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LARVAS EN VETERINARIA

marcelabaron136 de Mayo de 2015

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LARVAS Y SUS PATOLOGÍAS EN VETERINARIA

Las moscas, como insectos con alas, pueden desplazarse rápidamente de un lugar a otro, ya sea para conseguir alimento, buscar pareja, evitar algún daño mecánico o encontrar un lugar adecuado para colocar sus huevos y garantizar el desarrollo de sus larvas. Debido a que sus ciclos de vida son complejos, los estadios inmaduros o larvas no suelen compartir el mismo nicho ecológico que las formas adultas, y requieren de un estadio de pupa para transformar sus tejidos en el futuro adulto. En general, las moscas requieren sustratos húmedos o ricos en proteína para completar su desarrollo larvario, de manera que algunas especies utilizan tejidos muertos o vivos para este fin. (Becerra, 2011)

Para describir la presencia de larvas en tejidos de animales, Hope en el año 1840 propuso el término miasis (del griego myia = mosca; -iasis, sufijo para los nombres de enfermedades). Poco más de un siglo después, Zumpt (1965) define la miasis como la infestación de humanos y animales con larvas de dípteros, las cuales, al menos por un periodo, se alimentan de los tejidos vivos o muertos del hospedero, de líquidos corporales o de alimentos ingeridos. Sin embargo, algunos hallazgos inusuales no se ajustan a esta descripción, por lo que una nueva definición parece más adecuada: invasión de un animal por larvas de dípteros, la cual puede o no estar asociada con la alimentación de los tejidos del hospedero. (Becerra, 2011)

Los trabajos de revisión de literatura sobre las miasis se han centrado en las especies de importancia zoonótica (en los que los reportes de caso son innumerables) o que causan pérdidas económicas en producción animal, de manera que poco se conoce sobre aquellas especies que parasitan mamíferos silvestres, anfibios y reptiles. (Becerra, 2011)

Si bien los adultos no son los agentes causales de estas parasitosis, poseen un rol fundamental en la aparición de las mismas. Gracias a ellos las larvas alcanzan a los posibles hospedadores, donde permanecen por un período de tiempo, causándoles un perjuicio. Estas larvas se alimentan durante un tiempo determinado de tejidos vivos o muertos del hospedador así como también de sus fluidos orgánicos. (Cruz, C.F.)

CLASIFICACIÓN

Según el Grado de parasitismo, las moscas que producen miasis se clasifican en tres categorías:

1. MIASIS PRIMARIAS O ESPECÍFICAS: Ocasionada por moscas cuyas larvas son parásitos obligados de los tejidos de los hospedadores. La mayoría de las moscas zumbadoras esta comprendidas en este grupo (Dermatobia hominis y Oestrus ovis).

2. MIASIS SECUNDARIAS O INESPECÍFICAS: Ocasionada por moscas que se alimentan de tejidos muertos y los huevos son depositados tanto en carne en descomposición como en tejidos vivos (Sarcophaga sp, Chlocliomya hominivorax).

3. MIASIS ACCIDENTALES: Ocasionada por moscas que proliferan en la inmundicia (parásitos facultativos) las hembras adultas depositan los huevos generalmente en el excremento o en materia orgánica en descomposición, pero puede ser que accidentalmente los deposite en heridas (Stommoxys calcitrans). (Siu, 2009)

VÍAS DE INFESTACIÓN

Las vías de infestación de las miasis existentes pueden ser:

1. DIRECTAS: Donde el adulto alcanza por su propia vía al hospedador para depositar los huevos. Por ejemplo: Coclhiomya hominivorax, Oestrus ovis, etc. En estos casos las moscas poseen órganos receptores de emanaciones específicas que libera el animal hospedador, hacia el cual se ven atraídas.

2. INDIRECTAS: Los adultos necesitan de algún tipo de vector para alcanzar al hospedador definitivo. Por ejemplo: Dermatobia hominis, utiliza insectos generalmente hematófagos para llegar a colonizar la piel de su hospedador final. (Drugueri, 2004)

DIAGNÓSTICO

El diagnóstico de las patologías causadas por larvas y las miasis es bastante sencillo y consiste en reconocer la mosca o parásito y los síntomas de la enfermedad, es decir, diagnóstico etiológico y sintomatológico respectivamente.

En caso de querer realizar una determinación taxonómica para ver a qué especie pertenece, debe remitirse al laboratorio la larva en alcohol al 70%.

