrictivas para el empleo de las mujeres en puestos no tradicionales si no que además se adoptaron otras medidas para ampliar sus posibilidades de incorporación al trabajo, proteger sus derechos y garantizar la igualdad de oportunidades y de remuneración.
De forma general la FMC ha implementado un grupo de estrategias y planes para impulsar la formación femenina. Esto llevó a un rápido incremento de la incorporación de la mujer al trabajo remunerado como se puede apreciar en el siguiente gráfico:
Tabla 1. Comportamiento de las Mujeres Ocupadas en el sector estatal civil. 1970-2002.(miles)
Años Mujeres Ocupadas (miles)
1970 490.6
1980 843.1
1990 1444.6
2000 1445.6
2001 1484.9
2002 1515.8
El acceso al empleo no es el único indicador que refleja las condiciones en que se desarrolla hoy la mujer cubana. En el plano de la salud, las mujeres tienen una esperanza de vida al nacer de 78.23 años, superior al 76.15 para ambos sexos. Hoy se muestra un descenso sostenido de la fecundidad (Tasa de Fecundidad 45.5, respecto a 56.3 en 1980 (MINSAP, 2002)) y de la mortalidad materna (33.9 por cada 100.000 nacidos vivos). En la década de los años 80s la maternidad precoz y las tasas de aborto constituían focos de atención para las organizaciones comunitarias y de salud (MINSAP, 2002), sin embargo, en la actualidad se ha logrado disminuir ambas cifras, especialmente esta última. Aunque la posibilidad de interrumpir los embarazos con abortos inducidos por una parte nos habla de la capacidad de la mujer para decidir sobre su descendencia, por otra, su utilización como método anticonceptivo puede generar daños a la salud de la mujer y muestra el escaso dominio de otros métodos de prevención.
Diferentes programas de salud tienen a la mujer como el centro de atención. Entre ellos se encuentran el Programa de Detección Precoz del cáncer cérvico-uterino y de cáncer de mama.
En la educación, en el curso 2001-2002 las mujeres fueron el 64.9 de los graduados de preuniversitarios y el 64.6% de los graduados de enseñanza superior. (ONE, 2002)
Si bien es cierto que la existencia de una plataforma legal y política que favorezca la equidad es una condición necesaria, no es suficiente su existencia para garantizar la equidad entre hombres y mujeres.
La posibilidad de tener control sobre la toma de decisiones y el acceso a los recursos, desde el máximo nivel de dirección del país y hasta el escenario doméstico es una de las principales variables que muestra los niveles de empoderamiento de las mujeres. En este sentido resulta interesante analizar la presencia femenina en diferentes espacios de toma de decisiones.
Tabla 2. Espacios públicos de toma de decisiones a nivel nacional
Mujeres
Asamblea Nacional 36.0%
Asambleas Provinciales 37.2%
Consejo de Estado 19.3%
Fuente: ONE, PNUD, UNIFEM. Hombres y Mujeres en Cuba. 2004.
Como se observa, a nivel nacional es insuficiente la participación de la mujer en los espacios de toma de decisiones. Al analizar esta situación al interior de la fuerza de trabajo en el mundo público y especialmente en la dirección, se observa un comportamiento similar.
La política de pleno empleo, adoptada por el gobierno revolucionario, favoreció el incremento sostenido de la participación de la mujer como fuerza de trabajo, que mantuvo cifras ascendentes hasta mediados de los años 1990. Entre las principales causas de este decrecimiento se encuentran el empeoramiento de la situación económica y social del país, que en no pocos casos significó el retorno de las mujeres al hogar ante la presión del trabajo y la familia.
Durante la década de los años 90´s, la profunda crisis económica provocó tasas de desempleo que afectaron de manera significativa a las mujeres. Entre 1990 y 1994 se redujo la ocupación femenina en el sector estatal civil en un 31,5% (FMC, 1996: 27). Durante 1997 y 1998, las mujeres fueron el 45% del personal racionalizado(Díaz, 2000:16).
Después de 1993 se tomaron un grupo de medidas con las cuales se diversifica la estructura económica. El surgimiento y desarrollo del sector cuentapropista y la diversificación de las formas de propiedad y administración constituyen opciones alternativas de empleo, que inciden en que las mujeres en edad laboral se incorporen a otras formas de propiedad, además de la estatal civil.
En el 2001 las mujeres representaban el 50.3% del total de la población del país, concentrándose el 70.3% en las edades comprendidas entre 30 y 59 años. Solo el 23.4% del total de mujeres se encuentra entre los 15 y 29 años lo que evidencia un envejecimiento de la población femenina cubana, que también se manifiesta en la población económicamente activa.
El 64.6% del total de la población se encuentra en edad laboral (entre 15 y 59 años), expresión de una población con tendencia al envejecimiento, en la cual las mujeres en edad laboral (entre 15 y 54 años) representan el 52.1%. El peso de las mujeres en edad laboral constituye un componente importante del total de la población femenina ya que representa el 64.7% del total de mujeres.
Existe
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