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La Desmovilizacion Social


Enviado por   •  30 de Noviembre de 2014  •  4.134 Palabras (17 Páginas)  •  203 Visitas

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El libro se centra en la precarización del empleo juvenil, que debilita la capacidad de movilización sindical, seguramente una de las pocas maneras de eliminar el proceso de precarización, dando lugar a un "circulo vicioso" que parece no tener fin.

Se acusó a los sindicatos de no prestar suficiente atención a los problemas de las personas con menos derechos dentro del mercado laboral y se acusa a los jóvenes (los excluídos) de no formar parte activa en los sindicatos para aumentar su poder a la hora de negociar.

La principal traba es que se trata de ayudar al acercamiento entre ambos grupos a través de un ejercicio de comprensión de los determinantes y las limitaciones que condicionan los comportamientos en las relaciones laborales.

La transformación del mercado de trabajo y del modelo productivo, a través de la incorporación de estos jóvenes con otras condiciones de empleo y trabajo, ha supuesto un proceso de "desmovilización general".

1: TRANSFORMACIONES PRODUCTIVAS Y RR. LL.

El sindicato de clase, hasta hace poco, era la forma más racional de "llevar" las relaciones laborales y las formas de ordenación y participación políticas, sociales y económicas (Keynesianismo).

Desde al rededor de 1990, el modelo ha evolucionado para ser más un modelo productivo en el que estas formas son cada vez menos coherentes.

1) EL SINDICATO DE CLASE Y EL MODELO FORDISTA DE PRODUCCIÓN:

Existen algunas diferencias entre el movimiento obrero como categoría general de análisis de las relaciones entre capital y trabajo dentro del sistema capitalista tras ser reconocido, institucionalmente, como parte activa política con capacidad legal para ejercer negociaciones colectivas de forma bilateral acerca de las condiciones mínimas de trabajo, extensibles a todos los trabajadores.

El reconocimiento institucional del sindicato se realiza, en parte, gracias al individualismo metodológico, que reconoce a asociaciones concretas de trabajadores, mediante procesos de "licitación legal", como representantes de los trabajadores en la negociación colectiva pero a costa de conseguir un carácter instrumental. Y, por otra parte, gracias a la creación de un marco regulador público específico del mercado de trabajo en el que la clase obrera sería reconocida como grupo de interés particular, como "actor político con capacidad de intervenir en la regulación de esa esfera específica del mercado".

Así se fijan dos puntos claves en la evolución de las relaciones laborales entre los años 1900 y 2000: se refuerza el contrato de trabajo como institución central de integración y regulación de las relaciones sociales y se aprueba la asociación sindical supeditada a la negociación colectiva del precio justo del trabajo.

El discurso obrero radical de apoderarse de los medios de producción deja su lugar al de la discusión sobre cual es la mejor forma de determinar dicho precio, pero también es cierto que reconocer al sindicato como "actor social particular" a nivel público, lleva a depender la capacidad de negociación del obrero sobre sus condiciones de trabajo o la regulación del mercado.

Al reconocerse el sindicato como interlocutor válido de forma legal de trabajadores en las fábricas se obtenía tambíen el establecer un "dispositivo característico" de cualquier organización burocrática: la realización de un reglamento de fábrica que eliminase la arbitrariedad de las decisiones del empresario y que permitiese la autovigilancia de los trabajadores en los talleres estableciendo sistemas de sanción democráticos.

Pero además, era vital traladar el grueso de los contenidos de la negociación colectiva a acuerdos entre trabajadores y representantes de los empresarios a nivel del Estado, que introdujese aspectos relacionados con la regulación del mercado de trabajo y con ciertas funciones públicas destinadas a la reproducción de la fuerza de trabajo.

2) LA RETÓRICA DE LA FLEXIBILIDAD:

La flexibilidad, que ha sido la "coartada ideológica" más usada en estas tres últimas décadas para llevar a cabo las reformas laborales, viene inspirando los documentos con los que la UE ha establecido sus posiciones sobre relaciones laborales en este tiempo.

En España, la propuesta de la Comisión de Espertos para el Diálogo Social se basa en la idea de implementar reformas destinadas a integrar flexibilidad y seguridad ("flexeguridad").

Pero la flexibilidad, entendida como desregularización del mercado de trabajo, tiene una paradoja: el contrato de trabajo no tendría lugar sin un marco que regule a nivel de Estado-Nación y que permita tratar la fuerza de trabajo como una mercancía.

El contrato de trabajo legaliza el poder vender la capacidad de trabajo por un periodo concreto y ceder el trabajador la autonomía de la voluntad y el derecho de propiedad del producto de dicho trabajo propio. El que de manera formal se pretenda individualizar la compra-venta de trabajo (dejando a un lado las limitaciones normativas establecitas de forma colectiva) uniendo salario o empleo a la cantidad de trabajo y dotando a la venta de trabajo de "carácter pseudomercantil", está relacionado con un problema disciplinario en base a una forma de explotación basada en la intensificación del trabajo.

3)EL FIN DEL TRABAJO Y EL NACIMIENTO DEL SERVICIO

El concepto de servicio se puede considerar como la compra de la capacidad de trabajo del propio trabajador o la compra del producto del trabajo al trabajador.

Hoy en día, el contrato de trabajo, al considerar el trabajo como un servicio, ha asumido un papel basado en arrendamiento de la fuerza de trabajo por un salario pero también en la imputación de la responsabilidad de la obtención de beneficios sobre el propio trabajador. El servicio define más bien el "servicio" que el trabajo reporta a la empresa y no ya la producción concreta obtenida del trabajo. Así, el contrato de servicios no varía las condiciones salariales, que continúan dependiendo de las condiciones necesarias para efectuar la fuerza de trabajo, sino que es el camino para basar la obtención de un plusvalor en la intensificación del trabajo, sin que suponga crear una relación mercantil entre productores y clientes.

Esta flexeguridad no remite más que a la progresiva disminución de los riesgos de inversión para los empresarios transladándonos al propio trabajador.

2: LOS EFECTOS DE LAS REFORMAS LABORALES: TRABAJO DE SERVICIOS, INESTABLE Y BARATO PARA LOS

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