La fecundación in vitro

Ensayo

La fecundación in vitro (FIV) con transferencia de embriones ha llegado a considerarse, en estos últimos tiempos, una técnica más de las que dispone la Medicina para el tratamiento de la infertilidad matrimonial. Los medios de comunicación siguen recogiendo casos extremos de su aplicación: mujeres que a los 60 años gestan gemelos, selección del color de la piel o del sexo del hijo, etc. Paralelamente, no ha cesado la discusión ética ni sobre estas aplicaciones extremas ni sobre la aplicación socialmente admitida. Se exponen aquí algunas reflexiones éticas sobre la FIV. Pero, antes de entrar en ellas, es necesario conocer qué estamos intentado juzgar. Por ello, conviene explicar la técnica de la FIV, tal como se practica habitualmente.

Fertilización In Vitro es tema polémico en nuestra sociedad, ya que Costa Rica aún no ha aceptado el proyecto de reproducción asistida. Actualmente hay un enfrentamiento fuerte entre la Iglesia católica y personas que apoyan dicho proceso.

La Iglesia católica se opone que en nuestro país se apruebe la fertilización in vitro, ya que según ellos se estarían perdiendo muchas vidas en cada proceso y eso atenta contra la ley de la vida, ¿Pero cuándo comienza la vida?, esa es la pregunta más difícil de responder.

Pero por qué no ayudarle a una pareja a alcanzar un sueño tan anhelado como el hecho de tener un niño, que la naturaleza se niega a darles.

Muchos matrimonios se ven afectados emocionalmente por el hecho de no concebir un embarazo natural, lo que en algunos casos los lleva hasta la separación, porque hace falta ese vínculo tan fuerte como lo es un hijo.

El respeto a la vida humana hemos visto que la técnica habitualmente empleada para la FIV comporta la pérdida de muchos embriones. Estas muertes no son intencionales, pero sí son voluntariamente aceptadas o toleradas y, por tanto, moralmente imputables por muchas personas y por la iglesia católica y otras religiones en el mundo entero. Quienes practican la FIV mantuvieran un completo respeto por la vida humana, desde su mismo comienzo la fecundación, en que comienza un nuevo ser humano, no se arriesgarían a manipularlo colocándolo en grave peligro de muerte así matando tantos ser. No cabe duda de que quienes practican la FIV tienen un gran deseo de tener un niño de traer vida a un matrimonio para darle mucho amor y felicidad. Pero la bondad del motivo no implica que todo esa buena acción sea moralmente justificado.

El equipo médico, sus ayudantes, enfermeras, la misma pareja que se somete a estas técnicas, son conscientes de la pérdida inevitable de seres humanos en estado embrionario, se hacen moralmente responsables de esas muertes. Muchas veces las parejas no recibe información necesaria solo los mueve el amor, la ansiedad, el milagro de la vida no se percatan sobre la pérdida de embriones y, por esta razón, no puede ser juzgada del mismo modo que las personas que lo realizan.

En los primeros momentos de desarrollo, no está claro si el embrión es ya persona humana. Se le podría tratar como una cosa hasta el momento en que comenzara a ser persona, esto es una gran discusión si en el momento de la unión del ovulo con el espermatozoide que inicia la vida

Los libros están de acuerdo en afirmar que la vida humana comienza, a todos los efectos, con la nueva identidad biológica, es decir, en el momento de la fecundación del óvulo por el espermatozoide. El argumento que pretende retrasar la humanidad del embrión parece sólo un intento de anular toda responsabilidad moral por la pérdida o la manipulación peligrosa a que se somete a esos seres humanos en estado embrionario.

Desde el punto de vista del respeto a la vida humana naciente, las actuales técnicas de FIV con transferencia de embrión no respetan la vida del hombre recién concebido y son, por tanto, éticamente condenables y la religión

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