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Guia mecanica

Joshua AlexanderTarea24 de Agosto de 2015

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UN DIA EN SU VIDA I.

        Se encontraba terminando lo que parecía ser el <peor día de su vida>, una insuperable serie de sucesos desafortunados habían atropellado al muchacho desde el momento en que había decidido salir de su casa a comenzar su rutina diaria.

        “Y de repente una viga de hierro lo golpea en la sien”.-Exclamo el muchacho recordándose de una canción.

        Se sentía tan abatido aquel día que pareciese como si se tratase de eso mismo, de una viga de hierro golpeándolo en la cabeza, pero la viga de hierro tenía un nombre, un nombre en sentido figurativo, se llamaba ‘la cruda realidad’.

        Como era de costumbre se dirigía hacia su casa para terminar con el agotador día, y como era de costumbre nada nuevo paso en el camino hacia su casa.

UN DIA EN SU VIDA II.

        ‘Las desgracias siempre vienen juntas’, no se sabe que tenga esto de cierto, o por lo menos en algunos casos esa egla> no se cumple, el simple hecho de tener un mal día no implica que el siguiente sea igual, por desgracia, este no era el caso del muchacho que se dirigía a casa para así poder culminar lo que parecía ser el <segundo peor día de su vida>, la serie de desgracias habían seguido su curso tal como un plomo rodando colina abajo en una montaña de nieve.

        “El cielo se ve tan claro, pero mi futuro tan oscuro”.-No pudo evitar exclamar esas palabras mientras caminada por el deprimente panorama.

        Por supuesto, el panorama no tenía nada de deprimente en él, se podría decir que era un contorno sin nada fuera de lo normal, y al igual que el panorama todo fue normal mientras se dirigía hacia su casa para así poder dar fin al deprimente día.

EL GRIS CONOCE AL BLANCO.

        ‘Si incluso los granos de arena se unen podrán afrontar a la montaña’, en esta ocasión el dicho había tomado un nuevo significado en sus vida, se puede decir que incluso encontró la parte negativa de toda esa oración, en este caso los granos de arena serían las <desgracias ocurridas>, y la montaña todos sus <ánimos>.

        Se encontraba ya en el punto en el cual cualquier mínimo infortunio significaba una calamidad para él.

        Por supuesto este tercer día se podría bautizar sin temor a equivocarse en el <peor día de su vida>, los dos días anteriores ya habían pasado a ocupar los puestos tan poco gloriosos como lo son  y <el tercer peor día de su vida>.

        El paisaje se pintaba tan normal como de costumbre, el mismo panorama urbano de casas similares agrupadas una al lado de la otra, el mismo sonido de los carros que transitaban las calles, las mismas conversaciones triviales de quienes pasaban a su lado, cosas totalmente normales, tan normales que incluso eran despreciables. En medio de todas esas cosas normales se encontraba una que no parecía ser destacable con el entorno, de hecho, era totalmente NORMAL y encajaba de manera perfecta con el paisaje, era la vista de un gato acicalándose, pero para el joven parecía tener un significado completamente diferente.

        “Que frustrante”.- Dijo mientras se acercaba al gato y este se alejaba tres pequeños saltos para continuar acicalándose.

        Por alguna razón al joven le molesto siempre esa actitud de los gatos, cuando te acercas a uno este se aleja pero no mucho, se voltea a verte, y se acicala.

        “Parece como si se burlara de mi”.- Exclamo mientras caminaba hacia el gato.

        Y así sin ninguna razón aparente, sin ningún motivo que lo obligara a realizar esa tarea, e incluso sin ningún argumento razonable para continuar haciéndola, repitió varias veces con el gato ese extraño ritual del acercársele y el gato alejársele tres pequeños pasos.

        Tantas eran las veces ya que había repetido esas acciones, que estaba totalmente desviado de su dirección original, ya no se dirija hacia su casa, ya ni siquiera sabía adónde se dirigía, simplemente estaba siendo dirigido por los que en ese momento parecían ser aleatorias direcciones las cuales tomaba el gato.

