La vida y las obras de Miguel de Unamuno

“¡Mi vida, Lázaro, es una especie de suicidio continuo, un combate contra el suicidio que es igual; pero que vivan ellos, que vivan los nuestros!”.

La vida que llevaba el como sacerdote ya que él no quería serlo, pero no dejaba de serlo ya que él no quería que el pueblo perdiera su fe.

14. ¿Cuál es la verdad más temible para Don Manuel? Reflexionen y escriban

Que las personas del pueblo se enteraran que ya no quería ser sacerdote ya que ellos perderían toda su fe.

16. Al morir don Manuel, ¿crees que su vida trasciende? ¿Por qué? Explica.

Si porque fue un gran ejemplo para el pueblo y ellos lo amaban mucho.

17. Lee las siguientes ideas que hacen referencia a los sentimientos religiosos tratados en la obra.

“yo no debo vivir solo, no debo morir solo. ebo vivir para mi pueblo, morir para mi pueblo. Cómo voy a salvar mi alma si no salvo la de mi pueblo?”

“Que se sueñen inmortales y no para matarles”

Busca otros fragmentos que manifiesten el contexto sociocultural de la novela.

1. En tus manos encomiendo mi espíritu

2. Bien se dice señor cura que es usted todo un santo 3.

3. Pero es usted, usted, el sacerdote, el que me aconseja que finja

4. A Cesar lo de Cesar yo le dare a Dios lo que es de Dios

18. Investiga los datos sobre la vida y las obras de Miguel de Unamuno. Así como el texto histórico, social y cultural de su creación. Analiza, también, si el conocimiento de estos datos modifica la interpretación que junto con tus compañeros hiciste de la novela. Anota la fuente de donde las obtuviste.

(Bilbao, 1864 - Salamanca, 1936) Escritor, poeta y filósofo español, principal exponente de la Generación del 98. Entre 1880 y 1884 estudió filosofía y letras en la universidad de Madrid, época durante la cual leyó a T. Carlyle, Herber Spencer, Friedrich Hegel y Karl Marx. Se doctoró con la tesis Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca, y poco después accedió a la cátedra de lengua y literatura griega en la universidad de Salamanca, en la que desde 1901 fue rector y catedrático de historia de la lengua castellana.

Inicialmente sus preocupaciones intelectuales se centraron en las cuestiones éticas y los móviles de su fe. Desde el principio trató de articular su pensamiento sobre la base de la dialéctica hegeliana y más tarde acabó buscando en las dispares intuiciones filosóficas de Spencer, Sören Kierkegaard, W. James y H. Bergson, entre otros, vías de salida a su crisis religiosa. Sin embargo, las contradicciones personales y las paradojas que afloraban en su pensamiento actuaron impidiendo el desarrollo de un sistema coherente, de modo que hubo de recurrir a la literatura, en tanto

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