Micologia

CROMOBLASTOMICOSIS

El término cromoblastomicosis o cromomicosis se refiere a una micosis que afecta la piel y el tejido subcutáneo, causada por alguno de diversos hongos de pared pigmentada conocidos como hongos dematiáceos. Los hongos causantes de esta enfermedad tienen como vía de entrada la piel que ha sufrido una herida (inoculación traumática).

Clasificada entre las micosis profundas, la cromoblastomicosis prevalece en poblaciones rurales en países de clima tropical o subtropical.

Los agentes etiológicos de la cromoblastomicosis son hongos cuyo hábitat es el suelo,

De la familia Dematiaceae de los Hyphomycetes denominados por Borelli «cromomicetos», por ser de color negro y que ocasionalmente puede diseminarse por vía linfática o sanguínea, afectando ganglios linfáticos regionales, pulmones y cerebro. Su existencia saprofita ha sido bien comprobada porque se los ha encontrado en la vegetación en descomposición, madera en putrefacción y el humus de los bosques. El micelio, los conidios y las células esclerotiales son pigmentados (sus paredes contienen melanina). Los microorganismos elaboran una amplia variedad de tipos de conidios, dependiendo de la cepa, el sustrato usado y las diferentes condiciones físicas bajo las cuales se desarrollan.

En su fase parasitaria estos hongos se multiplican en los tejidos por facetación, no producen esporulación ni formación de yemas; siendo éste otro carácter muy importante de diferenciación con otros hongos parasitarios.

Los principales agentes etiológicos son: Fonsecaea pedrosoi, Fonsecaea compacta,

Phialophora verrucosa, Cladophialophora carrionii y Rhinocladiella aquaspersa.

Son hongos negros dimorfos quien en su fase parasitaria, ingresan a través de un traumatismo cutáneo, se desarrolla localmente, y se extiende por contigüidad, autoinoculación y rara vez por vía linfática o hematógena. El período de incubación es de meses.

La lesión se presenta en el sitio donde ocurrió algún traumatismo o una herida punzante; no obstante el traumatismo puede haberse producido mucho tiempo antes de que la lesión apareciera.

Las lesiones cutáneas, con apariencia de placas y nódulos verrucosos, se pueden extender por diseminación linfática y raramente por diseminación hematógena. Con frecuencia las lesiones son escamosas y en el raspado de la piel se pueden observar elementos hifales deformados. Con frecuencia estas lesiones se elevan de 1 a 3 mm sobre la superficie de la piel y son hipertróficas, con superficie escamosa, opaca, roja o grisácea En el examen histopatológico destacan la hiperplasia pseudoepiteliomatosa de la epidermis y el infiltrado linfomononuclear en la dermis; este último puede hacerse absceso y granuloma, con células gigantes,

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