        <A veces hacia adelante, otras veces hacia la izquierda, y muchas veces hacia la derecha>.- Pensaba para sí mismo el joven mientras se recordaba que por lo general los gatos no se alejaban de la cuadra en donde vivían, pero este ya había recorrido decenas de cuadras desde el punto en que se encontró con él.

        Pero simplemente no le importó, simplemente quería saber adónde le llevaría toda esta inútil tarea, <He llegado bastante lejos como para detenerme ahora!, además no es como si tuviera algo más que hacer>,y con esa misma actitud siguió al gato, simplemente perdió la noción del tiempo, perdió la noción del sentido hacia donde se dirigía, perdió la noción de los alrededores en los que se encontraba, solo se concentraba en el gato y en qué dirección  iba a tomar.

        Habiéndosele nublado la mente, habiendo pasado horas caminando tras el gato , se fijó que ya el paisaje le era irreconocible .Incluso si paso horas tras él , no podía distinguir en que parte de la ciudad se encontraba , de hecho , no podía ni identificar el ‘entorno’ que lo rodeaba.

        Estaba totalmente blanco...

        Simplemente como si el mundo fuese sido gobernado únicamente por ese color.

        Solo existían tres elementos que arruinaban perfectamente la armonía de ese color, que su existencia era algo que daba el presentimiento de que no deberían estar ahí, esas tres cosas eran: El muchacho, el gato, y una puerta.

        Como el humo de un cigarro al ser consumido, igual de parecido a mancha de pintura siendo removida de un lienzo, sin previo aviso, como si al autor le hubiese parecido absurda la idea de que permaneciese ahí, uno de eso tres elementos simplemente se desvaneció.

        El gato que se suponía que debía estar enfrente del muchacho había desaparecido, dejando así solo dos elementos que no encajaban en el entorno: El muchacho y la puerta.

        .-Pensó mientras tomaba la determinación de seguir hacia adelante y abrir la puerta.

        LA BESTIA DE OJOS ROJOS.

        El ambiente cambio por completo, lo que solía ser un vasto y amplio universo en el cual el blanco gobernada, se había reducido a un pequeño espacio, una pequeña habitación.

        Se podría decir que la habitación era la mitad de un círculo, y la puerta estaba ubicada en la centro del diámetro, por lo que el muchacho desde su perspectiva gozaba de una completa visión del espacio en el cual ahora se encontraba.

        Tanto el piso como el techo tenían una cerámica negra, tan reluciente que podía ver su reflejo en ellas, las paredes estaban adornadas con mosaicos negros y rojos muy pequeños los cuales formaban un adorno de espiral.

Aunque la cerámica tanto del piso como del techo era negra la habitación se encontraba asombrosamente bien iluminada, pareciendo como si la habitación te invitara a echar un vistazo a cada rincón y a cada detalle en el diseño.

         Colgando en la pared se podían encontrar una serie de espadas y escudos los cuales le recordaron al muchacho los cuentos de caballeros que solía leer.

A su izquierda pudo detallar una serie de sofás los cuales se acoplaban con la curvatura de la habitación y enfrente de ellos estaban unas mesas de café.

Lo que se encontraba a su derecha era un poco más difícil de describir, si tuviera que adivinar el muchacho simplemente diría que es ‘algo así como el lugar de práctica de un mago’ con varios gabinetes y espejos, con un colección de sombreros con diseños extravagantes colgando en un perchero el cual da la impresión que fue colocado exclusivamente para sujetarlos, rodeado con lo que parecían ser unas jaulas para aves y varias espadas incrustadas en un cajón que estaba decorado con cierto diseños al estrafalarios.

.- pensó el joven para sí mismo, mientras simplemente se quedaba de pie limitándose a observar y en cierta forma criticar, de cualquier manera ¿qué más podía hacer?, estaba en un ambiente desconocido y esa era una de sus malas costumbres.

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