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La anatomía del rostro envejecido: Una revisión


Enviado por   •  20 de Febrero de 2022  •  Ensayos  •  5.537 Palabras (23 Páginas)  •  106 Visitas

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La anatomía del rostro envejecido: Una revisión

Sebastian Cotofana, MD, PhD1,2 Alina A. M. Fratila, MD3 Thilo L. Schenck, MD4

Wolfgang Redka-Swoboda, MD5 Isaac Zilinsky, MD6 Tatjana Pavicic, MD7

Resumen

Los procedimientos de rejuvenecimiento de la cara son cada vez más numerosos, y hoy en día se dispone de una plétora de opciones terapéuticas diferentes. Cada procedimiento debe tener como objetivo, en primer lugar, la seguridad del paciente y, en segundo lugar, la obtención de resultados naturales y duraderos.  La cara es una de las regiones más complejas del cuerpo humano y la investigación revela continuamente nuevos conocimientos sobre la compleja interacción de las diferentes estructuras participantes. Los huesos, los ligamentos, los músculos, la grasa y la piel son los protagonistas de la disposición en capas de la cara.

El envejecimiento se produce en todas las estructuras faciales implicadas, pero el inicio y la velocidad de los cambios relacionados con la edad difieren entre cada estructura específica, entre cada individuo y entre diferentes grupos étnicos. Por lo tanto, el conocimiento de la anatomía relacionada con la edad es crucial para un médico a la hora de restaurar un rostro joven. Esta revisión se centra en el conocimiento actual de la anatomía de la cara humana e intenta dilucidar los cambios morfológicos durante el envejecimiento de los huesos, ligamentos, músculos y la grasa, y su papel en los procedimientos de rejuvenecimiento.

Palabras clave

 huesos faciales

 compartimentos de grasa

 músculos faciales

 ligamentos faciales

 envejecimiento

La anatomía del rostro humano ha recibido una intensa atención en la última década, ya que los procedimientos de rejuvenecimiento facial se realizan cada vez con más frecuencia y en numerosas variedades. Se han identificado varias estructuras anatómicas que ayudan a comprender una de las zonas más complejas del cuerpo humano (Fig. 1). Una plétora de procedimientos invasivos y no invasivos se han introducido para reducir los signos de envejecimiento y restaurar la apariencia juvenil del rostro. Como cada uno de los diferentes procedimientos se basa en la anatomía facial subyacente, la comprensión de su composición tridimensional y el concepto de capas es crucial para una aplicación segura, natural y duradera. La tendencia en los procedimientos de rejuvenecimiento facial apunta a un look más natural en comparación con los anteriores enfoques empíricos anteriores, que daban lugar a un aspecto "estirado". Las opciones de rejuvenecimiento actuales tratan de restablecer el equilibrio natural entre las diferentes estructuras y capas faciales y, por tanto, de devolver al rostro lo que se pierde durante los procesos de envejecimiento. El envejecimiento es el resultado de la interacción de los cambios que se producen en el esqueleto facial, los ligamentos faciales, los músculos faciales, el tejido adiposo facial y la piel. Estos cambios afectan a cada una de las estructuras mencionadas a un ritmo diferente, comienzan en cada individuo a una edad distinta y difieren según el origen étnico. Por lo tanto, es difícil estimar qué estructura es la principal causante del rasgo observado relacionado con la edad. Es necesario seguir investigando para dilucidar estas relaciones en su totalidad.

[pic 1]

Fig. 1 Línea de tiempo desde 1800 hasta ahora, mostrando la fecha de la primera descripción de las estructuras de la cara humana. DLCF, grasa lateral profunda de la mejilla; DMCF, grasa medial profunda de la mejilla; LOT, engrosamiento orbital lateral; ROOF, grasa retroorbicularis oculi; SMAS, sistema musculoaponeurótico superficial; SOOF, grasa suborbicular.

Anatomía facial: el concepto de capas

La cara está organizada en cinco capas diferentes que son continuas entre sí desde el cuello hasta el cuero cabelludo. En cada capa, se pueden identificar estructuras que son únicas entre entre la capa respectiva y son útiles para la orientación y por lo tanto crucial para las aplicaciones seguras. Curiosamente, la palabra cuero cabelludo puede servir como acrónimo de estas cinco capas diferentes: capa 1, S 1⁄4 piel; capa 2, C 1⁄4 tejido conectivo, aquí capa de grasa subcutánea; capa 3, A 1⁄4 aponeurosis también capa musculoaponeurótica; capa 4, L 1⁄4 tejido conectivo laxo, también tejido conectivo areolar; y capa 5, P 1⁄4 periostio, también fascia profunda. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta disposición es la alineación general de las estructuras en la cara, pero hay regiones en las que esta disposición se modifica hacia menos de cinco capas, por ejemplo, tres capas en la región infraorbital, o más de cinco capas, por ejemplo, nueve capas en la región temporal.

Piel (capa 1)

La piel tiene características diferentes en las distintas zonas de la cara en cuanto a pigmentación, grosor y adherencia subcutánea. En la región infraorbital, medial a la línea media de la pupila lares, la llamada zona del lagrimal, la piel es fina, transparente y firmemente adherida al músculo orbicular subyacente (Fig. 2).

Esta disposición se puede observar mejor durante los movimientos de la piel cuando se realizan diminutas contracciones de la parte orbital del músculo orbicular durante las expresiones faciales. Como el músculo orbicular es visible a través de la piel, se observa una coloración azulada de la piel en esta zona. Cabe destacar que en la pared nasal medial en la proximidad del canto medial puede detectarse el mismo aspecto azulado, que corresponde a la extensión del músculo subyacente. En la bucal y parotideomas- región setérica, la piel descansa sobre una capa gruesa y variable de grasa subcutánea y tiene conexiones sueltas y variables con los músculos subyacentes de la expresión facial. En la región perioral, la piel está directamente conectada a los músculos de la expresión facial expresión facial sin una capa de grasa subcutánea y sin una estructura aponeurótica macroscópicamente rotica presente.

Tejido conectivo (capa 2)

La capa de grasa subcutánea varía en grosor y presencia en la cara. Está separada por tabiques fibrosos en distintos compartimentos, que han sido identificados en varios estudios cadavéricos y de imagen previos.

[pic 2]

Fig. 2

La región infraorbital del ojo izquierdo vista desde el lado izquierdo. Se realizó una disección brusca entre la capa 1 (piel) y la capa 2 (grasa subcutánea). MeSF, grasa superficial medial, también llamada almohadilla de grasa malar; NF, grasa nasolabial; OOM, músculo orbicular del ojo. La flecha blanca indica la piel que recubre el compartimento graso nasolabial y la flecha negra la piel que recubre la región infraorbitaria. Obsérvense las diferencias en las características de la piel que corresponden a los límites de los de los compartimentos: La piel de la región infraorbitaria es fina y transparente con ausencia de grasa subcutánea hacia el músculo orbicular subyacente. (Reproducido con permiso de Merz Pharmaceuticals.)

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