Maria Jose

Actualmente enfrentamos un grave problema que con el tiempo ha generado gran controversia, perjudicando a una sociedad entera, como es el tabaquismo, donde todos somos conocedores de sus efectos nocivos y del cual existe una extensa información en libros, internet, programas de salud, campañas de prevención y en los diferentes medios de comunicación acerca de su consumo y las consecuencias que trae su adicción; ya que por su composición química de nicotina, alquitrán, fenol y otras sustancias, es el principal responsable de que muchas personas mueran a causa de un cáncer pulmonar. Pero centrándonos en nuestro panorama nacional, no es relevante saber lo que ocasiona consumir el tabaco que vuelve dependiente a la mayoría de sus consumidores, perjudicándose así mismo y a todo su entorno y por el contrario es un consumo legal y permitido por el gobierno y esté se lava las manos, haciendo una leve advertencia que imprimen en cada cajetilla “fumar es perjudicial para la salud” dejando así al consumidor a su libre albedrío y que él es único responsable de su adicción. Es aquí donde surge la pregunta ¿Si el gobierno sabe lo altamente perjudicial que es el consumo de tabaco, por qué es legal y permitido su cultivo, expendio y consumo?

Por otro lado observamos que cada día su consumo es a más temprana edad afectando a la población más vulnerable como son los adolescentes, por ejemplo: jóvenes entre 15 y 17 años piensan que fumar les da sentido de libertad y les gusta la sensación que sienten cuando fuman, otros piensan que fumar les ayudas a perder peso y a mantenerse delgado, a algunos les da seguridad para enfrentar situaciones sociales, o simplemente para ser aceptados por su grupo de amigos.

La Fundación Española del corazón (2008) afirma que: “Los fumadores tienen tres veces más riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular que el resto de la población. Si quieres puedes dejarlo solo se debe tener voluntad propia”. La población debe estar dispuesta a enfrentar el problema como plantea la fundación en donde dice que solo se debe tener voluntad propia para dar una solución respectiva a dicho problema. El tabaquismo principalmente ha afectado en gran parte la salud del consumidor y de quienes lo rodean. Medicamente sabemos que en nuestro organismo existen los alveolos, que son pequeñas cavidades llenas de aire rodeados por capilares sanguíneos y allí se produce el intercambio de oxígeno y de la sangre.

Robert Boyle ( 1662 ) plantea que: “ La presión ejercida por una fuerza física es inversamente proporcional al volumen de una masa gaseosa, siempre y cuando su temperatura se mantenga constante"; con esta ley se puede comprobar que al aspirar el humo del cigarrillo el cual contiene más de 4000 sustancias con propiedades tóxicas, irritantes y cancerígenas que van produciendo un efecto acumulativo que conduce a enfermedades debido a que se realiza la misma operación como si se tratará del oxígeno, pero en este caso las sustancias procedentes de la combustión del tabaco producen una inflamación crónica en las vías respiratorias, ocasionando el edema de la mucosa, hiperplasia de las glándulas de la mucosas y por ende destrucción de las vías respiratorias y de las paredes alveolares, aumentando los espacios aéreos y produciendo lo que se llama enfisema pulmonar. A sabiendas de todo esto, el gobierno a través de sus instituciones y los diferentes estamentos, como La organización OMS (2008) decretan: “el día mundial sin tabaco para erradicar este vicio” para así proteger al ser humano y al medio ambiente de este gran peligro; así mismo la implementación de sus diversas estrategias con campañas alusivas, con la creación de zonas para fumadores y no fumadores en los diferentes establecimientos públicos, y la reglamentación de normas y leyes para evitar el consumo del cigarrillo protegiendo a niños y jóvenes de este gran peligro que les presenta la sociedad; pero creemos que estos argumentos son insuficientes

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