Las Culturas Fracasadas

José Antonio Marina

Las Culturas Fracasadas

El talento y la estupidez de las sociedades

• “El hombre ocasionalmente se tropieza con la verdad, pero la mayoría de las ocasiones se levanta y sigue su camino.” –Winston Churchill

• Los hormigueros son sociedades perfectas porque cada miembro se sacrifica por el bien común: la perpetuación del hormiguero.

• La inteligencia tiene un poder disolvente.

• Cuando una hormiga se vuelve “kantiana” surge un conflicto entre la lógica del hormiguero y la lógica individual “sálvese quien pueda”

• Si quiero ser libre no tengo que escuchar la ley del hormiguero sino mi propia ley.

• ¿Podríamos liberarnos de la estupidez colectiva y llegar a ser sociedades más inteligentes?

• “La inteligencia humana no es un patrimonio de cada persona, sino que es un bien comunal en cuanto que su despliegue y enriquecimiento dependen de la capacidad de cada cultura para ofrecer los instrumentos adecuados a tal efecto” - Jerome Brunner

• Estamos movidos, presionados, determinados por modas, estructuras políticas, medios de opinión, sistemas de propaganda, ideologías, y entre esas fuerzas determinantes aspiramos a que florezca la libertad individual como un milagro.

• Necesitamos de la sociedad para alcanzar nuestros objetivos personales, lo que nos exige descentrarnos para centrarnos, ser altruistas para ser sensatamente egoístas. (vinculación libertadora)

• La teoría del más tonto lleva a un pensamiento irracional en el ser humano yace un oculto sentimiento de ser timado.

• La toma individual de decisiones en muchas ocasiones no es racional=animal spirits aparecen cuando los valores reales son sustituidos por valores ficticios ESPECULACIÓN

• Se define INTELIGENCIA como la capacidad de dirigir bien el comportamiento, captando, elaborando y produciendo información.

• No queremos simplemente sobrevivir sino SUPERVIVIR (vivir por encima de nuestras realidades)

Bibliografía:

Las culturas fracasadas. El talento y la estupidez de las sociedades, José Antonio Marina, Anagrama. Barcelona, 2010. P. 11-25

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