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Influenza H1n1

angelkum3 de Mayo de 2012

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TRABAJO DE INVESTIGACIÓN

“VACUNAS”

Influenza H1N1

Cátedra: Inmunología.

Año: 2010.

INDICE

I. Introducción.

A. Introducción a la inmunidad.

B. Introducción a las vacunas.

1. Presentación de caso clínico.

2. Hipótesis.

3. Objetivos.

4. Metodología y método. 2

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II. Desarrollo.

1. Estructura de la Vacuna Antigripal Inactivada de Virus Fraccionado.

2. Memoria inmunitaria.

3. Inmunidad frente a los virus.

4. Condiciones de Vacunación ideal.

5. Grupos de riesgo.

6. Contraindicaciones.

7. Campaña de vacunación nacional contra influenza A tipo H1N1. 9

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III. Conclusión.

1. Resolución de caso clínico.

2. Conclusión. 21

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IV. Red conceptual. 22

V. Anexo.

1. Estructura genética del virus.

2. Medidas de prevención contra la gripe A H1N1.

3. Calendario de vacunación nacional.

A. Niños.

B. Adultos. 23

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VI. Bibliografía. 30

INTRODUCCIÓN

A nivel epidemiológico y médico la palabra vacuna sugiere protección. La misma fue acuñada por el trabajo realizado y publicado 1798 por Edward Jenner, quien realizó sus primeras inmunizaciones con rigor científico utilizando material de vaccinia (viruela del ganado), consiguiendo la protección contra la viruela en los sujetos inmunizados. Desde entonces se utiliza el término de vacunación al proceso de inmunización para obtener protección contra un microorganismo o célula dada.

El término inmunización se refiere al proceso o procedimiento por el cual un individuo se hace inmune. Esto implica provocar la respuesta inmune de forma artificial en un individuo sano inmunocompetente, mediante la administración de un producto inmunobiológico. Estos productos son agentes inmunizantes utilizados para inmunización activa o pasiva.

Inmunidad natural pasiva: Es el caso de la transferencia de anticuerpos desde la madre a su hijo, ya sea vía transplacentaria en el caso de la IgG, o a través de la leche materna en el caso de la IgA, otorgándole protección inmunológica al recién nacido de manera pasiva.

Inmunidad natural activa: Mecanismo que se desencadena normalmente ante cualquier infección en un individuo inmunocompetente, en el que la entrada de un antígeno desencadena una respuesta inmune con conservación de la memoria inmunológica.

Inmunidad artificial pasiva: Se trata de la administración de suero provisto de inmunoglobulinas contra el antígeno.

Inmunidad artificial activa o vacuna: Se le administra al individuo un antígeno o un conjunto de antígenos (virus atenuados, o toxoides) quien originará una respuesta inmune por sí mismo.

La inmunogenicidad es una característica básica para obtener eficacia a partir de una vacuna, se refiere a un conjunto de propiedades inherentes a la sustancia antigénica relacionadas con su estructura, peso molecular, concentración, vía de entrada y valencia.

Las vacunas deben cumplir distintos requisitos, entre ellos los de inducir un tipo adecuado de respuesta inmune en el sitio frente al antígeno o antígenos requeridos (p.ej., vacuna contra gérmenes enteros, toxoides). Al mismo tiempo, deben inducir inmunidad protectora de larga duración. La misma es mayor en vacunas contra enfermedades sistémicas, con período de incubación prolongado y en vacunas a microorganismos vivos.

También en numerosos casos el contacto con el antígeno posterior a la vacunación representa un refuerzo natural.

La seguridad es una propiedad fundamental de cualquier vacuna. Se debe comprender también que ninguna está completamente exenta de reacciones adversas o complicaciones vaccinales1. La seguridad de una vacuna está en relación con la gravedad de la enfermedad a prevenir (se toleran mayor tasa de eventos adversos frente a una vacuna que previene una enfermedad con una alta tasa de mortalidad), y también tiene relación con la percepción del impacto de la enfermedad por parte de la comunidad. La seguridad es evaluada en ensayos clínicos (fases I a III) y en la etapa de postcomercialización (fase IV o de vigilancia), luego de que se hayan administrado más de 1.000.000 dosis.

