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Roger Bocón: vida obras


Enviado por   •  19 de Febrero de 2015  •  1.302 Palabras (6 Páginas)  •  329 Visitas

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Roger Bocón: vida obras

Roger Bocón, que fue llamado por sus contemporáneos Doctor mirabili, nación cerca de Ilchaster, en Dorsetshire, ente el 1210 y 12014.Estudio en Oxford, donde tuvo como maestro a Robert Grossetete; luego en Paris, donde permaneció desde 1244 hasta 1250 o 52, y llego a ser maestro de teología. En 1250 o 52 volvió a Oxford, y no sabemos si antes o después ingreso en la orden franciscana. Fue protector suyo el papa Clemente IV, que en junio de 1266 le pedía por carta que le enviase su Opus maius.

La composición de Comprendió de los estudios teológicos, que se remonta al año 1292. Las obras principales de Bacon son las tituladas Opus maius, Opus minus y Opus tertium.

El Opus maius, que fue probablemente la única que Bacon envió el papa Clemente. El Opust minus y el Opus tertium han quedado en forma de esbozos.

Las ciencias filosóficas se dividen en tres grandes grupos: matemáticas, física, moral, mientras que la gramática y la lógica son solamente partes accidentales de la filosofía.

Bacon: la experiencia

La razón y de la experiencia entre los caminos por los cuales se puede alcanzar el conocimiento, sostiene que , en realidad, la autoridad no nos hace conocer nada, si no se da la razón de ello, que ella , por su parte no nos da la inteligencia, sino la credulidad, y es también un de las más comunes fuentes de error.

Muchos aducen argumentos racionales para sostener las cosas que saben; pero al no tener experiencia de ellas, no saben discernir en sus conocimientos los dañosos de los útiles. Las razón y la cusa por experiencia, es perfecto en la sabiduría. Nada sin la experiencia se puede conocer de un modo adecuado. Pero si la experiencia es el único instrumento eficaz de investigación, si solo ella da al hombre la visión directa de la verdad, todo el campo de conocimiento humano.

La experiencia no es solamente el fundamento de la investigación natural, sino también del conocimiento sobrenatural. La experiencia es doble: externa e interna. La experiencia externa nos es dada a través de los sentidos; la experiencia interna nos es dada a través de la iluminación divina.

Bacon distingue en la experiencia interna un tripe iluminación: la iluminación o revelación general, común a todos los hombres; la iluminación o revelación general, común a todo el hombre; la iluminación primitiva o tradicional; la iluminación especial. La iluminación primitiva concierne también a las verdades de orden natural en cuanto fueron reveladas primitivamente por Dios. La iluminación común es el fundamento de la filosofía. “Este camino es la sabiduría de la filosofía, la única sabiduría y que presupone una iluminación divina común a todos, ya que Dios es el entendimiento que actúa en todo conocimiento de nuestra alma”.

En esto, Bacon une a su doctrina de la experiencia a la doctrina agustiniana de la iluminación, la doctrina aristotélica del entendimiento, según la interpretación Avicena. Lo que ilumina nuestra mente es llamado ahora por los teólogos entendimiento activo, que es la palabra del filósofo en el libro III del ánima, donde distingue dos entendimientos, en el primer lugar, Dios, y en segundo lugar los ángeles que nos iluminan. Se llama activo en cuanto influye sobre las almas humanas, el que ilumina y ejerce su influencia sobre el entendimiento posible para conducirlo al conocimiento de la verdad.

Las iluminaciones puramente científicas .Así el experimentalismo de Bacon, de acuerdo con el espíritu agustiniano, del que está completamente impregnado y dominado, concluye en el misticismo. Solamente por medio de las matemáticas pueden las otras ciencias constituirse y hacerse ciertas. Son estas las tesis fundamentales sobre las cuales ha nacido y se ha desarrollado, desde Galileo en adelante, la investigación científica modernas.

