Historia del tributo en el Рeru
123666Tutorial1 de Diciembre de 2014
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I. HISTORIA DEL TRIBUTO EN EL PERU .
INTRODUCCIÓN:
Para comprender mejor la historia de la tributación en nuestro país, debemos tener presente que está marcada por dos momentos diferentes: antes y después de la llegada de los españoles.
Desde esta perspectiva hay que entender que el desarrollo del proceso a través del cual el Estado recibe bienes (moneda, especie o trabajo), para cumplir con las funciones que le son propias como realizar obras o brindar servicios para el bien común, va a ser distinto en ambos periodos.
Mundo Andino; La tributación se realizó a través de la reciprocidad, entendida como un intercambio de energía humana, fuerza de trabajo o de “favores”.
Mundo Occidental; Tributo entendido como una entrega de dinero o productos a la autoridad en términos muchas veces coercitivos.
1.1. PERU PREHISPANICO
Comprender la sociedad y economía andina prehispánica, implica entender a pueblos en los que no existió el comercio, la moneda ni el mercado, pero sí el intercambio. Veremos la forma en que se acumularon recursos para posteriormente ser redistribuidos. Esto se dio a través de los dos medios organizadores de la sociedad y economía andina: la reciprocidad y la forma particular de redistribución. Ambos sustentados en las relaciones de parentesco.
La organización económica inca estuvo basada en el cultivo intensivo de la tierra, con lo cual se aseguraban el alimento, tanto individual como colectivamente .
El trabajo representó la principal actividad del imperio incaico y presentó las siguientes formas: mita, minka y ayni.
o LA MITA, era un sistema de trabajo a favor del Estado Imperial del Tahuantinsuyo, donde se movilizaban multitudes de indígenas a trabajar por turno en labores de construcción de caminos, puentes, fortalezas, centros administrativos, templos, acueductos, explotación de minas, etc. Existía una mita para servicios especiales como las labores de cargueros del Sapa Inca, músicos, chasquis y danzantes, los obligados a cumplir esta labor eran los adultos hombres casados, más no las mujeres, comprendían entre los 18 y 50 años.
o La Minca, MINKA, o minga, es el trabajo que se realizaba en obras a favor del ayllu y del Sol (Inti), una especie de trabajo comunal en forma gratuita y por turno, era una forma de beneficio para el Estado, donde concurrían muchas familias portando sus propias herramientas, comidas y bebidas. Las familias participaban en la construcción de locales, canales de riego, así como la ayuda en la chacra de las personas incapacitadas huérfanos y ancianos.
o EL AYNI, era un sistema de trabajo de reciprocidad familiar entre los miembros del ayllu, destinado a trabajos agrícolas y a las construcciones de casas. El ayni consistía en la ayuda de trabajos que hacía un grupo de personas a miembros de una familia, con la condición que esta correspondiera de igual forma cuando ellos la necesitaran, y en retribución se servían comidas y bebidas durante los días que se realicen el trabajo. Esta tradición continúa en muchas comunidades campesinas, ayudándose en las labores de cocina, pastoreo y construcción de viviendas.
OBTENCIÓN DE RECURSOS MEDIANTE LA RECIPROCIDAD
Según el Diccionario de la Real Academia Española significa Reciprocidad a la “Correspondencia mutua de una persona o cosa con otra”. En términos sencillos y coloquiales podemos decir “Hoy por ti, mañana por mí. Yo te doy y tú me das”.
La reciprocidad fue el medio o sistema de intercambio de mano de obra y servicios, por la de recibir productos alimenticios principalmente en épocas de escases, y el beneficio que ofrecía las obras publicas. La construcción de andenes en las tierras del Inca y del Sol, y la siembra de determinado producto en dichas tierras, producen productos estos productos eran repartidos a toda la población – Reciprocidad.
La reciprocidad se sustentó en el incremento de lazos familiares. Es decir, la multiplicación de los vínculos de parentesco fue necesaria para la existencia y continuidad de la reciprocidad.
La redistribución era una función realizada por el jefe de Ayllu, curaca o Inca, quienes concentraban parte de la producción que posteriormente era distribuida a la comunidad o diversas comunidades, en épocas de carencia o para complementar la producción de esos lugares.
NIVELES DE RECIPROCIDAD Y REDISTRIBUCIÓN
a) A nivel ayllu:
En este nivel los miembros del ayllu en el que existen relaciones de parentesco, realizan la prestación de servicios en forma regular y continua entre diferentes ayllus.
En un primer momento, los miembros del ayllu “A” prestan sus servicios a los del ayllu “B” y éstos a cambio les entregan el alimento necesario para que cumplan con su labor.
