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Leucemia.


Enviado por   •  3 de Marzo de 2014  •  Ensayos  •  4.656 Palabras (19 Páginas)  •  228 Visitas

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LEUCEMIA. Tras estudiar la leucemia desde la visión de la NMG me he dado cuenta que los trastornos hematológicos en general (de estas células blancas, pero también de plaquetas o de glóbulos rojos, es decir: no solo las leucemias y linfomas) son diferentes expresiones de diferentes momentos de la misma enfermedad. Enfermedad descrita por Hamer en su totalidad clínica y en su totalidad temporal (verdadera historia natural de la enfermedad) y que no es sólo la leucemia sino también los otros transtornos hematológicos: expresiones de los diferentes momentos de la enfermedad por desvalorización ( ya sea actual: citopenias con riesgo de anemia, sangrados y osteopenia; o desvalorización previa resuelta, o segunda fase de la misma enfermedad: aumento de células, recalcificación, dolor óseo por edema de periosteo y otros síntomas como la leucemia…).Así tenemos todas las variantes posibles en los pacientes que acuden con un diagnóstico de enfermedad ya sea neoplásica hematológica (aguda o crónica, linfoide o mieloide, con o sin citopenias, en fase de estrés o de vagotonía, etc) o con el diagnóstico de otra enfermedad hematológica (citopenias, incluidas las anemias, trombocitosis, trombopenias, etc.) y siempre podemos deducir la fase en la que está el paciente si conocemos la NMG. Mientras esto no se estudie las enfermedades hematológicas serán enfermedades no comprendidas, como tampoco se comprende cómo en el mismo paciente unas se “transforman en otras” y por qué. Término (“transformación…”) que usa la convencional para estos cuadros clínicos que cambian inexplicablemente de un diagnóstico a otro. Así linfomas se “leucemizan”, o las anemias se convierten en leucemias, los linfomas pueden acabar con gran anemia pero sin embargo con menos linfoma, los procesos crónicos pueden sufrir agudizaciones (aumento rápidos de nº de células), etc. En las leucemias se puede afectar sólo la sangre y también los ganglios, y en los linfomas se pueden afectar sólo los ganglios o también la sangre, y ello puede ser antes o después o alternativamente, en dependencia de la importancia del conflicto, sus recidivas o no, o la suma de nuevos problemas en este sentido: conflictos por el diagnóstico, por los tratamientos o por la misma vida. Cualquier combinación es posible en el tiempo y sólo se comprenden estudiando clínica según Hamer y preguntando por la conflictogénesis que se está dando en el paciente. Estoy diciendo que si los hematólogos conocieran la medicina de Hamer cambiaría la forma de tratar a sus pacientes, pero sobre todo: entenderían mucho mejor este batiburrillo de etiquetas diagnósticas de etiología desconocida que la medicina convencional ofrece, así como sus tratamientos experimentales y sólo documentados con cifras estadísticas y no muy alentadoras en la mayoría de los casos no funcionan del todo bien. Cuando esto se conozca se comprenderá porqué la gravedad no es por la enfermedad en sí, sino por el intervencionismo a destiempo y contraproducente y por la desesperanza aprendida tanto de pacientes como de médicos. La norma es que siempre hay una fase de citopenia (disminución del nº de células), “que puede ser más o menos importante y que es en una, dos o las tres líneas celulares” y que dependerá de la importancia y tipo de conflicto y de la duración de este. Pero sólo si se diagnostica esta primera fase se objetivará por el médico convencional dicha citopenia lo cual muchas veces no pasa porque no da clínica. Por la definición misma de leucemia no se piensa en ella hasta que no se vean policitemias (aumento de células en sangre) cosa que sólo ocurre en la segunda fase de la enfermedad: si hay resolución de conflicto (es decir posibilidad de curación). Las citopenias (en conflicto aun no resuelto) son siempre anteriores a los aumentos celulares porque se dan en la primera fase de la enfermedad. Sólo nos despista, a los que tenemos formación convencional, la frecuente anemia que se da en los primeros momentos de la segunda fase (tras la solución del conflicto), porque se acompaña ya de aumento celular en otra las otras dos líneas celulares. Esta anemia acompañada de leucemia o trombocitosis es explicada porque la recuperación de las células rojas es muy lenta (3 meses) al contrario de lo que exige la de las otras células producidas en la médula ósea; pero sobre todo esta “pseudoanemia” es debida al gran aumento del volumen circulante en esta segunda fase con vagotonía que aparece justo cuando se está empezando a recuperar la anemia por parte de la médula osea: ello determina una falsa anemia o mejor dicho, un supuesto empeoramiento de la anemia pero que no es tan grave como lo que creemos por lo que nos dicen los análisis de hematíes y de hemoglobina.Las fases de aumento del número de células, en una o varias líneas, sólo aparecen cuando hay resolución de conflicto, pero la cosa se complica porque estas resoluciones pueden ser “definitivas o no”. Cuando ocurre se pasa a la fase de leucemia pero si recidiva el conflicto (nueva disminución de células) pensaremos que la leucemia está mejor cuando el paciente está realmente peor porque ha recidivado su conflicto. Cuando hay solución de conflicto y se pasa a esta segunda fase (vagotonía) cesa el estrés en el paciente, cuyas manos se calientan pero como se entra en vagotonía aparece la hipotensión y el cansancio empeorados por la “pseudoanemia” que antes hemos explicado: aparecen los aumentos celulares pero el de glóbulos rojos se solapa por su lentitud, por la hipervolemia y por la vasodilatación. También puede haber dolores óseos, o suele haberlos, de mayor o menor extensión y gravedad según haya sido el tipo de conflicto, la duración y la importancia de este.

Y como decimos lo más peligroso por la iatrogenia que puede implicar es la anemia por hemodilución y vagotonía (vasodilatación), con gran debilidad e hipotensión exige un reposo absoluto para permitir al cuerpo que esta fase de curación se complete. Este momento que parece clínicamente el más grave es sin embargo cuando más seguros estamos de que se ha resuelto el conflicto pero sin embargo al haber tanta debilidad las cosas se complican y comienzan los intervencionismos. Porque muchos pacientes vuelven a entrar en conflicto al sentirse tan mal, al creer que lo suyo es incurable, al no ser apoyados por el sistema médico que sólo les propone quimioterapia como única salida posible, y sólo mientras no estén demasiado débiles…

Si no lo comprendemos el desenlace fatal será tarde o temprano y el momento dependerá sólo de la fortaleza física del afectado, de la repetición a no de conflictos, del riesgo de sobrecarga hemodinámica por transfusiones excesivas, así como de la toxicidad de la quimioterapia. Algunos se curan por tratarse de conflictos totalmente resueltos, porque no reciben excesiva

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