PATOLOGIAS CODO PORTERO DE BALONMANO
Carlos CalleTrabajo17 de Septiembre de 2017
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[pic 1] PATOLOGÍAS EN EL CODO DE UN PORTERO DE BALONMANO Profesor Javier Jimenez | Carlos Calle Lobo Lesiones en la Actividad Física y el Deporte |
INDICE:
Página 2………………….…………………………..Introducción Página 2…………………..……………..Recuerdo anatómico Página 4…………………….…..Descripción de las lesiones Página 5…………………………………………….…..Prevención Página 8………………………………………….……Tratamiento
1.-INTRODUCCIÓN
El objetivo de este trabajo es dar a conocer las lesiones que se producen con más frecuencia en la articulación del codo al realizar la acción de parada. Estas lesiones se producen por traumatismos reiterados a grandes velocidades en la cara anterior del antebrazo y en la palma de la mano. Todas ellas pueden prevenirse con una preparación física previa adecuada, y, sin embargo, son difíciles de tratar sin detener la actividad una vez han aparecido, lo que supone un grave problema en el alto rendimiento. Las lesiones más comunes son las tendinitis en las inserciones del tríceps braquial y del ancóneo, la epicondilitis y la epitrocleitis. Las dos primeras se producen como consecuencia de una hiperextensión de la articulación del codo provocada por el impacto del balón, mientras que la epicondilitis y la epitrocleitis se produce por luna fuerte contracción excéntrica de los músculos originados en el epicóndilo y la epitróclea humeral, respectivamente.
2.- RECUERDO ANATÓMICO.
El primer paso para entender estas lesiones es conocer la zona afectada. Los huesos que participan en el codo son el húmero, el radio y el cúbito. La articulación del codo está constituida por otras tres articulaciones diferentes: la articulación humero cubital, la articulación humero-radial y la articulación radio-cubital proximal. Estas tres articulaciones tienen una cápsula articular común, y, reforzando la articulación, encontramos los ligamentos anterior, lateral interno, lateral externo, ligamento de Weitbrecht y el ligamento cuadrado de Denucce.
Los movimientos mecánicos de los que es responsable el codo son la flexo-extensión, de entre 140º y 160º, y la pronosupinación, de aproximadamente 175º: 85º de pronación y 90º de supinación, partiendo de la posición neutra (flexión de 90º de codo y palma de la mano perpendicular al suelo y con el dedo pulgar mirando hacia arriba). La flexión está limitada por la distensión del tríceps braquial y por el choque entre los flexores, mientras que la extensión está limitada por la distensión de la musculatura flexora así como el contacto entre el pico del olecranon y la fosa olecraniana.
En la siguiente tabla, adaptada de PROMETHEUS, podemos observar la musculatura que actúa sobre el codo, así como la función que desempeña cada músculo.
Movimiento | Amplitud | Músculo |
Flexión | 130-150º | Bíceps braquial Braquial anterior Braquiorradial Extensor radial largo del carpo Extensor radial corto del carpo Pronador redondo Flexor superficial de los dedos Palmar largo |
Extensión | 10º | Trícpes braquial Ancóneo |
Pronación | 85º | Bíceps braquial Supinador Abductor largo del pulgar Extensor corto del pulgar Extensor largo del pulgar Extensor del índice Braquiorradial |
Supinación | 90º | Pronador cuadrado Pronador redondo Flexor radial del carpo Braquiorradial |
Además de estos músculos, van a ser de vital importancia en este trabajo aquellos flexores y extensores de muñeca que se originan respectivamente en la epitróclea y el epicóndilo humeral.
Los músculos originados en la epitróclea son el flexor superficial de los dedos, el pronador redondo, el flexor radial del carpo, el palmar largo y el flexor cubital. Estos músculos deben ejercer en el portero de balonmano unas fuertes contracciones excéntricas, por lo que es frecuente la aparición de la denominada epitrocleitis.
Por otra parte, los músculos que tienen su origen en el epicóndilo medial son el supinador corto, el extensor común de los dedos, el extensor del meñique, el extensor cubital del carpo, los extensores radiales corto y largo del carpo. Estos músculos, al igual que los epitrocleares, realizan fuertes contracciones excéntricas durante un partido o entrenamiento de un portero de balonmano, apareciendo, aunque con menos frecuencia, la llamada epicondilitis.