Las vacunas pueden aplicarse con un criterio de protección individual, sobre toda persona susceptible o como acción epidemiológica dirigida a la comunidad para evitar la diseminación de determinadas enfermedades. Los mecanismos destinados al control de algunas infecciones en la comunidad tienen por finalidad:

-Utilizar a las personas inmunizadas como barreras que impidan la diseminación del agente infeccioso.

-Erradicar los reservorios.

-Desplazar el agente patógeno por otro inóculo, con un efecto de vacunación indirecta.

-Vacunar a un grupo poblacional para proteger a los que se encuentran en situación de mayor susceptibilidad.

La vacunación consiste en la administración de todo o parte de un microorganismo, o de una parte modificada de éste para producir una respuesta inmunitaria similar a la infección natural, pero con poco o ningún riesgo para el receptor.

Todas las vacunas deben respetar la cadena de frio, desde el lugar de producción hasta el momento de su administración. El rango de temperatura oscila entre 0°C y 8°C, en un lugar habilitado únicamente para su conservación y debe tener varios requerimientos, a saber: debe ser segura, protectora, debe brindar protección a largo plazo, inducir anticuerpos neutralizantes y células protectoras T, así como un bajo costo, estabilidad biológica, administración fácil y pocos efectos adversos.

Algunas consideraciones prácticas en la administración de vacunas incluyen el intervalo entre la administración de distintas vacunas. En el caso de vacunas inactivadas, las mismas se pueden administrar en forma simultánea o con cualquier intervalo de dosis entre las mismas. En el caso de vacunas a antígenos inactivados y antígenos vivos, también se pueden aplicar simultáneamente, con excepción de la vacuna contra el cólera parenteral inactivado y la vacuna contra fiebre amarilla, que deben separarse tres semanas. Las vacunas constituidas por antígenos vivos parenterales se pueden administrar simultáneamente o deben separarse por lo menos cuatros semanas.

Tipos de vacunas:

-Vacunas atenuadas: Se las atenúa mediante pases sucesivos en diferentes medios de cultivo y/o huéspedes animales, sin sufrir un deterioro importante en sus inmunogenicidades.

La inmunidad generada por este tipo de vacunas, posee una larga duración y alta intensidad y requiere menor carga antigénica para producir una respuesta inmune eficiente.

Se administran por inoculación, por vía respiratoria o digestiva.

La infección vacunal puede ser contagiosa para el entorno (ejemplo: vacuna antipolio oral), favoreciendo la dispersión de la infección por el virus atenuado en lugar del virus salvaje. Esta posibilidad, hace necesaria una investigación para determinar si entre los convivientes de la persona vacunada, existe alguien a quien pudiera suponer un riesgo, dicha vacuna (inmunodeprimidos).

Hay de tipo virales y las bacterianas. Entre las virales encontramos a: antifiebre amarilla, antipaperas, antirrubéola, antisarampión, antivaricela y antipoliomelitis; y entre las bacterianas a: antituberculosas, antitifoidea y anticolérica.

-Vacunas de antígenos purificados (subunidades): compuestas por antígenos purificados procedentes de microorganismos o por toxinas inactivadas y en general se las aplica con adyuvantes2 (por lo general son compuestos de aluminio (hidróxidos o fosfato) que se utiliza para aumentar la respuesta inmune del organismo. Sus dos funciones principales son mantener el antígeno cerca del lugar de la aplicación y activar las células presentadoras de antígeno, para que éste sea bien procesado y haya una adecuada producción de interleucina). Es posible eliminar la peligrosidad de las toxinas sin que pierdan su capacidad inmunógena. Estas vacunas estimulan la aparición de linfocitos T cooperadores y de respuestas de anticuerpos, pero no Linfocitos T citotóxicos (LTC). Aunque los polisacáridos no son eficaces como inductores de linfocitos B de memoria, estas vacunas proporcionan protección a largo plazo, ya que estos no se degradan fácilmente y persisten en los tejidos linfáticos.

A partir de las toxinas bacterianas producidas por Cl ostridium tetani y Corynebacterium diphtheriae, causantes del tétanos y de la difteria, respectivamente, se han hecho las vacunas respectivas que han servido para controlar estas enfermedades.

-Vacuna mediante tecnología del ADN recombinante: Se trata de la inoculación de un plásmido que contiene ADN complementario que codifica un antígeno proteínico da lugar a respuestas inmunitarias humorales y celulares potentes y de larga duración.

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