Para Carlos de la Torre el populismo es una de las entradas más interesantes para estudiar en América latina

Para Carlos de la Torre el populismo es una de las entradas más interesantes para estudiar en América latina, para ello comienza hablando de la agenda conclusa de Germani: en donde estudia lo específico de la incorporación de los sectores populares a la política en América Latina. Para Germani el populismo son formas en las cuales se incorporan las masas, o sectores excluidos a la vida política, que se han basado en discursos que dividen a la sociedad en dos campos; antagónicos  y en la visión de la democracia como la aclamación plebiscitaria, y un segundo legado de Germani es la visión del populismo como un fenómeno ligado a la crisis que provoca la transición a la modernidad.

Sin embargo, De la Torre hace un análisis del discurso con textos socioeconómicos y políticos, porque dice que de alguna manera tiene que estar en claro el contexto en el que se dan, y se reciben estos discursos. Su hipótesis es que el populismo es la forma en la cual se ha incorporado la política, entendiendo el populismo de la siguiente manera: por un lado, el populismo es una retórica basada en la confrontación moral y ética entre la oligarquía y el pueblo, categoría que tiene que estar estudiado para ambos casos, como también estudiar el tipo de polarización que lleva cada discurso; si es únicamente política, o social, o social política. Junto a esto el populismo ha sido vivido por los sectores antes excluidos profundamente democratizador en la manera en la cual las personas que antes no participaban en la política, han empezado a salir a las plazas, a tomarse las calles, es decir, han comenzado a tener una voz pública, en las cuales estaban reconocidas como un pueblo con figura de líder populista, entonces la democracia para un populista  ha sido más comprendida y ha tenido más participación como pueblo, que en toda la democracia liberal, y son estos dos tipos de retóricas, o la manera de vivir la democracia que llevan a De la Torre a plantearse unas series de preguntas complejas pero muy interesantes a la vez para entender la política latinoamericana.

Ahora bien, si llevamos este tipo de pensamiento a la política de seguridad democrática del gobierno de Álvaro Uribe Vélez, que es una política gubernamental que propone un papel más activo de la sociedad colombiana dentro la lucha del estado y de sus órganos de seguridad frente a la amenaza de grupos insurgentes y otros grupos armados ilegales, y que plantea que existe la necesidad de fortalecer las actividades y presencia de los órganos de seguridad a lo largo del territorio nacional, y que al mismo tiempo debe ser la sociedad y no sólo los órganos de seguridad quien debe colaborar para obtener un éxito militar satisfactorio frente a los grupos armados al margen de la ley, vemos claramente la participación que el gobierno de Uribe le da a la sociedad para que pueda influir fuertemente en toda esta campaña de movilización, en las cuales se incluye la creación de redes de cooperantes, el ofrecimiento de recompensas a informantes, la estimulación de las deserciones dentro de los grupos armados ilegales, la creación de unidades de soldados campesinos, y el aumento del presupuesto asignado a la defensa nacional. Por supuesto, esto fue en aquél entonces, criticado, ya que algunos resultados en materia de seguridad, la política de seguridad democrática se queda totalmente corta a la hora de enfrentar todos los aspectos del complejo problema de la violencia y del conflicto colombiano. Otra de las críticas, considera que al involucrar a la población civil en la defensa activa del estado se estaría exponiendo a los civiles a un mayor grado de la intensidad del conflicto armado, por parte de todos los grupos armados, incluyendo los abusos que ejecutasen algunos miembros de los organismos de seguridad.

...