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Nutricion Rumientes


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2014  •  3.757 Palabras (16 Páginas)  •  173 Visitas

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A MANERA DE INTRODUCCIÓN.

El ser humano ha intentado conocer a la naturaleza que le dio origen teniendo como base la interpretación de complejas reacciones químicas y también ha decidido asumir que una respuesta “natural” debe obedecer al seguimiento de normas recopiladas en un manual pero, ni los dos esfuerzos anteriores ni ningún otro producirán resultados totalmente ciertos, así como tampoco será confiable el resultado de la interacción de todos ellos. A quienes estudian la naturaleza bajo estos sistemas siempre les hará falta incluir dos ingredientes importantes e intangibles: el respeto que por su edad nos merece la naturaleza y el entender que en ella aun persiste una especie de magia cambiante que nos asombra.

Para nuestro caso no podemos estimar como y cuando nos iniciamos en la observación de los fenómenos naturales pero sabemos eso si, que fue hace años, que se hizo respetando aquellas diferencias captadas por los viejos, teniendo como marco de referencia el respeto a la naturaleza y dejándonos asombrar por el espectáculo entre la lógica de los primeros y la magia de la segunda. Talvez eso nos ha señalado el como acercarnos cuidadosamente y de rodillas ante algunos de nuestros fenómenos naturales y nunca anteponer los incalculables deseos de supremacía del ser humano cuando muchas veces sin entenderlos termina pisoteando algunas hojas. Entre esas hojas, la más simple de ellas, le lleva al humano una ventaja de millones de años y durante ese tiempo esa hoja ha logrado sobrevivir a tan grandes alteraciones de su entorno que la han obligado a cambios incomprensibles a los humanos. No es fácil a veces entender a un ser que siendo mucho mas complejo no acepte ser un producto tardío de esas pequeñas hojas que tanto maltrata y que a la larga son quienes lo mantienen.

Una simple hoja autótrofa es una inimaginable maquinaria biológica cuya función es la de transformar sustancias inorgánicas de su entorno a materiales orgánicos utilizando la radiación solar como fuente de energía además, durante este proceso consume CO2 y produce oxígeno. Se ha de caer en la cuenta que el motor de esta serie de reacciones es la radiación solar vale decir, que esta radiación es el conductor primario ante cualquier tipo de reacciones y de productos.

En nuestro medio, en nuestro país, la concepción de esta manera de estudiarnos no puede ser diferente a este esquema y creemos que así debemos tratar de entenderlo.

Describir a Colombia como país es algo que seguramente hemos hecho desde pequeños y desde entonces hemos consultado libros y mapas y casi con seguridad hemos terminado en el poco importante campo de nuestras divisiones políticas que no asocian las zonas naturales si no los deseos de dominio. Las montañas y los valles y los ríos son tan naturales a nuestros sentidos que podemos dibujarlos de memoria y no han de faltar comentarios acerca de nuestros enormes límites con los dos océanos. Nunca nos habrá hecho falta mencionar que Colombia es un país ecuatorial y que esta línea pasa recta y sin notarse por nuestras selvas del sur.

Otro tanto hemos leído sobre nuestro sol pero, para los prácticos, el sol es menos importante, simplemente ahí está y ahí ha estado siempre y con muy pequeñas variaciones el sol “sale” a las seis de la mañana y se “oculta” a las seis de la tarde y así ha sido siempre y no cambiará por millones de años. Y que decir de las nubes: son simplemente eso: nubes que de ser grises presagian lluvias y si no aparecen el día será soleado. En Colombia no existen las estaciones y poco nos importa que por ejemplo: el 21 de marzo sea considerado el equinoccio de primavera, simplemente llamamos “verano” a una época seca e “invierno” cuando llueve.

En nuestro país una semana puede ser de invierno pero la siguiente de verano y así hemos ido y así hemos vuelto.

En Colombia las nubes generadas por la enorme selva del sur se estrellan contra nuestras cordilleras y también se presenta la zona de convergencia intertropical es decir, esa zona en la cual las nubes al norte de la línea ecuatorial giran como las manecillas del reloj y se intentan confundir con aquellas que al sur de la misma línea giran en contra de las manecillas del reloj y como si fuese poco debemos aceptar las arremetidas del océano Pacífico y sus enormes nubes, por estas tres razones Colombia es un país nuboso.

En Colombia quien vive por encima de ciertas alturas nos cuenta que “su tiempo es paramoso” y lo entendemos y este país, así no lo quieran algunos, hace que Colombia no sea un país “tropical” si no mas bien un país “ecuatorial” y esta estrecha localización, si bien nos sitúa dentro de un territorio entre los Trópicos de Cáncer y de Capricornio hace que no nos cobije la igualdad de fenómenos que si existen entre países mas intertropicales y menos ecuatoriales como lo son Cuba o Bolivia. Cuba posee verdaderos inviernos y verdaderos veranos y lo mismo sucede en Bolivia. El sur del Perú o del Brasil o Chile o la Argentina no son nuestros pares de acuerdo con su localización. Compararnos exactamente con ellos sería tan erróneo como aceptar igualdad de condiciones naturales entre Inglaterra y Uganda simplemente porque en ambos países se habla el inglés.

Si mezclamos todas estas ideas sobre nuestro país, entenderemos como nuestros viejos acuñaron definiciones tales como “tierra caliente, tierra media, tierra fría, páramos, la costa, los llanos y la selva” descripciones propias y muy lejanas de aquellas que quieren introducir ahora tales como “Trópico de altura” para llamar a la sabana de Bogotá o “Trópico bajo” para llamar a la tierra caliente. Mucho va del “Trópico de altura” de la ciudad de Méjico para igualar con el mismo término a la ciudad de Bogotá.

El sol, la línea ecuatorial, nuestras las cordilleras, nuestras nubes y las diferentes expresiones de las interacciones entre ellos son los amos que siempre han dominado nuestra existencia y han esculpido nuestra nacionalidad de colombianos.

Son estas variables naturales las que comandan tanto nuestro destino, como el de nuestras cerca de 550.000 especies de vegetales, nuestras mas de 1.700 especies de aves, nuestras mas de 280 especies de ranas, nuestros vertebrados y nuestros cientos de miles de invertebrados. Nosotros los colombianos y nuestra manera especial de comportarnos somos también uno de sus efectos.

En Colombia la luz del sol sale para todos pero no nos llega a todos la misma cantidad de energía solar. La energía radiante del sol se ve atrapada por las nubes y su energía, esa energía solar que da origen a la sombra, se debilita y en muchos

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