Igualdad Real
slipsent26 de Marzo de 2014
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La ciudadanía
es el vínculo de índole público que relaciona al individuo con el Estado al que pertenece. Su terminología proviene de la palabra "ciudad" ya que era la unidad política principal; luego con el tiempo, ésta pasó a ser el Estado.
La ciudadanía implica una cesión de ciertos derechos individuales al Estado y al acatamiento de la autoridad de la autoridad y de la ley. A su vez, el ciudadano goza de ciertos derechos y éstos están garantizados por el Estado.
Los derechos actuales son muy diferentes de los que gozaban los ciudadanos en la antigua Grecia, quienes sólo recibían este nombre, los varones que defendían la ciudad y podían adquirir armas. Las mujeres, los extranjeros y los esclavos, no eran beneficiarios de ser considerados ciudadanos.
En la Baja Edad Media, en Cataluña y en Valencia, el estamento de la alta burguesía, que estaban por encima de los mercaderes y artesanos, eran considerados ciudadanos honrados, y poseían acceso a los cargos municipales electivos. Formaba una aristocracia urbana con privilegios semejantes a los del caballero. En 1840, dejan de existir como estamento.
La mayoría de las democracias del nuevo milenio, suelen considerar tanto a hombres como a mujeres mayores de 18 años, ciudadanos plenos. La responsabilidad y la autorregulación de la acción ciudadana es importante para garantizar y mejorar el bienestar público.
Una de las acciones imprescindibles para el buen funcionamiento de la democracia, es el voto; que todos los ciudadanos puedan votar, más allá de sus diferencias étnicas, religiosas o de género, ha sido un gran paso en referencia a la evolución de las consideraciones que toda persona tiene como derecho.
En el presente informe trataremos los principales hallazgos que surgen del estudio que, para esta fase del proyecto deben aplicarse en el marco de la "Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real", así como los contenidos asociados al concepto de ciudadanía en el marco de las políticas educativas y comunitarias, con el objeto de conocer los elementos y valoraciones otorgadas a este concepto y las opiniones que representantes de distintos círculos (comunidad, personal docente, administrativo, estudiantes y entes gubernamentales) tienen sobre la responsabilidad que le corresponde a la escuelacomo agente socializador en la "formación de ciudadanos" o formación cívica; así como la corresponsabilidad de ellos.
Este estudio consiste en resaltar la necesidad de manejar un concepto de Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real, amplio y la distinción que debe hacerse entre un ejercicio de la ciudadanía que puede llamarse activo y otro pasivo, al tiempo que se reflexiona sobre las condiciones necesarias para llevar a la práctica este ejercicio y derecho ciudadano.
En cuanto a la formación de ciudadanos y la promoción de sus Derechos, Deberes y Obligaciones, se plantea una ineludible responsabilidad de la educación formal en esta tarea, que, sin embargo, no puede ser asumida en exclusiva por la escuela sino por la sociedad en su conjunto. En tal sentido, el informe tiene como objeto dar algunas recomendaciones para políticas que promuevan la formación de ciudadanos así como el empoderamiento de sus derechos sociales y protagonismo participativo en las diversas políticas publicas que establece nuestra Constitución de la República Bolivariana deVenezuela.
En la definición del problema de estudio se consideraron tres factores centrales: democracia, ciudadanía y educación.
• La formación de ciudadanos se materializa en contenidos e instancias educativas particulares y es impartida desde diferentes agentes socializadores que son responsables de la misma, entre los que se encuentran las escuelas, liceos y por último las universidades.
A partir de lo anterior, el tema de estudio se define del siguiente modo:
• Tanto el concepto de "Democracia" como el de "Ciudadanía" son conceptos múltiples, dinámicos, intersubjetivos y socio-históricamente contextualizados, y por eso es posible que sean interpretados de diferentes formas. Así, los contenidos de la formación de ciudadanos para la consolidación democrática no son únicos ni obvios.
• Se parte del supuesto de que la definición de los contenidos de formación cívica y la socialización en torno a los mismos es una responsabilidad de la sociedad en su conjunto, que va más allá del rol que actualmente les compete a las escuelas, liceos y universidades en la incorporación de valores,normas y actitudes en la formación de niños, niñas y adolescentes, y por último a jóvenes y adultos.
