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Primeros Auxilios


Enviado por   •  8 de Marzo de 2012  •  1.832 Palabras (8 Páginas)  •  410 Visitas

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Primeros auxilios bebés y niños

Heridas y cortes

Si la herida está sucia, hay que lavarla primero bajo el agua fría del grifo.

Si sangra, elevar a ser posible la zona lesionada y hacer presión sobre ella con gasas o con una bolsa de congelados o hielo envuelta en una toalla durante dos minutos o hasta que cese la hemorragia. Si no se consigue contener en cinco o como maximo 10 minutos, acudir a urgencias, sin dejar de comprimir la herida.

Una vez que haya cesado la hemorragia, lavar con agua y jabón y aclarar con agua fría.

Si la herida es profunda o sus bordes quedan separados, puede ser preciso poner unos puntos de sutura o unas tiras especiales para aproximarlos; esto debe hacerse antes de que hayan transcurrido seis horas y hayan empezado a cicatrizar.

Cuando la herida es superficial y sus bordes están juntos, es suficiente con poner un antiséptico como la clorhexidina, y cubrirla con una gasa estéril, repitiendo la cura diariamente hasta que se forme costra. Si no está en una zona de roce, puede dejarse al aire y en todo caso, debe mantenerse siempre seca.

El enrojecimiento, la hinchazón, el aumento de temperatura en la zona o la aparición de pus son signos de infección.

Los pinchazos profundos pueden causar una lesión interna, algo que debe descartar el pediatra.

Si más que un corte limpio parece una erosión y no se sabe cómo se ha producido, debe valorarse la posibilidad de que se deba a una caída.

TRAUMATISMOS

Cualquier caída en un bebé merece una consulta con el pediatra y la visita se hace urgentemente si ha perdido el conocimiento, aunque haya sido brevemente, y muy aconsejable si se ha golpeado en la cabeza o el abdomen.

Aplicando lo antes posible hielo envuelto en plástico o una bolsa de alimentos congelados en dos o tres tandas de diez minutos separadas por otros diez, se bajará la hemorragia y el chichón.

Es normal que tras el susto y el llanto provocado por una caída, el bebé devuelva un poco o se duerma; pero si presenta vómitos repetidos, no deja de llorar o, por el contrario, se queda adormilado o tan profundamente dormido que cuesta despertarle más de lo habitual, se le debe llevar inmediatamente a urgencias.

Cuando tras un traumatismo se observa una deformidad o determinados movimientos provocan el llanto del niño, es posible que se haya producido una fractura; en ese caso, se ha de inmovilizar lo mejor posible la zona afectada en la postura que parezca menos dolorosa antes de llevarlo al hospital.

Quemaduras

Si son de reducido tamaño y sólo han causado el enrojecimiento de la piel, basta con aplicar compresas de agua fría durante diez minutos y poner luego una crema hidratante normal. En cualquier otro caso, se debe consultar con el pediatra o acudir al hospital, especialmente si la quemadura es extensa o ha afectado la cara, las manos, los pies o la zona de los genitales.

Si se forman ampollas, es mejor procurar que no se rompan y esperar a que el médico decida la mejor forma de tratar cada caso.

Nunca se deben utilizar pomadas, cremas, ni remedios caseros de ningún tipo.

En quemaduras importantes, después de quitar la ropa que pueda sacarse fácilmente pero no la que haya quedado adherida, sumergir la zona en agua fría o ponerla bajo el grifo y luego aplicar compresas empapadas con agua fría hasta que el niño sea visitado, lo más pronto posible.

Si se hubiera encendido la ropa del bebé, hacerle rodar sobre el suelo o envolverle con una manta para que las llamas se apaguen al faltarles oxígeno; pero nunca intentar quitársela antes de que esté completamente apagada, pues eso avivaría el fuego.

Cuando la quemadura es muy extensa y grave, envolver al niño con una sábana limpia, abrigarlo con una manta y salir urgentemente hacia el hospital, poniéndole compresas frías durante el traslado.

En quemaduras causadas por sustancias químicas, quitar la ropa y lavar la zona con abundante agua al menos durante veinte minutos, cubrirla con una gasa o una sábana limpia y acudir a urgencias, sin olvidarse de llevar el envase o la etiqueta del producto que la ha causado.

Si el bebé se quema la boca por un biberón demasiado caliente, ponerle boca abajo para que expulse la leche, lavársela con agua fría y llevarle a urgencias.

Asfixia por atragantamiento

En los últimos años, se viene divulgando un método para ayudar a expulsar de las vías respiratorias cualquier cosa que las pueda haber obstruido, consistente en efectuar con el puño una serie de compresiones rápidas en el centro del abdomen, justo por debajo de las costillas. Esa técnica, conocida como “la maniobra de Heimlich” -por ser ese el apellido del médico que la ideó- ha salvado muchas vidas, pero en niños menores de un año se efectúa de otra forma. Sigue siendo más conveniente empezar por los clásicos golpes en la espalda, si es que resultan imprescindibles, porque cuando un niño no consigue sacar lo que le ha atragantado pero aún puede ir respirando, lo mejor es llevarle a urgencias.

Si el bebé es capaz de respirar y tose enérgicamente:

Mantener la sangre fría.

Dejarle toser para que trate de resolver por sí mismo el atragantamiento.

No intentar extraer el objeto con los dedos a menos que se esté muy seguro de poder hacerlo fácilmente, ya que se corre el riesgo de empujarlo más adentro sin querer.

Pedir que preparen un traslado urgente al hospital por si fuera necesario.

Si el atragantamiento no se resuelve en pocos minutos o la tos se empieza a debilitar, llevarle al hospital rápidamente, pero procurando evitar cualquier movimiento brusco que pudiera empeorar las cosas.

Si el bebé no puede respirar o le cuesta muchísimo:

Pedir ayuda para trasladarle al hospital más cercano.

Inclinar al niño cabeza abajo en un ángulo de unos 45º, apoyado en el antebrazo y sujetándolo bien por la barbilla, de modo que su cabeza quede más baja que el tronco pero no flexionada, y en esta posición,

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