En un segundo momento, la situación se invierte. Posteriormente ambos intercambian sus productos. A esta forma de intercambio de mano de obra se le denomina ayni. Este nivel de reciprocidad que viene a ser simétrico, sólo permite una redistribución en mínima escala .
Al respecto debemos hacer un paréntesis, puesto que los hechos expuesto no constituye de alguna forma tributar, toda vez que no interviene las tierras del Inca o del Sol (Estado), puesto que son prestaciones reciprocas entre particulares (ayllu con ayllu), que se efectúa a través del ayni.
b) A niveles más amplios:
Comprender cómo fue que se aplicaron estos principios en escalas mayores, demanda partir del estudio del rol de los curacas en el mundo andino.
Los curacas eran elegidos, seleccionados o promovidos por su grupo étnico, luego de cumplir ciertos rituales específicos de cada grupo. Durante el Tahuantinsuyo, el inca no intervenía en la elección o selección de los curacas salvo muy raras ocasiones.
El curaca para acceder a la prestación de mano de obra de su etnia debía a cambio ofrecer determinados servicios. Éstos podían ser:
Mediar en conflictos personales.
Administrar y distribuir recursos: tierras, agua y depósitos. Planificar y dirigir la construcción de canales, depósitos y terrazas para cultivos.
Cumplir con los rituales religiosos de la etnia (entregar ofrendas a los dioses), organizar las fiestas familiares, militares, etc.
Organizar el aprovechamiento de los recursos de otros pisos ecológicos.
Aquí se cumple la reciprocidad, el curaca realiza determinadas funciones y recibe a cambio bienes o fuerza de trabajo en favor de los ayllus. El trabajo colectivo que realizan los ayllus a favor de su curaca se llama mita. El curaca étnico o macro étnico mantenía vínculos de parentesco con su etnia lo cual le garantizaba establecer la reciprocidad y redistribución.
Entonces, para que el inca pudiese solicitar un servicio debía tener un lazo de parentesco con el curaca. Así tenemos que el inca se casaba con la hermana del curaca y éste con la del inca o alguna mujer de su entorno familiar. De esta manera, quedaba establecido el requisito básico para que se establezca la reciprocidad. Cada inca al iniciar su periodo debía restablecer estas relaciones y las negociaba con cada curaca.
Existían convenios de reciprocidad, entrega de energía humana a cambio de la recepción de determinados bienes de la redistribución.
Cuando el Tahuantinsuyo fue ampliando sus fronteras, el Inca ya no podía realizar personalmente todos los ritos de la reciprocidad, esto dio lugar a la construcción de centros administrativos donde los representantes del inca (yanas) se reunían con los jefes étnicos para renovar los vínculos de reciprocidad. El inca buscó medios para evadir los ritos de la reciprocidad sobretodo los relacionados al “ruego” y al “requerimiento”, para lo cual contó con la presencia cada vez mayor de “yanas”.
Alfonso Klauer (2005) en su obra “El Cóndor herido de muerte” realiza una clasificación de los tributos al Inca:
CLASIFICACION TRIBUTOS
CONTRIBUCIONES PERMANENTES o Tres hombres y tres mujeres, por cada cien adultos, para extraer oro que era llevado al Cusco durante todo el año.
o Sesenta hombres y sesenta mujeres para extraes plata que era llevado al Cusco durante todo el año.
o Ciento cincuenta hombres para trabajar permanentemente como yanaconas de Huayna Capac.
o Diez yanaconas para trabajar en depósitos de armas.
o Cuarenta hombres para custodiar a las mujeres del Inca.
o Quinientos hombres como cargadores de las andas del inca, entre otros.
CONTRIBUCIONES PERIODICAS o Cuarenta hombres para sembrar tierras en el Cusco (una o dos veces al año)
CONTRIBUCIONES ESPORADICAS o Cuarenta hombres para acompañar al Inca durante sus cacerías; y,
o Quinientos hombres para sembrar y diversas actividades, sin salir de sus tierras.
Según esta clasificación, podemos concluir que la forma de tributar, era a través de la prestación de servicios en favor del Estado, es decir en realizar trabajos para las tierras del Inca y del Sol, por intermedio de la Mita y la Minka, mas no el Ayni.
A manera de conclusión podemos señalar, que la redistribución de recursos y la contribución de fuerza de trabajo se sustentaron en dos principios organizadores de la sociedad andina: la reciprocidad y la redistribución. Estos principios constituyeron el fundamento para exigir la contribución. También se pude observar que, todos
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