Envejecimiento biológico

Envejecimiento biológico.

La expresión “edad biológica” se refiere al estado de evolución/degeneración física del cuerpo. Sin embargo, a veces se emplean varias expresiones más específicas. Éstas incluyen la edad anatómica (el estado relativamente macroscópico de la estructura ósea, la constitución física, etc.); la edad carpiana (el estado de los huesos de la muñeca), y la edad fisiológica (el estado de los procesos fisiológicos, como el metabolismo).

El envejecimiento es el estado final de desarrollo que todo individuo sano y sin accidentes experimenta. En efecto, un comentarista pone de relieve este punto clasificando la edad avanzada como post-evolutiva:

“Todas las capacidades latentes para el desarrollo se han actualizado, dejando sólo las potencialidades de acción tardía para el daño” Bromley, 1988.

Las células de cuerpo no son inmortales todas mueren y se sustituyen por células nuevas en un período de unos siete años. La opinión mayoritaria es que el sistema nervioso central constituye una excepción: sus células no se sustituyen cuando mueren aunque, en el momento de redactar estas líneas, aumentan los datos de que, al menos en condiciones de laboratorio, algunas neuronas del sistema nervioso central se pueden regenerar.

Errores en la duplicación

La continua duplicación celular puede producir envejecimiento, porque cada célula es tan compleja que los errores menores inevitablemente se acumulan (Fossel, 2004). Las mutaciones ocurren por las toxinas y el estrés y también porque las instrucciones del ADN para crear nuevas células se vuelven imperfectas luego de miles de duplicaciones. Dado que las nuevas células no son copias exactas de las viejas, algunas contienen elementos dañinos. Estos errores de transmisión celular comienzan en la concepción. Si el error es grave, el organismo es abortado en forma espontánea. Si sólo una célula es imperfecta, eso no causa la muerte del organismo, ya que los cuerpos tienen muchas maneras de reparar los errores celulares y destruir la célula anormal.

Una teoría específica que explica por qué los errores celulares aumentan con el tiempo comienza con el hecho de que los electrones de algunos átomos en nuestros cuerpos no están conectados a su núcleo. Dichos átomos tienen el nombre de radicales libres. Los radicales libres son muy inestables, porque los electrones dispares pueden reaccionar violentamente con otras moléculas, lo que las divide o rompe. Dicho daño es probable sobre todo cuando los radicales libres de oxígeno revuelven las moléculas de ADN o de la mitocondria que genera la energía para la duplicación del ADN. Estos radicales libres de oxígeno producen errores en el mantenimiento de las células que con el paso del tiempo pueden causar cáncer, diabetes y arterioesclerosis como resultado del “estrés oxidante” (Halliwell y Gutteridge, 2007).

En realidad, aunque el oxígeno es esencial para la vida y algunos radicales libres de oxígeno son normales, todas las partes del cuerpo sufren si muchos radicales libres de oxígeno bombardean las células. Una célula puede recibir 10.000 de estos “golpes” por día (Sinclair y Howitz, 2006). Algunos creen que, con el tiempo, la abundancia de radicales libres de oxígeno es lo que causa el envejecimiento. Al disminuir la cantidad de sus ataques se retrasaría el envejecimiento.

El Estrés oxidativo

Innumerables estudios relacionan las principales enfermedades degenerativas con el estrés oxidativo o exceso de radicales libre en nuestro organismo. Los radicales libres son agentes químicos de gran potencial oxidante procedentes del exterior (tabaco, radiación solar UVA, contaminación), del metabolismo (respiración, catabolismo, ejercicio físico) o producidos por situaciones estresantes para el organismo. Un gran porcentaje de los radicales libres son consecuencia del catabolismo, la transformación de los alimentos en energía en la mitocondria. En condiciones

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