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Orden Crocodylia

lizso11 de Noviembre de 2013

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ORDEN CROCODYLIA

INTRODUCCIÓN

Los crocodílidos forman una familia que agrupa a 28 especies, todas de gran tamaño; algunos géneros poseen a las mayores especies de reptiles que existen actualmente en el planeta (Caiman latirostris 7 m., Crocodylus porosus porosus 6 m., Gavialis gangeticus 6 m.).

Se clasifican anatómicamente como reptiles diápsidos, dado que presentan dos aberturas tras las órbitas del cráneo (ventanas temporales).

Gracias a sus extraordinarias particularidades anatómicas, los crocodílidos han triunfado en diferentes biotopos sin apenas evolucionar durante los últimos 65 millones de años. Todas las especies están vinculadas al medio acuático, ya sea en aguas dulces o saladas (unas pocas especies), por lo que presentan determinadas características para adaptarse a una vida “anfibia”, donde la reproducción se realiza en tierra. Su cuerpo, de forma aerodinámica, le permite abrirse paso por el agua, lo cual es facilitado gracias a su enorme y poderosa cola, que comprimida lateralmente, actúa como motor impulsor. Otra adaptación para la vida acuática es la situación dorsal de sus ojos y de las fosas nasales, que le posibilitan ver y respirar, respectivamente, sin necesidad de sacar la cabeza fuera del agua. También, sus cortas, pero poderosas patas, le permiten desplazarse por tierra sin problemas, incluso de llegar a galopar. Presentan como característica única entre los reptiles la existencia de movimientos de torsión y giro en la articulación del tarso y carpo, lo cual les posibilita dos tipos de desplazamiento terrestre diferentes. Pueden desplazarse (al igual que los lacértidos) con las extremidades extendidas hacia fuera, quedando el muslo y antebrazo dispuestos horizontalmente, con el abdomen casi pegado al suelo), este sistema de desplazamiento es para distancias cortas.

Tegumento

La piel de los cocodrilos está formada por toscas escamas, engrosadas, de queratina, que dan lugar a fuertes estructuras que juegan un importante papel en la defensa y camuflaje del individuo. La estructura de escamas que conforma la epidermis en los cocodrilos es diferente a la que presentan los peces: en los primeros, las escamas forman una capa continua que se articulan mediante tejido conectivo elástico situado en la dermis, no estando articuladas de forma independiente (caso de los peces). Por ello, las escamas no se disponen de forma solapada, aunque externamente pueda parecerlo a los ojos del observador. A diferencia de otros reptiles (ofidios, saurios), la piel de escamas no se renueva periódicamente.

La dermis la conforma una capa de tejido conectivo surcada por multitud de vasos sanguíneos y nervios. En esta capa se sitúan pequeñas placas de naturaleza ósea, denominadas osteodermos, que se disponen a modo de refuerzo de las escamas epidérmicas.

Cría de alligator sobre su madre.

Observa la disposición de sus escamas

La piel del animal sufre determinadas variaciones estructurales dependiendo de la región corporal que se topografie. Sobre la cabeza, la piel está fuertemente adherida al cráneo. Los territorios dorsales del animal presentan escamas muy cornificadas que le confieren un alto grado de protección; mientras que la piel de las regiones lateroventrales presenta escamas más delgadas y de aspecto menos tosco. La cola presenta, en la superficie dorsal, una doble fila de escamas triangulares dispuestas verticalmente que, posteriormente, se fusionan en una única fila desde la mitad de la longitud total de la cola hasta el final de esta.

La disposición y el número que presentan las escamas en las diferentes regiones corporales son usados como características distintivas específicas, siendo las escamas situadas en las regiones postoccipital y nucal las de mayor importancia para la identificación. Las escamas de la región postoccipital son las situadas sobre la superficie dorsal de la base del cráneo; las escamas de la región nucal se localizan inmediatamente caudal a las escamas de la región postoccipital.

Escamas de la región postoccipital y nucal en un cocodrilo del Nilo

La piel de los cocodrilos posee células de tipo pigmentario (cromatóforos), que les confiere la capacidad de poder modificar, en un bajo grado, el color de su piel, sin llegar a ser tan evidente y espectacular como los camaleones o iguánidos. La coloración de las regiones lateroventrales del cuerpo del animal tienden a ser más claras y brillantes que la superficie dorsal, cuya coloración suele ser más oscura. Los individuos jóvenes presentan una coloración más brillante y notoria que, al transcurrir el tiempo, se vuelve más tenue.