• A la vez, se observa que existe un discurso público que incorporan implícita o explícitamente los conceptos de "Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real", que emergen desde distintos actores e instituciones con diferentes énfasis y connotaciones. Si consideramos que las significaciones llevan a tendencias de acción, entonces podemos presumir que: la falta de contenidos educativos claros y explícitos repercutirá negativamente en la existencia de estrategias consistentes para la formación ciudadana y, consecuentemente, en el éxito del proceso de consolidación democrática.
Además, pareciera que una democracia fuerte y estable necesita de un alto grado de coherencia entre los ideales nacionales y los educacionales. El tema antes descrito lleva a la necesidad de reconocer los contenidos que, desde diferentes instancias que tienen poder de influencia en lo público, son asociados al concepto de "Ciudadanía, Justicia Social e Igualdad Real", distinguiendo aquellos frente a los cuales existen consensos, desacuerdos y contradicciones. En segundo lugar, surge la necesidad de revisar el rol y la responsabilidad que estos personajes e instituciones les otorgan a los agentes socializadores, particularmente a las escuelas, Liceos y universidades, en la formación cívica. De igual forma surge la necesidad de revisar y sondear el grado de corresponsabilidad que asumen estos personajes, entes y actores sociales dentro de la educación y formación del nuevo ciudadano.
Revisión del concepto ciudadanía
Desde el momento en que se aplica el uso del concepto y la preocupación por la ciudadanía y la verdadera igualdad real como eje de la Justicia social, se debe entender que dicho concepto no es nuevo, aun cuando en el último tiempo ha tenido un lugar especial, sobre todo en el contenido de los discursospúblicos.
En nuestro país durante la década de los 70, y coincidiendo con el auge de las dictaduras militares, la preocupación por la ciudadanía y por la democracia tuvo bastante fuerza, con especial énfasis en el reconocimiento de derechos que estaban siendo violentados. No siendo así el respeto ni la promoción de la Ciudadanía, la Justicia Social y la Igualdad real entre ciudadanos Venezolanos.
Actualmente el tema tiene, al menos, dos facetas: por un lado, el reconocimiento como ciudadanos de un conjunto de "Deberes y Derechos" de cada uno de los individuos de una sociedad. Por el otro, una serie de dificultades de orden cultural, legislativo e institucional con que tales Deberes, pero sobre todo tales Derechos, pueden ser exigidos. Esta situación es lo que pudiéramos llamar: "la distinción entre una ciudadanía imaginaria y una real".
El problema es más complejo aún si consideramos que esas dificultades prácticas para el ejercicio de una ciudadanía real tienen también antesala en un asunto teórico, pues para el concepto de ciudadanía existen diferentes corrientes de pensamiento que ponen énfasis igualmente diferentes. A continuación se intenta una mirada general de estas concepciones, para luego tomar la relación entre ciudadanía y educación.
Un acercamiento teórico al tema
Haciendo un análisis del concepto ciudadanía, podemos encontrar antecedentes en lo que Kant llamó "la revolución copernicana" y Bobbio "un vuelco de perspectiva", esto es, el "cambio en la relación de los gobernantes con los gobernados" como producto de la transformación de estos últimos de objetos en sujetos de poder.
En un contexto de profundos cambios culturales, jurídicos, éticos, políticos, económicos y sociales, la emergencia de la ciudadanía supuso revertir las relaciones de autoridad: desde aquellas que tradicionalmente atribuían privilegios a los gobernantes en desmedro de los gobernados, a otras en que los gobernados reivindican y desarrollan un conjunto de Derechos y responsabilidades frente a los gobernantes. Estos cambios se condensan en la emergencia de una sociedad de los individuos, base real de la ciudadanía, e Igualdad y de la democracia real moderna.
Si realizamos una retrospectiva histórica, encontramos una serie de teorías que se concibieron inicialmente en la búsqueda de fundamentos para la emergencia de los gobernados (iusnaturalismo, kantismo, utilitarismo e historicismo), puesto que sólo una vez fundamentados los Derechos de los gobernados podrían ser incorporados como tales en las constituciones, las leyes y las instituciones.
S. López (op. cit.), aludiendo a Bobbio, señala que en la actualidad el problema no radica en la necesidad de fundamentar los derechos, puesto que éstos han sido demandados por casi todas las sociedades y aceptados por los Estados. En nuestros días el problema radicaría en cómo introducir las garantías para que estos derechos se traduzcan efectivamente en prácticas ciudadanas. Un derecho existe en la medida en que el Estado lo garantiza.
La mirada desde la sociología histórica ha contribuido decisivamente a la comprensión de las diversas trayectorias de las sociedades
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