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Oracion Santa Cruz

canifox23 de Marzo de 2014

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ORACIÓN A LA SANTA CRUZ

Oh Santa Cruz! Madero Hermoso en donde murió mi Señor para darme eterna luz y librarme del contrario, ante ti me humillo y reverente imploro a mi Señor Jesucristo que por los padecimientos que sobre ti recibió en su Santísima Pasión me conceda los bienes espirituales y corporales que me convengan.

Elevada ante el mundo, eres faro luminoso que congregas a tu rededor a la cristiana grey para entonar cantos de Gloria al Cristo Rey, al Dios Hombre que siendo dueño de todo lo creado, permitió ser crucificado sobre Ti para la redención del genero humano.

Sobre ti se operó el asombroso misterio de la redención del mundo, desde entonces libra al cristiano de la culpa original, puede llamarse Hijo de Dios Eterno y aspirar a la gloria celestial.

Bendita seas! por los siglos de los siglos, fuiste entre los paganos signo de valor y afrenta y hoy eres emblema del cristiano y esperanza para ser perdonado por el sublime sacrificio de mi Señor Jesucristo, a quien esperamos servir y honrar por toda la eternidad. Amen

¡Santa Cruz de mi Jesús, que expiró para darnos luz, yo te doy mi reverencia, oh preciosa y Santa Cruz!.

El camino que nos marques en el mundo seguiremos, que a la Cruz siempre abrazados con su signo venceremos.

A tus plantas hoy me encuentro, mi Divino Redentor.

Haz que con su santa paciencia, carguen en el mundo mi Cruz.

Oh Dios Omnipotente que sufriste en la Cruz la muerte, para redimirnos de nuestros pecados. Oh Santa Cruz de Jesucristo, sé mi verdadera luz.

Oh Santa Cruz de Jesucristo, ten piedad de mí. Oh Santa Cruz de Jesucristo, sé mi esperanza. Oh Santa Cruz de Jesucristo, aleja de mí todo temor a la muerte.

Oh Santa Cruz de Jesucristo, derrama en mi alma el bien. Oh Santa Cruz de Jesucristo, aleja de mi todo mal. Oh Santa Cruz de Jesucristo, hazme entrar en el camino de la salvación.

Oh Santa Cruz de Jesucristo, presérvame de todos los accidentes, temporales y corporales para que pueda adorarte siempre, así como a Jesús Nazareno a quién imploro para que tenga piedad de mí.

Haz que el espíritu maligno visible o invisible huya de mi por todos los siglos de los siglos. Amén.

En honor de la preciosa Sangre de Jesucristo y de su penosa muerte, en honor de su Resurrección y de su Encarnación Divina, por medio de la cual puede conducirnos, a la vida eterna: que así como es cierto que Jesucristo nació en Navidad, que fue Crucificado en Viernes Santo, que José y Nicodemus quitaron a Jesucristo de la Cruz y que Jesucristo subió al cielo, que así se digne libertarme de los ataques de mis enemigos, tanto visibles como invisibles desde hoy y por los siglos de los siglos. Amén.

Dios Todopoderoso, entre tus manos entrego mi alma, Jesús, María, José, Ana y Joaquín.

Jesús mío, por la amargura que sufriste por mí en la Santa Cruz, principalmente cuando Tu Alma tan sagrada se separó de Tu Cuerpo, ten piedad de mi alma cuando se separe de este mundo.

¡Oh Jesús! concédeme el valor necesario para soportar mi cruz a imitación Tuya, enséñame a llevar con paciencia todos los sufrimientos, que mi temor a ellos se convierta en virtud.

Que la Omnipotencia del Padre se digne de cubrirme con la sabiduría del Espíritu Santo.

Dígnate recibirme y conducir mi alma a la vida eterna.

Amén.

Esta plegaria fue hallada en 1505 en el sepulcro de nuestro Señor Jesucristo y enviada a San Miguel en Francia.

Aquel que lea esta plegaria, que la oiga leer, que la publique o que la lleve encima, no morirá en pecado mortal, no se ahogará, ni se quemará ni ningún vecino le hará daño, ni tampoco caerá nunca en poder de sus enemigos y no será vencido en las batallas. Una mujer

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