Hormona Y Desarrollo Embrionario
Vicente_Vasquez3 de Agosto de 2014
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CURSO: BIOLOGÍA COMÚN
MATERIAL Nº 20
Unidad II: Procesos y Funciones Vitales.
HORMONAS Y DESARROLLO EMBRIONARIO.
INTRODUCCIÓN
Se considera desarrollo embrionario al período de crecimiento y morfogénesis comprendido
entre la formación de un cigoto y el nacimiento de un nuevo organismo. En el ser humano este
proceso tarda aproximadamente unas 38 semanas (266 días), a partir de la fecundación. Este
período involucra crecimiento con diferenciación celular y morfogénesis, es decir, formación de
tejidos y órganos. A diferencia del concepto de desarrollo, se usa crecimiento, para referirse a
aumento de tamaño por división celular, o a un cambio de forma de una estructura. Estas
diferencias de forma están causadas por valores distintos en la velocidad del crecimiento de
ciertos caracteres o del organismo como un todo. El desarrollo fetal se centra en el crecimiento y
en la maduración de los órganos.
Durante los dos primeros meses que siguen a la fecundación, el ser humano en formación, es un
embrión. El concepto de feto y desarrollo fetal se aplica desde la novena semana de gestación
hasta el nacimiento.
La disciplina que estudia el desarrollo embrionario y fetal se denomina Embriología.
Tempranamente en el siglo XX, la embriología experimentó la transición desde una embriología
descriptiva (incluido un estudio comparativo posterior) a una ciencia experimental referida al
descubrimiento de los mecanismos del desarrollo, considerando también los aportes recientes de
la biología molecular.
1. DE LA FECUNDACIÓN A LA IMPLANTACIÓN DEL BLASTOCISTO EN EL ÚTERO
La fecundación (Figura 1) consiste en la penetración de un ovocito secundario por un
espermatozoide y la unión subsiguiente de sus pronúcleos, resultando un cigoto. Dicho
proceso ocurre normalmente en una de las Trompas de Falopio u oviducto, 12 ó 24 horas
después de la ovulación. Los espermatozoides experimentan previamente, en el aparato
reproductor de la mujer, una serie de cambios funcionales, denominados capacitación, en
virtud de los cuales la cola del espermatozoide se mueve con mayor fuerza y permite que su
membrana plasmática se fusione con la del ovocito. Las enzimas ubicadas en el acrosoma del
espermatozoide ayudan a penetrar la zona pelúcida del ovocito II. Una vez efectuado ésto, el
ovocito II completa recién la meiosis II del proceso de ovogénesis.
Figura 1. Fecundación del ovocito por el espermio.
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Desde que se establece el contacto entre las vellosidades ovocitarias y las membranas del
espermio, se produce una fusión membrana-membrana, quedando paulatinamente el material
espermático, incluso gran parte del flagelo, incorporados al citoplasma del ovocito (Figura 2).
En ese momento ocurren grandes cambios tanto en el ovocito como en el espermio que dan inicio
al desarrollo del cigoto.
El espermio hincha y descondensa su núcleo, a la vez que uno de sus centríolos comienza a
generar el aparato mitótico de la futura mitosis del cigoto.
El ovocito experimenta la llamada activación que incluye tres modificaciones:
· Reacción cortical: consiste en la exocitosis de los gránulos corticales, que son vesículas
llenas de enzimas que al liberarse, modifican químicamente la zona pelúcida para hacerla
refractaria a la entrada de otros espermatozoides, favoreciendo la fecundación monoespérmica
(bloqueo poliespérmico).
· Reacción zonal: Reacción de la zona pelúcida. El contenido de los gránulos corticales, vertido
al espacio perivitelino se asocia a la cara interna de la zona pelúcida, provocando en ella un
cambio que impide la penetración de nuevos espermios.
· Eliminación del segundo polocito. Posteriormente ambos pronúcleos se fusionan
reestableciendo la diploidía, en un proceso llamado anfimixis, y se activa el metabolismo del
ovocito para indicar el desarrollo temprano del cigoto (Figura 2).
Figura 2. Fecundación y completación de la segunda división meiótica del ovocito II.