Los cocodrilos, a diferencia de otros reptiles, presentan ciertas glándulas cutáneas: dos de ellas se localizan en la mandíbula, a nivel ventral, se cree que pueden estar relacionadas con el balance de sal; otras dos glándulas se localizan a nivel cloacal, emiten una sustancia de carácter almizclero relacionada con el apareamiento y la defensa.

Sistema músculo-esquelético

Los cocodrilos se clasifican, atendiendo a las aberturas temporales del cráneo, como reptiles diápsidos (poseen dos aberturas): el agujero superior es de pequeño tamaño, mientras que el agujero inferior es más grande, localizándose en este último el aparato auditivo.

Tamaño relativo de los cráneos de un alligator adulto

y de un alligator recién eclosionado (University of Florida)

El cráneo es alargado, compuesto por una treintena de huesos fusionados entre sí. En su extremo más rostral se encuentran las aberturas nasales, que a través de un largo conducto nasal se comunican con las coanas, situadas al fondo del paladar. Los huesos premaxilar, pterigoides y palatino forman un paladar, que separa completamente la cavidad oral de la cavidad nasal. La localización dorsal de aberturas nasales, órbitas y oídos sobre el cráneo les permite sumergir la totalidad del cuerpo en el agua, a la vez que pueden respirar, ver y oír sin ser localizados.

Por determinadas características del cráneo podemos clasificar a los cocodrilos en las tres subfamilias que agrupan a las diferentes especies existentes:

Los gaviales presentan un cráneo alargado y estrecho con multitud de afilados dientes, todos de igual tamaño. Sus aberturas nasales óseas se encuentran parcialmente fusionadas, formando un único orificio óseo en el extremo rostral del cráneo.

Los cocodrilos presentan un cráneo mucho más ancho, aunque existen grandes variaciones interespecíficas (desde corto y ancho hasta cráneos más alargados y estrechos). Sus aberturas nasales óseas se encuentran fusionadas, conformando un único agujero, origen de las fosas nasales. Sus dientes son de diferentes tamaños y fuertes; destaca la depresión o surco existente entre los dientes del maxilar, para alojar a la cuarta pieza dentaria de la mandíbula .

Los aligatores son los que, proporcionalmente, presentan un cráneo más ancho. Los orificios de sus aberturas nasales óseas están separadas por un delgado tabique.

La columna vertebral está dividida en cinco regiones anatómicas compuestas por unas 60-70 vértebras en su totalidad, repartidas de la siguiente forma: 8-9 cervicales, 10-11 torácicas, 4-5 lumbares, 2-3 sacras y 32-45 caudales. (La bibliografía consultada no se pone de acuerdo en el número de vértebras exactas que comprende a las tres primeras regiones, variando según el autor).

El perfecto ensamblaje de los cuerpos vertebrales a nivel de las vértebras caudales, es lo que posibilita la elevada flexibilidad de la cola, necesaria para poder impulsarse en los movimientos natatorios. Unidas a la columna (región torácica) se presentan ocho pares de costillas. Junto a estas también se observan otros ocho pares de costillas abdominales o gastralia (costillas flotantes) que no son verdaderas estructuras óseas, sino formaciones rígidas de origen dérmico, situadas en las paredes ventrales del abdomen. No están articuladas a las vértebras, sino unidas a una lámina fibrosa que recorre longitudinalmente la pared ventral del abdomen desde el borde craneal del pubis (epipubis) hasta el borde caudal del esternón.

Gastralia en un cocodrilo del Nilo

La cintura pectoral (o del hombro) está formada por varios huesos pares (coracoides, procaracoides, escápula y clavícula) que se relacionan con sus homónimos del lado contrario mediante la interclavícula y el esternón.

El miembro torácico de los reptiles es similar al de los mamíferos; destaca el gran desarrollo del cúbito frente al radio, y la presencia de cinco dedos en cada mano, tres de los cuales (los más mediales), presentan las uñas muy desarrolladas.

La cintura pélvica está compuesta por dos coxales con los huesos típicos de la cadera de los mamíferos, aunque presentan ciertas modificaciones: el ilion es corto; el ischion es corto y ancho; y el pubis es largo y estrecho, relacionándose su borde craneal con los gastralia mediante una formación cartilaginosa (epipubis).

El miembro pelviano acaba en cuatro dedos, los cuales presentan un mayor tamaño que los del miembro torácico.

La musculatura de los crocodílidos está, en general, muy desarrollada. Como ejemplos citamos el mecanismo de abertura de las fauces y la locomoción terrestre y acuática.

La musculatura que interviene en la apertura de la boca (mm. esternomandibular y depresor de la mandíbula) está relativamente poco desarrollada, por lo que es posible poder abrirle

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