Para cuidar el medio ambiente, la conciencia no alcanza

Para Cuidar El Medio Ambiente La Conciencia No Alcanza

Desde hace mucho se pensaba que el obstáculo que evitaba el desarrollo de programas ambientales por medio de la sociedad era la falta de conciencia. Luego de unos cuantos años seguimos con lo mismo y encima de eso, nos topamos con que los problemas que teníamos a un principio ahora han empeorado.

Ahora bien, estamos en un país en el que la tala de árboles es mayor que la recuperación natural y artificial, hay erosión acelerada del suelo debido a la falta de técnicas apropiadas para la conservación de los suelos, especialmente en las áreas densamente pobladas. El agua está contaminada por el depósito de desechos de todo tipo en ríos, lagos y mares, hay contaminación por el uso de productos agroquímicos; de todos estos males ¿Somos responsables simplemente porque no tenemos la conciencia individual suficiente?

A día de hoy se sigue considerando como índice de productividad las cantidades masivas de pesticidas vendidos, a día hoy se sigue tomando como proeza el separar el oro en una montaña con Cianuro; sin irnos tan lejos, hace poco separaron uno de los ríos de la Patagonia que la recorre de este a oeste poniendo en peligro de extinción a toda una especie con el simple objetivo de crear dos hidroeléctricas. Para muchos todas estas cosas aún significan progreso. Y nos responsabilizan a nosotros, a nosotros como sinónimos de la humanidad… pero ¿quién es ese nosotros?

Te lo pongo así, cuando hay un problema pues no falta la persona que dice: Los responsables somos todos. Esto es lo mismo que no querer saber quien es el verdadero responsable, o peor, mantener ocultos a los verdaderos responsables. Entonces para regular todos los residuos de este “progreso” el sistema diseñó al hombre verde, él es sustentable, es amigable con el ambiente, es parte del progreso y es respetuoso con la naturaleza y tiene la noble tarea de salvar a la tierra, para lograr esto tiene que cumplir ciertos deberes ecológicos que se le piden o se le exigen aún cuando su colaboración no signifique nada, sin embargo, el hombre verde…. No desperdicia el agua, separa la basura, apaga las luces que no se utilizan, va con la bolsita de tela al supermercado, consume productos orgánicos…. Y mientras tanto en cada uno de los rincones del planeta, quienes lo responsabilizan por la catastre ecológica con el cambio climático al borde del precipicio… exprimen los recursos naturales hasta agotarlos. Y en busca de mayor acumulación y concentración de riqueza bienes y poder, el neoliberalismo apela a su voluntarismo y a sus sentimientos de culpa.

Actualmente hay 100 empresas que son responsables en todo el planeta del 71% de las emisiones de gases invernaderos. Entonces el nuevo hombre verde es una síntesis maliciosa de nosotros como sinónimo de la humanidad y lo peor es que recae en nosotros el evitar la contaminación de agua, la explotación de recursos minerales, la erosión en los suelos, la deforestación, las acusaciones de que el mundo se esté encaminando a un punto sin retorno, ¿a quién van esas acusaciones?

El problema es que la sociedad es una construcción colectiva y en una construcción colectiva los comportamientos y conductas se modifican a través de las políticas publicas. Hay cuatro leyes que deberían seguir las políticas públicas de Barry Commone. A un estímulo, le corresponde una respuesta: si se promueve una política productiva, para evitar la contaminación de los ríos, por acción o por omisión ya se está diseñando un escenario ambiental futuro.

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