Si se produjo la muerte del animal, se puede realizar un diagnóstico patológico a través de una necropsia. En este caso también se podría remitir la larva para ver de qué especie se trata. (Drugueri, 2004)

Los agentes etiológicos más comunes y a tratar en esta revisión sobre las miasis son las larvas de moscas de los siguientes géneros:

FAMILIA GÉNERO

Cuterebridae Dermatobia

Oestridae Oestrus

Gasterophilidae Gasterophilus

Calliphoridae

Cochliomyia

Lucilla

Chrysomya

Muscidae Musca

1. Dermatobia hominis

Dermatobia hominis es un díptero (mosca), cuya larva es el agente causal de una miasis subcutánea, tumoral, forunculosa, muy dolorosa en sus estadíos finales, conocida con el nombre de miasis cutánea forunculosa o forunculoide. Como hospedadores definitivos podemos encontrar a todos los animales vertebrados de sangre caliente, mamíferos y aves. (Drugueri, 2004)

La miasis cutánea foruncular se define como la infestación parasítica subcutánea y temporal de humanos y otros vertebrados por larvas de dípteros. Las especies de moscas que han sido reportadas como agentes causales de miasis foruncular son parásitos obligados como Dermatobia hominis. (Becerra, 2011)

ETIOLOGÍA

El agente etiológico de esta enfermedad es la larva de la mosca Dermatobia hominis, cuya clasificación taxonómica es la siguiente:

Phylum Arthropoda

Clase Insecta

Orden Diptera

Suborden Cyclorrapha

Familia Cuterebridae

Genero Dermatobia

Especie Dermatobia hominis

El género Dermatobia posee entre otras características la particularidad de que los adultos no se alimentan, viven pocos días y son zumbadores. Los adultos de este género son unas moscas grandes y fuertes de 1,5 a 1,8 cm de longitud con el tórax negro-azulado, abdomen de contorno romboidal de color azul-violáceo con reflejos metálicos y con cabeza y patas amarillentas, tienen sus órganos bucales atrofiados y por lo tanto son incapaces de morder y picar. De aquí se desprende que los adultos son de vida libre y que esta enfermedad es sólo producida por las larvas, las cuales se alimentan de tejidos vivos del hospedador (biontófaga) por lo tanto es un parásito obligado. (Drugueri, 2004)

CICLO BIOLÓGICO

Todo el ciclo dura entre 3 y 5 meses. Durante el vuelo, las moscas hembras adultas depositan y adhieren los huevos en el abdomen de artrópodos (casi siempre hematófagos). A éstos vehiculizadores (vector mecánico) se les denomina foréticos y a éste fenómeno de transporte: foresia. Los huevos, conteniendo la larva 1 dentro, pueden permanecer de 7 a 30 días sobre el abdomen de estos insectos a la espera de algún hospedador. En caso de que la hembra adulta no encuentre al vector mecánico, puede depositar los huevos en hojas de plantas, cumpliendo éstas la función de vector mecánico. (Alcalá, 2006)

Una vez que la larva 1 alcanza al hospedador, atraviesa activamente la piel sana (tarda de 5 a 10 minutos), donde en 8 y 12 a 16 días muda a larva 2 y larva 3 respectivamente. Esta última migra por el tejido subcutáneo formando a su paso túneles en el mismo, posee un tamaño de 2,5 a 3 cm de largo y la superficie espinosa. Es en este mismo punto donde empieza la miasis. Esta migración lleva un tiempo de 10 días, período en el cual la parasitosis se puede agravar porque da lugar a la aparición de infecciones cutáneas secundarias. Cuando la larva 3 sale del hospedador cae al suelo. En este punto termina la miasis. Una vez en el suelo se entierra a unos 5-6 cm de profundidad, se transforma en pupa o crisálida, y así permanece entre 20 y 60 días (dependiendo de los factores climáticos). Los adultos emergen de las pupas, pudiendo llegar a vivir entre 8 y 9 días. La hembra puede depositar de a 15 a 30 huevos por vez, y entre 100 y 400 a lo largo de toda su vida. (Alcalá, 2006).

PATOGENIA

Cuando las larvas parásitas migran por el tejido subcutáneo del hospedador facilitan la aparición de infecciones secundarias. Esto se debe a que a lo largo de esta migración las larvas van comiendo dicho tejido. Con lo cual éste pierde integridad y con esto capacidad de defenderse a la acción patógena de diferentes parásitos y microorganismos (hongos y bacterias). El grado de complejidad que tenga cada caso depende en gran medida de la zona corporal en donde esté desarrollada la miasis, del tiempo que tardó la larva en migrar y de la presencia o no de infecciones secundarias. (Contreras, 2004)

SIGNOS Y SÍNTOMAS

Lo más importante a remarcar en este punto son las pápulas que producen las larvas sobre la piel del animal a lo largo de su migración. Se presenta como una aparente infección dérmica persistente, abscesos o picadura de insecto, en algunas zonas endémicas las lesiones forunculoides reciben el nombre de torsel, por la forma de tonel de la larva cuando está completamente desarrollada. (Cruz)

La existencia de otras enfermedades, como las infecciones secundarias, complican el cuadro sintomatológico (como por ejemplo: staphilocócicas, streptocócicas, tétanos, micosis, etc) . Haciendo que las típicas pápulas eritematosas, que aparecen al principio, se transformen en pustulosas y/o descarguen fluido serosanguinolento luego. (Cruz)

Si la larva penetra más profundamente pueden

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