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Fiebre Hemorragica Argentina


Enviado por   •  16 de Diciembre de 2013  •  3.714 Palabras (15 Páginas)  •  321 Visitas

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Calomys musculinus ha sido identificado como reservorio del virus Junín, agente etiológico de la Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA) también conocida como mal del rastojo. Este roedor presenta una amplia distribución en el territorio argentino y es la especie predominante en las asociaciones de roedores del sur de Córdoba. Considerando que la localización y abundancia de una población puede ser inferida por la presencia y distribución de los recursos ambientales para ella necesarios, y bajo el supuesto de que éstos pueden detectarse desde sensores remotos satelitales.

La Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA) es una zoonosis producida por el Virus Junín, por ser en esta localidad donde se produjo el primer brote. Como ya dijimos asociada al Calomys musculinus, que se observa en las zonas cerealeras.

Es endémica en las provincias: Santa Fe, Córdoba, La Pampa y Buenos Aires. Afecta al hombre y animales, en 1958 el área estimada era de 16.000 km2 y en la actualidad se estiman 150.000 km2.

Los nidos o madrigueras de los roedores poseen partículas del virus, cuando las maquinas agrícolas destruyen los refugios, quedan contaminadas con el virus. El trabajador rural al tocar las maquinas y luego las mucosas y los ojos adquieren la enfermedad, de allí el nombre mal de los rastrojos. La infección humana se produce fundamentalmente por la aerosolización de materia fecal y orina del vector.

La emergencia de la FHA en la década del 50, 40 años antes de la descripción del SPH, (Síndrome Pulmonar por Hantavirus) se habría producido por las prácticas de agricultura y la extensión del área dedicada al cultivo de maíz, generando cambios en el medio ambiente que favorecieron al incremento del principal reservorio del VJ, el Calomys musculinus (Sabattini & Maiztegui, 1970).

Se debe tener presente que, aunque en menor frecuencia, también son reservorios otras especies como Calomys laucha, Mus musculus, Necromys benefactus, A. azarae y O. flavescens, estos últimos también reservorios de Hantavirus.

En la Región Centro casi no hubo modificaciones del espacio y si cambios en el tipo de actividad, grado de mecanización o tipo de cultivo, lo que explicaría el carácter endémico que se observa en la transmisión de VJ y Hantavirus. Por otra parte, los registros fósiles han demostrado que los cambios climáticos pueden generar diferencias en el patrón de abundancia específica de roedores en la región, y alopatría de especies antes simpátricas. Estos últimos cambios pueden haber dado lugar a "saltos" interespecíficos de patógenos en especies que hoy no se encuentran conviviendo en la misma área.

Estos registros muestran, también, que el género Calomys ha experimentado un incremento en el área pampeana central-sur en los últimos 300 años. La abundancia de Calomys se expresa también como extensión de área, cuando los ecosistemas de explotación agrícola y ganadera, en la región central y luego en la Patagonia, ofrecen un hábitat uniforme y beneficioso para estos roedores oportunistas (Pardiñas, 1998).

La transmisión interhumana es infrecuente. El período de incubación es entre 14 y 21 días. El tratamiento con plasma inmune en los primeros 8 días reduce la letalidad a <1%. El 10% de los pacientes tratados desarrollan un Síndrome Neurológico Tardío (SNT) entre 4 y 6 semanas después de la enfermedad aguda. La vacuna Candid #1 tiene una eficacia >95% única dosis.

La epidemiologia de la fiebre hemorrágica Argentina debe ser entendida en 2 niveles.

1-La más importante se refiere a la distribución del VJ en los roedores huéspedes. A nivel poblacional este problema es complejo y depende de la interacción del virus, los roedores y las diversas variables ecológicos.

2- Relacionado con las variables que ponen al hombre en contacto con los roedores ocasionando las infecciones humanas.

El mayor número de casos ocurren durante los meses del otoño- invierno, con un pico en mayo, coincidiendo con la época de cosecha. Es cuatro veces más frecuentes en hombres y nueve veces en la población rural.

Esto se debe a que los hombres son los que realizan tareas rurales, por lo tanto entran en contacto con los roedores y o que estos últimos aumentan su densidad en esta parte del año.

La incidencia de la fiebre hemorrágica Argentina es en general mayor en las áreas nuevas, manteniéndose por un período de entre 5 a 10 años, declinando posteriormente.

La incubación es entre 6 a 14 días. El cuadro complejo con fiebre, decaimiento y cefalea. Luego aparecen mialgias, lumbalgias, artralgias, mareos, nauseas y vómitos. La ausencia de tos y de congestión nasal es útil para diferenciar la misma de infecciones respiratorias agudas.

Luego aparecen los exantemas en cara, cuello y parte superior del tronco y petequias en la piel de axilas y cara interna de brazos. Las encías se encuentran inflamadas y suelen sangrar por la presión. La lengua se encuentra saburral y generalmente presentan una halitosis bastante típica. El enantema mucofaríngeo se caracteriza por petequias y microvesículas. Suelen existir adenomegalias laterocervicales.

Al final de la primera semana puede haber oliguria y deshidratación. Los síntomas neurológicos como la irritabilidad, somnolencia y lentitud en las respuestas son frecuentes.

En las mujeres es casi constante la presencia de metrorragias, también pueden producir gingivorragia epistaxis espontaneas.

Durante la aguda semana el 70, 80% de los pacientes mejora, el resto comienza con manifestaciones hemorrágicas y neurológicas severas pudiendo evolucionar o caen en shock.

Pueden aparecer complicaciones bacterianas como neumopatías en infecciones urinarias. La mayoría de los pacientes que se curan, mejoran durante la tercera semana experimentando una convalecencia de uno o dos meses.

Las dificultades que presenta es que las características de la FHA sólo permiten controlarla. Si fuera una enfermedad que se contagiara únicamente de hombre a hombre, sería más fácil, pero una zoonosis necesita del conocimiento de los hábitos del animal reservorio para combatirla. Entonces hay que elaborar estrategias.

La FHA no es la única en su tipo; también existen fiebres hemorrágicas en Bolivia, de características y virus similares. La FHA se ha detectado en nuestro país solamente, y el virus que la ocasiona

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