Lazzaro Spallanzani (Los microbios nacen de los microbios)
franxk02Ensayo25 de Enero de 2022
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[pic 2] CENTRO DE ESTUDIOS SUPERIORES EN CIENCIAS JURÍDICAS Y CRIMINOLÓGICAS LABORATORIO FERNANDO ROSAS AQUINO PROFESOR: Maestra Karla Rodríguez Mariano Cuarto Cuatrimestre Los Cazadores de Microbios Matricula: E2101BALLCR0186 TURNO: Matutino GRUPO: DOS |
Índice
1.- Portada
2.- Índice
3.- Capitulo I.- Antonio van Leeuwenhoek (Primer cazador de microbios)
4.- Capitulo II.- Lazzaro Spallanzani (Los microbios nacen de los microbios)
5.- Capitulo III.- Luis Pasteur (Los microbios son un peligro)
6.- Capitulo IV.- Roberto Koch (La lucha contra la muerte)
7.-Capitulo V.- Pasteur (Y el perro rabioso)
8.- Capítulo VI. – Roux y Behring (Contra la difteria)
9.- Capitulo VII.- Elías Metchnikoff (Los diligentes Fagocitos)
10.- Capitulo VIII.- Teobaldo Smith (Las Garrapatas y la fiebre en Texas)
11.- Capitulo IX.- Bruce (La pista de la mosca Tse-tsé)
12.- Capitulo X.- Ross contra Grassi (El Paludismo)
13.- Capitulo XI.- Walter Reed (En interés de la ciencia y por la Humanidad)
14.- Capitulo XII.- Pablo Ehrlich (La bala mágica)
15.- Conclusión
Capítulo I
Lazzaro Spallanzani (Los microbios nacen de los microbios)
Antonio Leeuwenhoek fue el primer microbiólogo. Inició una importante investigación. Probablemente, si este hombre no hubiera sido tan obstinado, no hubiera sido tan culto, y aunque no hubiera sido tan obstinado, el camino de descubrimiento que puso en marcha no hubiera sido el mismo. Atrapado en una época en la cual el "conocimiento" se limitaba a ser un "hecho" indiscutible, pero indiscutible. Antonio van Leeuwenhoek nació en Delft, Holanda, en 1632. A pesar de los ánimos de su madre, Antonio estudió para ser funcionario público, pero a los 16 años decidió irse. Durante los siguientes seis años, se dedicaría a trabajar en una tienda en Ámsterdam, en lugar de asistir a la universidad. Cuando cumplió 21 años, regresó a Delft. Mientras crecía en él la curiosidad y la pasión por la fabricación de lentes. Sin embargo, entre los 20 y los 40 años se desconoce su vida.
Leeuwenhoek pasó horas y horas observando objetos bajo sus lentes, muchos lo tildaron de chiflado. Pero su interés y asombro al comprobar la potencia de los mismos fue mayor que cualquier comentario imprudente. Empezó a realizar cultivos y decidió informar a la Real Sociedad sobre su descubrimiento; algunos miembros se burlaron y unos cuantos lo tomaron enserio. En respuesta a su carta recibió una petición para explicar a aquellos señores de Londres la realización de su microscopio. El tiempo había pasado y Antonio Leeuwenhoek tenía 50 años cuando descubrió que los mismos bichos en los dientes, en el intestino de las vacas, jamás escribió palabras acercade lo que observaba, jamás hizo un dibujo hasta que después de mirar cientos de veces la misma cosa enidénticas condiciones, estaba seguro de que no había variación alguna, aun así no quedaba del todo satisfechoy solía decir: la gente que por primera vez mira por un cristal de aumento dice: ahora ve una cosa luego veotra; es que el observador más experto puede equivocarse, pero las he hecho con satisfacción sin hacer caso dequienes le preguntaban, más yo no escribo para esas gentes, escribo solamente para los filósofos.
En 1723, a los 90 años murió y dejo unas cartas para enviar a la Real Sociedad.
Capitulo II
Lazzaro Spallanzani (Los microbios nacen de los microbios)
Lazzaro Spallanzani nació en 1729 en Scandiano, Italia. Era un niño inusual que experimentaba con su entorno para aprender más sobre él. Spallanzini era un niño pequeño e inusual que realizó terribles experimentos con insectos para comprender cómo funcionaba la naturaleza. Quizás era un niño excesivamente curioso, tanto por saber de ella como por descubrir lo que hacía, tras la muerte de Antonio Leeuwenhoek, este niño curioso se convirtió en un adulto reprimido, debido a la insistencia de su padre en seguir la ley, a pesar de su convicción de que era un hombre de ciencia. En su tiempo libre se dedicaba a estudiar griego, francés y filosofía, mientras que en vacaciones se maravillaba con la naturaleza. Entonces un día conoció a Vaillisnieri, un respetable científico, quien le confirmó que Lazzaro Spallazini nació para ser científico; como resultado, Vaillisnieri persuadió a su padre para que lo dejara perseguir su sueño. El joven Spallazini se matriculó en la Universidad de Reggio y comenzó su carrera científica. En ese momento, la gente tenía cierta tolerancia para poner en duda las supersticiones de la época. En las postimetrìas del siglo XVIII, cuando Napoleón comenzaba a destruir un mundo viejo, y en losmomentos en que Beethoven llamaba a las puertas del siglo XIX con la primera de sus titánicas sinfonías, quesonaban como gritos de guerra del espíritu nuevo, uno de cuyos principales creadores fue Spallanzazani, enaquel año de 1799, el gran cazador de microbios sufrió un ataque de apoplejía. Tres días más tarde, asomándola cabeza, enérgica e indomable entre los colchones de pluma recitaba versos de Tasso y de Homero para entretenimiento y deleite de los amigos que habían venido a verle morir, y aunque se resistía a confesarlo, aquello fue un Canto del Cisne, según dice uno de sus biógrafos. Murió pocos días después
Spallazini fue ordenado sacerdote católico, ya los treinta años fue nombrado profesor, cargo que le obligó a trabajar con los animalillos descubiertos por Leeuwenhoek, los mismos animales que fueron acosados por una serie de preguntas que el difunto no pudo resolver. Pero una de las preguntas más apremiantes sobre estos animales era: ¿vienen de la nada o requieren progenitores?
