LOS LATIDOS QUE NO SE OIRÁN JAMÁS

LOS LATIDOS QUE NO SE OIRÁN JAMÁS

El aborto es uno de los temas más discutidos a nivel mundial, lo que genera mucha polémica ya que en unos países como Canadá, Estados Unidos, Uruguay, India, los países de la antigua órbita soviética ya está legalizado. La OMS (organización mundial de la salud) define el aborto como la interrupción del embarazo cuando el feto no es viable fuera del vientre materno.

Existen posturas diferentes con respecto al aborto, algunas radicales y otras más modernas. La iglesia, por ejemplo, considera que el aborto debe ser visto como el asesinato de un ser humano, y que el proceso vital debe transcurrir naturalmente según la voluntad de Dios. Una de las mayores críticas que se hace a esta postura es que no se acepta al aborto terapéutico cuando se realiza para salvar la vida de la madre, pero también al realizar el aborto terapéutico tiene consecuencias como: el cáncer que requiera tratamiento quirúrgico, radioterapia o quimioterapia, diabetes mellitus avanzada con daño severo del páncreas, entre otras. El aborto pone en peligro no solamente la vida del feto sino también la de la madre, ya que es más riesgoso que un embarazo o un parto, pero esto parece no atemorizar a las mujeres ya que hoy en día es más atemorizante traer un hijo al mundo y no tener que ofrecerle a el hecho de morir o probablemente nunca tener de nuevo la oportunidad de ser madres

 No es posible que cedamos a los falsos argumentos, que muchos quieren imponer para aprobar el aborto; cuando hemos sido claros en lo expuesto y se ha expresado una verdad a solución para cada situación definitiva que lleve al aborto, con la oportunidad de que siempre hay un camino mejor y que en situaciones especiales con mucha oración consultemos a Dios para tomar la decisión correcta. 

Nuestra conclusión final es que no compartimos la idea del aborto, pensamos que abortar en cierto punto puede ser sinónimo de asesinato, ya que es acabar con una vida, es impedir el desarrollo de un ser vivo que se convertirá en persona. Además, creemos que abortar al igual que el embarazo supone un cambio en la vida, porque no es solo la acción de abortar, sino que también trae secuelas psicológicas de una persona que pueden ser inmensa, como por ejemplo un sentimiento de culpa.

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