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FISICA MÉCANICA


Enviado por   •  1 de Agosto de 2022  •  Informes  •  4.284 Palabras (18 Páginas)  •  44 Visitas

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Borrador, agosto de 2021

Selecciones de

Ensayos sobre la percepción de un universo exterior

Lady  Mary Shepherd[1]

ENSAYO I

Consideración del razonamiento erróneo contenido en los Principios del Conocimiento Humano del Obispo Berkeley

Sección I

"Cuando varias ideas", dice el Obispo Berkeley (sección 1), "("impresas en los sentidos") son observadas acompañándose unas a otras, empiezan a ser marcadas por un solo nombre; y así son consideradas como una sola cosa. Así, un cierto color, sabor, olor, figura, y consistencia son considerados como una cosa distintiva, significada por el nombre de manzana; otra colección de ideas forman una piedra, un árbol, un libro, etc.". (Sección 3ª, p. 25), "Porque ¿qué son los objetos sino las cosas que percibimos por el sentido? y ¿qué percibimos sino nuestras propias ideas o sensaciones? pues, (sección 5ª,) la luz y los colores, el calor y el frío, la extensión y la figura, en una palabra, las cosas que vemos y sentimos, ¿qué son sino otras tantas sensaciones, nociones, ideas, impresiones sobre los sentidos? y ¿es posible separar incluso en el pensamiento alguna de ellas de la percepción?" (Sección 9ª, p. 27).  "Algunos distinguen entre cualidades primarias y secundarias; pero la extensión, la figura y el movimiento, son SOLO ideas que existen en la mente. Y una idea no puede ser más que una idea, porque ni éstas ni sus arquetipos pueden existir en una sustancia no perceptiva" (Sección 15).  Es imposible, por lo tanto, que cualquier color o extensión en a bsoluto, o cualidad sensible, exista en un sujeto no pensante sin la mente, o de hecho, que haya cualquier cosa como un objeto exterior".

Hasta aquí el obispo Berkeley sosteniendo que los objetos no son más que ideas o sensaciones de cualidades sensibles, y que estas ideas comprenden tanto las cualidades primarias como las secundarias. Creo que muchos pensarán, por lo que he dicho en las páginas anteriores, que no hay ninguna diferencia material entre mi doctrina y la suya. Pero una investigación cuidadosa de ambas mostrará que hay una diferencia considerable. Porque, aunque estoy de acuerdo con él, en primer lugar, en que nada puede ser parecido a una sensación, o idea, o percepción, sino una sensación, idea y percepción, y en segundo lugar, en que las cualidades primarias, después de las impresiones que hacen en los sentidos, son sensaciones, o ideas, o percepciones, así como las secundarias, con todo, no estoy de acuerdo con él en afirmar que los objetos no son más que lo que percibimos por los sentidos, o que consisten en una enumeración completa de todas las ideas que constituyen una manzana, una piedra, un árbol o un libro, así como la suma de sus cualidades sensibles. Porque he dejado claro, espero, por el argumento anterior, que un objeto percibido por la mente es un ser compuesto, que consiste en una cierta colección de cualidades sensibles, "mezclada con una idea resultado del razonamiento" de acuerdo con la cual tales cualidades se forman por un "conjunto exterior e independiente continuamente existente de causas tan diversas y apropiadas"; por lo tanto, que debe haber "un objeto exterior", que existe como una causa para activar el sentimiento interior.

El error lógico del Obispo Berkeley en esta parte del asunto, consiste en una definición incompleta; porque ninguna definición es buena si no tiene en cuenta todas las ideas que están bajo el término; y en cada objeto de los sentidos que la mente percibe, el conocimiento de su género, como un efecto general que surge de una causa general independiente de la mente, se mezcla con las sensaciones o ideas resultantes de sus cualidades especiales, afectando al mismo. La noción de este género se omite en la definición del Dr. Berkeley de un OBJETO, por las palabras limitantes ‘pero’ y ‘sólo’.

El obispo Berkeley es culpable de una ambigüedad, cuando habla "de las ideas que se imprimen en los sentidos", "de nuestra percepción" (por el sentido), "nuestras propias ideas y sensaciones", porque parece hablar de los "sentidos en los que se imprimen los objetos", como si tendiera por ellos esos cinco órganos del sentido, a saber, el ojo, el oído, etc., vulgarmente llamados los sentidos, pero que, en verdad, no tienen ningún sentido o sensación (feeling) en sí mismos como independientes de la mente; sino que son instrumentos mecánicos; que como poderes modifican las existencias exteriores, antes de llegar a la capacidad sintiente, la cual, como poder general o sensación (feeling) se modifica por ello; porque indudablemente, los sentidos como órganos no pueden percibir lo que los sentidos como órganos deben formar.

Cuando dice que "las ideas se imprimen en los sentidos", la frase contiene la misma doctrina que está controvirtiendo.

Las ideas de los colores no pueden imprimirse en el ojo; ni las del sonido en el oído; ni las de la extensión en el tacto; porque no hay tales IDEAS, hasta después de que el ojo, como instrumento, ha sido afectado por algunas clases de objetos externos, aptos para transmitir al principio sintiente, una sensación de color, y así de los demás. Por lo tanto, los objetos percibidos por los órganos de los sentidos no pueden ser nuestras ideas, ni las sensaciones. De hecho, no se da cuenta de que utiliza la noción de percepción (que es de la que depende todo el argumento) en dos métodos o significados diferentes. Porque el término percepción, cuando se aplica a aquellos objetos para cuya observación se requieren los órganos de los sentidos, y por los cuales se determinan ciertas cualidades en la mente que percibe, se usa como el dato [the notice] que la mente toma de la presencia de ciertas cualidades como consecuencia del uso consciente de los órganos de los sentidos, cuyo uso y acción debe, por lo tanto, estar en relación con algunos objetos que no son la mente; pero cuando se aplica a las "ideas y sensaciones de las cualidades sensibles", la percepción sólo se usa como la conciencia mental de esas cualidades, dejando fuera el uso consciente de los órganos de los sentidos y las ideas de los objetos exteriores que necesariamente deben haber actuado sobre ellos.

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