El cigoto experimenta en los primeros 4 días, una serie de divisiones celulares, proceso llamado
segmentación, que ocurre mientras viaja el joven embrión por la Trompa de Falopio hacia el
útero. Estas segmentaciones subdividen al cigoto en dos células, a continuación en cuatro,
después en ocho, etc. Las células hijas, denominadas blastómeros, no crecen entre las
divisiones, por lo que el tamaño del embrión no cambia (Figura 3). A partir del estado de 6 a 8
blastómeros, en el embrión se diferencian 2 grupos de células: una masa de células externas,
periférica, y una masa de células internas, central. La masa de células externas, también
denominada trofoblasto, es el origen principal de la placenta y de sus membranas embrionarias
asociadas, mientras que, la masa de células internas, también llamada embrioblasto, produce el
embrión propiamente dicho y el amnios. Hacia el estadio de 32 células (entre los días 4 y 5 del
desarrollo) comienzan a formarse en el embrión, ahora llamado mórula, una cavidad central llena
de líquido, el blastocele.
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Figura 3. A medida que la segmentación embrionaria continúa, hay poco cambio en el tamaño total.
En cambio se obtiene una mayor relación de superficie/volumen, un factor esencial en la respiración de
células embrionarias activas.
Entre el quinto y el sexto día del desarrollo, el embrión es una bola hueca compuesta por unas
100 células llamado blastocisto o blástula. En este momento, penetra en la cavidad uterina y
comienza a implantarse en el revestimiento endometrial de la pared uterina, proceso denominado
implantación. Antes de implantarse la blástula, se desprende de la zona pelúcida (figura 4). Si
se implanta el embrión, las células del trofoblasto producirán la hormona gonadotrofina
coriónica (hCG), que mantiene la actividad del cuerpo lúteo, y por lo tanto, el suministro de
progesterona, y, es por ésto que además, permite el reconocimiento materno del embarazo. El
cuerpo lúteo sigue secretando esteroides sexuales durante las primeras 11 o 12 semanas del
desarrollo embrionario, tras lo cual es la propia placenta la que comienza a secretar grandes
cantidades de progesterona, mientras que el cuerpo lúteo involuciona lentamente para convertirse
en el llamado corpus albicans.
Figura 4. Segmentación del cigoto e implantación de blastocisto (blástula) en el endometrio del útero.
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2. GASTRULACIÓN.
El proceso por el cual la masa interna de células del blastocisto se convierte en un embrión
con 3 capas germinativas primarias: ectoderma, mesoderma y endoderma, se conoce
como gastrulación. Se forma una gástrula tridérmica, con 3 capas embrionarias, a partir
de las cuales se diferencian los tejidos, órganos, sistemas y aparatos del organismo, lo cual
describe el evento de la organogénesis. El proceso de gastrulación ocurre en la tercera
semana del desarrollo embrionario y el de organogénesis, se extiende entre la cuarta y la
octava semana.
En la Tabla 1, se señalan las diferentes estructuras que se originan a partir de las capas
germinativas primarias.
Tabla 1. Estructuras producidas por las tres capas germinativas primarias.
Capa germinativa Estructuras
Ectoderma
Todo el tejido nervioso; epidermis de la piel, pelo, uñas, glándulas
sudoríparas y sebáceas; hipófisis; médula suprarrenal.
Mesoderma
Huesos; Músculo estriado, gran parte del músculo liso y todo el
miocardio; cartílago; sangre; riñones; gónadas; dermis.
Endoderma
La mayor parte del epitelio de los sistemas digestivo y respiratorio;
hígado y páncreas; Glándulas Endocrinas: tiroides, paratiroides y
timo.
Además de la gastrulación, un segundo fenómeno importante del período embrionario de los
vertebrados terrestres, es la formación de las membranas embrionarias o extraembrionarias.
El último epíteto de extraembrionarias, aduce a que se sitúan por fuera del embrión; lo
protegen y nutren, y más adelante, hacen lo mismo con el feto. Dichas membranas son: el
saco vitelino, el amnios, el corión y el alantoides (Figura 5).
Figura 5. Membranas embrionarias: saco vitelino, amnios, corión y alantoides.
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En especies cuyas crías se desarrollan dentro de un huevo con cáscara, como las aves, el
saco vitelino (yema del huevo) es la fuente principal de vasos sanguíneos que transportan
nutrientes al embrión. Sin embargo, el ser humano recibe sustancias nutritivas del
endometrio, de modo que el saco vitelino es pequeño y funciona como sitio inicial de
formación de la sangre.
Con respecto al amnios, recordemos que los vertebrados se denominan amniotas porque
sus embriones se desarrollan dentro del líquido amniótico, contenido en una cavidad
delimitada por el amnios, que se forma hacia el octavo día después de la fecundación. En
consecuencia, el amnios junto con el líquido amniótico participan en la absorción de impactos
que eventualmente puede sufrir la madre durante el embarazo.
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