3.-DESCRIPCIÓN DE LAS LESIONES
Todas estas lesiones, tanto la epicondilitis, como la epitroclaitis, como las tendinitis del tríceps y del ancóneo son inflamación de tendones, pero su mecanismo de producción es diferente.
La epicondilitis aparece cuando el balón golpea en el antebrazo, que se está moviendo hacia delante para “atacar” al balón y así ocupar más ángulo. Esto se da sobre todo en las paradas a tiros de 6 metros. Por la inercia que lleva el brazo, la muñeca tiende a ir hacia delante, a flexionarse cuando el balón golpea el antebrazo y este se frena, por lo que los músculos extensores realizan una fuerte contracción excéntrica para que la flexión de muñeca no sea tan brusca. La continua repetición de este mecanismo durante todos los entrenamientos y partidos produce la inflamación de los tendones de origen de estos músculos. Si la musculatura no está bien preparada, esto puede suponer un grave problema en el portero durante un largo periodo de tiempo.
La epitrocleitis, inflamación de los tendones de los músculos originados en la epitróclea humeral, se da en el portero de balonmano cuando la pelota contacta en la palma de la mano, y tira de esta hacia atrás. Cuando esto ocurre, la muñeca tiende a hiperextenderse, y los músculos flexores trabajan en excéntrico evitando que le extensión de muñeca sea demasiado brusca y demasiado amplia. Estas bruscas
contracciones excéntricas en músculos a priori tan “débiles” causan la inflamación de los tendones de origen. Además, como en toda tendinitis, el dolor aparece perfectamente localizado y puede llegar a ser muy intenso.
Tendinitis en las inserciones del tríceps y del ancóneo. Estos dos músculos tienen sus tendones de inserción en el olecranon. El portero de balonmano, cuando realiza una parada con el antebrazo o con la mano sin contraer correctamente os músculos del brazo, suele sufrir una hiperextensión de codo, ya que la musculatura flexora (sobre todo el bíceps braquial y el braquial anterior) no realiza el trabajo excéntrico que debería realizar para frenar el movimiento. La hiperextensión de codo tiene lugar cuando este se extiende con una amplitud mayor a la natural. La extensión natural del codo es de 10º partiendo de la posición anatómica. El contacto violento del balón con el antebrazo provoca esta hiperextensión, y se produce además un fuerte traumatismo en los tendones de inserción de los músculos tríceps braquial y ancóneo.
La gravedad de estas lesiones es variable, pueden tratarse de simples molestias en puntos concretos, de dolores más fuertes y en zonas más amplias que supongan problemas a la hora de realizar la práctica deportiva, o pueden también ser dolores tan agudos que impiden la práctica deportiva y afectan al día a día cotidiano del deportista.
4.- PREVENCIÓN
Al tratarse de tendinitis, el trabajo de prevención de la lesión es vital, ya que si se realiza de forma adecuada existen muy pocas posibilidades (siempre hay algún riesgo de lesión, aunque sea mínimo) de que aparezcan. Sin embargo, si se realiza de forma incorrecta, en un portero de balonmano aparecerán de forma prácticamente segura estas lesiones, ya que se trata de musculatura muy específica y a la que normalmente no se la tiene muy en cuenta a la hora de la preparación física del equipo. Por esto, considero necesario que el plan de preparación física y prevención de lesiones sea diferente para los porteros que para los jugadores de campo, y que no sea tampoco igual para un portero que para otro. La preparación física y los trabajos preventivos han de ser siempre individualizados, y los factores a tener en cuenta son muy variados. Entre ellos encontramos factores como el historial de lesiones, los mecanismos que conllevan riesgo de lesión en cada deportista o su condición física.
El trabajo de prevención tanto de la epicondilitis como de la epitrocleitis y las tendinitis del tríceps y el ancóneo va a consistir en fortalecer no sólo los músculos inflamados por la lesión, sino también la musculatura del hombro y del core, ya que, si se realiza correctamente el trabajo, estos músculos van a absorber parte de las bibraciones producidas por el impacto, y el sufrimiento de la zona del codo será menor. Además de ejercicios de fortalecimiento, son de vital importancia aquellos para estirar las zonas en las que hemos trabajado la fuerza.
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