Incluso si Spallazini tuviera algunas ideas brillantes sobre la generación espontánea, no podría decirlas en voz alta. Needham probó su teoría con el carnero caldo, "demostrando" que los animalillos provienen del caldo. Como resultado, la vida puede surgir espontáneamente de la materia muerta.
Capitulo III
Luis Pasteur (Los microbios son un peligro)
Tras la muerte de Spallazini en 1831, las investigaciones y preguntas sobre los bichos quedaron en suspenso. La vida cotidiana de las personas se hizo más fácil gracias a sus propios inventos, como el teléfono y la máquina de vapor. Cuando el concepto de que los microbios descubiertos por Leeuwenhoek eran capaces de matar misteriosa e inexplicablemente a alguien ni siquiera es algo plausible. Pasteur, a la edad de dieciséis años, escuchó los gritos aterrorizados de Labrador Nicol, que había sido asesinado por un zorro rabioso. Durante el transcurso de muchas semanas, un total de ocho personas murieron. Pasteur, cuando era niño, se preguntaba por qué la gente moría después de ser atacada por un lobo, pero no podía encontrar una respuesta obvia. Decidió preguntarle a su padre si era sargento. Solo podía preguntarse por qué la gente está muriendo debido a la muerte de un zorro rabioso. Pero, debido a que la única certeza de su padre era que las personas pueden morir de balas, sugirió que podría ser la voluntad de Dios.
Tuvo nupcias con la hija del decanato de la facultad. Y volvió al trabajo. Primero, trató de cambiar la química de los seres vivos, luego experimentó con plantas y trató de cambiar de especie.
Mientras un joven médico prusiano, obstinado y braquicéfalo, se encaminaba hacia los mismos milagros que predicaba Pasteur; en los momentos en que su profesión lo liberaba para realizar experimentos inusuales con ratas, ideó ingeniosos procedimientos para manejar sus microbios, lo que le permitió estar seguro de que no tendría que lidiar con ellos nuevamente.
Propuso un medio y cultivo de blastocitos, alegando que ellos eran los culpables de las malas fermentaciones ya que eran capaces de convertir el azúcar en ácido láctico. Acusándolos de ser el origen de las malas fermentaciones. Incluso si quisiera convertir el azúcar en alcohol. Actualmente, su objetivo es demostrar a Francia cómo la industria puede ahorrar mucho dinero. Demostrando que los fermentos que convirtieron las uvas en vino eran una especie de microbio diferente a los que se encuentran en los vinos agrarios, el culpable de los vinos no comestibles fue otro microbio.
Capitulo IV
Roberto Koch (La lucha contra la muerte)
Entre 1860 y 1870, Pasteur centró sus esfuerzos en la industria del vino y en un problema de larga data con su producto. Un destacado estudiante alemán de la Universidad de Gotinga estaba estudiando para obtener un título en medicina. Este joven aspiraba a ser explorador o incluso médico militar, con el sueño de viajar y conocer nuevos lugares.
Después de completar sus estudios, completó sus prácticas en el Internado de Hamburgo, lo que le resultó poco interesante. Durante este tiempo, las palabras de Pasteur circulaban por las calles, ya que afirmaba que esas pequeñas criaturas albergaban temibles microbios asesinos. A Roberto, en cambio, le resultaba bastante difícil escuchar esas cosas porque estaba completamente concentrado en esos pacientes psiquiátricos, se casó con Emma Franz con la condición de que ella se olvidara de sus pensamientos salvajes sobre viajes y aventuras. Koch estaba preocupado por su situación ya que anhelaba algo más emocionante en su vida. Hasta que un día, cuando llegó Wollstein para celebrar su vigésimo primer aniversario con Emma, esta última le regaló un microscopio, Ese microscopio es sumamente importante en la historia ya que no hubiera sido posible sin él, Para 1873 los médicos aun no tenían una explicación del todo clara y sobre todo comprobada sobre el origen de las enfermedades quizá sabían lo mismo que las demás personas que carecían del conocimiento médico q ellos «poseían». Del cuerpo de un obrero muerto de tuberculosis empezó a aplastar los tubérculos amarillentos y con una jeringa los inyectaba a conejos y a manadas de conejillos de indias. Los mismos tubérculos de color gris amarillento empezaron que habían infestado el cuerpo del obrero aparecían en todos aquellos animales y en todos ellos descubrió los mismos bastoncitos curvos. Día tras día Koch sacaba sus tubos sin descubrir cambio alguno y al quinto día hallo la superficie de la gelatina cubierta de pequeñas motas y al examinarlas encontró incontables bastoncitos retorcidos, idénticos a los que había encontrado en los pulmones del obrero. Mientras que dividía su tiempo en sus propios cuestionamientos y experimentos sufría del ajetreo propio de un médico. De modo que sabía aprovechar muy bien sus tiempos libres. Había conseguido infectar al ratón. Y ahora su gran curiosidad era ver como se desarrollaban los blastocitos. Con firmes intensiones de crear su propio cultivo de los mismos.
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