Juan Duns Escoto: Ciencia y fe

El De primo principió comienza con una oración a Dios, que es al mismo tiempo la profesión del ideal científico de Duns. Duns no pide a Dios una iluminación sobre natural, un conocimiento completo en verdad y en extensión, sino solamente aquel conocimiento que es propio de la razón humana natural.

Pero de estos atributos hablare en otro tratando, en cual se expondrán los objetos de la fe (credibilidad) a los cuales se da el asentamiento de la razón y que con todo son, para los católicos tanto más cierto. Aquí el contraste es evidente entre la verdad racional de la metafísica, que es propia de la razón humana y, por tanto, validad para todos los hombres, y la verdad de la fe, a la cual la razón puede solamente someterse y que tiene una certeza solidísima solamente para los católicos. La fe no tiene nada que ver con la ciencia, según Duns: pertenece enteramente al dominio práctico. La fe no es un habito especulativo, ni el creer es un acto especulativo, ni la visión que sigue al creer es una visión especulativa, sino prácticas.

Según Duns Escoto: concierne al fin al que el hombre debe tender o a los medios para conseguirlo o las norma que, en vista del mismo, se siguen, no a la ciencia.Duns descubre para el conocimiento humano no son accidentales para el conocimiento humano no son accidentales para el conocimiento mismo, sino constitutivos. El hombre no puede conocer demostrativamente lo que Dios ha decidido en virtud de su albedrio y que, por consiguiente, no lleva ningún rasgo de aquella necesidad que hace posible el conocimiento demostrativo.

De esto nace la separación y la antítesis que domina todo el pensamiento de Duns, entre lo teorético y lo práctico. Lo teorético es el dominio de la necesidad, por tanto, de la demostración racional y de la ciencia, por consiguiente, de la imposibilidad de cualquier demostración y de la fe. La metafísica es la ciencia teorética por excelencia, la teología es por excelencia la ciencia práctica.

Por su carácter práctico, Las teología no puede llamarse ciencia en sentido propio: sus principios no dependen, en efecto, de la evidencia de su objeto. Pero si quiere considerarla como ciencia, es menester hacerle un sitio especia, ya que no está subordinada a ninguna ciencia y ninguna otra ciencia subordinada a ella. El objeto de la metafísica, no recibe sus principios de la metafísica, porque ninguna proposición teológica es demostrable mediante los principios del ser en cuanto tal o mediante alguna razón tomada de la naturaleza del ser en cuanto tal.

Frente al carácter práctico de la teología, que por esto solo impropiamente y en un sentido especial es ciencia, de la metafísica, que es ciencia en el más alto sentido. El objeto de la metafísica posee en el máximo grado este doble carácter: la metafísica es por consiguiente, la ciencia del máximo grado.

Su alto concepto de la ciencia se une en el con el reconocimiento de los limites riguroso de la ciencia humana. Puesto que el único dominio de lo contingente es la acción, lo que no es necesario es término o producto de la acción humana o divina, o bien regla de acción esto es, fe. No hay verdaderamente una postura de escepticismo o agnosticismo en Duns Escoto.

Con todo, una vez admitida la doctrina de que lo que no es demostrable racionalmente es un puro objeto de la fe, esto es, regla practica sin fundamente necesario, la investigación escolástica que desde hacía siglos renovaba su intento de reducir a un todo compacto de doctrina lógica las verdades de la fe, debía aparecer quimérica. Ya las obras apócrifas o probablemente apócrifas de Duns, por ejemplo, los Tbeoremata, presentan un impresionante aumento del número de las proposiciones indemostrables, que entran como tales a formar parte del dominio práctico de la fe.

Con esta la certeza de estas proposiciones se convierte en certeza práctica, esto es, fundad exclusivamente en su libre aceptación por parte del hombre. El ideal aristotélico de la ciencia demostrativa definitivamente fue del ámbito de la investigación filosófica fundamentos básico de la religioso católica

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