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La Bioquimica Del Amor


Enviado por   •  27 de Abril de 2015  •  1.652 Palabras (7 Páginas)  •  267 Visitas

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Platón en El Banquete habla de la « divina locura » que es el amor. Hipócrates, de desquilibrio de humores. ¿Es el enamoramiento una enfermedad del cerebro ?

El amor es un eje alrededor del que gira nuestra vida entera : amar y ser amados, bajo las diferentes declinaciones del amor. Miedos de ser abandonados, las heridas del mal de amor, la mordedura de los celos, deseos de posesión, odios, venganzas,… O por el contrario éxtasis, momentos de paraíso en la tierra.

Todo ello tiene que ver con la bioquímica del amor. (¿Sólo con ella ?). Analicemos un fenómeno particularmente ilustrativo.

El enamoramiento

El enamoramiento sudáneo dispara una reacción en cadena en distintas áreas de la corteza cerebral, y quizás más importante, en regiones subcorticales más primitivas. Justamente : este llamado cerebro reptiliano (MacLane) lo compartimos con especies inferiores. Constatamos grandes similaridades entre nosotros y esos animales en todos aquellos procesos que son predominantemente emocionales. Lo que sugiere además que los sistemas implicados en el amor humano son resultado de la evolución y de perfeccionamiento durante millones de años.

Vamos a resumir el tema de la bioquímica del amor, porque no se trata aquí de presentar una lección de fisiología, sino de sentar unas bases para, en otro capítulo, plantearnos interrogaciones a un nivel más generalmente asequible, digamos, filosófico.

Las etapas canónicas del enamoramiento, el flechazo

Nuestros órganos sensoriales, vista, oído, olfato, tacto, nos envían separadamente una pluralidad de señales relativas a la persona amada, que van a ser integradas rápidamente a lo largo de trayectos que pasan por la amígdala, la formación reticular, etc, y que van ser tratadas por los importantísimos núcleos caudados (caudate nucleus). Estos núcleos caudados están situados en una parte central del cerebro, que hemos llamado reptiliana. ¡Que ya existía en especies anteriores a los mamíferos!

Las imágenes obtenidas por resonancia magnética funcional nos demuestran que existe efectivamente una hiperactividad en esa zona, cuando a las personas « enfermas de amor » se les presenta una foto de la persona amada o se les hace oir su voz.

¿Por qué caemos enfermos de amor ? Los núcleos caudados, el área ventral tegmental, el llamado circuito de Pappez,…y otras zonas cerebrales, tienen una enorme importancia en los procesos de autoestimulación, en el placer, en el reforzamiento de las repuestas. Y, muy importante, en la producción de neurotransmisores como la dopamina, la norepinefrina, y otros neurotransmisores de los que ya hablaremos.

Es indispensable en nuestra reflexión, poner en evidencia que estas funcionalidades cerebrales nos son comunes con especies animales inferiores. Están ligadas tanto en ellas como en nosotros al instinto más radical, la supervivencia, cuyos mecanismos son reforzados por los circuitos de recompensa y de placer. Es de ahí de donde nace el violentísimo instinto de perpetuación de los propios genes, es decir, la procreación. Ese instinto se ha visto reforzado desde el fondo del tiempo a través de las especies que nos precedieron en la evolución. Así las raíces biológicas del amor se hayan entroncadas en los mecanimos cerebrales más profundos y por eso pueden desencadenar verdaderas tempestades electroquímicas en el cerebro. El cerebro explosionaría a menos que la racionalidad neocortical no lo frenase.

Curiosamente, en situación de amor frenético, la corteza órbito-frontal a lo que parece baja la guardia. Está desactivada. La capacidad crítica del enamorado disminuye o se anula. El pensamiento racional se amengua. Y esa energía explosiva que proporciona la sobreabundancia de dopamina lleva a actitudes frenéticas, irracionales y obsesivas.

I. LAS VARIAS FORMAS DEL AMOR

Se trata de una distinción que ya Platón reconocía en El Banquete y que recogen autores científicos actuales como la americana Helen Fischer, y más recientemente Bartel and Zeki, neurocientíficos británicos. Las tres variedades del amor de pareja, responden a un esquema simplificado de las fases habituales en el amor de pareja que son : amor erótico, enamoramiento de la persona y apego a largo plazo de la pareja.

A) Amor erótico.

Deriva del instinto de supervivencia de la especie. El amor erótico no busca tanto el compañero cuanto el encuentro físico. Responde a un impulso gobernado por los niveles de testosterona y estrógenos. A más alto nivel, más deseo sexual. La libido decrece con la edad.

B) Enamoramiento

Es una etapa de la evolución que aparece para favorecer la monogamia como manera eficiente de uso del tiempo del encuentro físico, e igualmente para una mayor protección de la progenitura.

Desde el punto de vista de la neurología cerebral, esta etapa se caracteriza por altos niveles de varios neurotransmisores, particularmente la feniletilamina, la dopamina, la serotonina, la norepinefrina y el llamado factor de crecimiento del nervio(NGF). Los niveles inhabituales de esas moléculas sont responsables del embaucamiento amoroso.

Globalmente estas sustancias pueden ser tan adictivas como las anfetaminas. Los scaners y la resonancia magnética funcional muestran que los cerebros de los enamorados se « encienden » de forma idéntica a la de los consumidores de cocaína. Tanto con la droga como con el amor la adicción implica los consabidos ciclos: necesidad, sufrimiento cuando se les retira el objeto del deseo, y recaída cuando el objeto de la adicción reaparece. En ese momento, curiosamente, los niveles de dopamina y de norepinefrina aumentan.

La fase de enamoramiento perdura de media unos dos a tres años

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