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Principios Contables


Enviado por   •  1 de Octubre de 2014  •  1.198 Palabras (5 Páginas)  •  149 Visitas

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Principio 1:

El “servicio público” implica la preocupación de representar al colectivo y de no someterse a los grupos de presión que querrían apropiárselo. El servicio Público está adosado al Estado, que garantiza la calidad de los servicios prestados.

No existe ningún organismo de la competencia y como ciudadanos participamos en el control de un buen funcionamiento de ese servicio.

Esta es la diferencia entre una empresa privada y un servicio público: la calidad de los servicios de la empresa privada está garantizada por la competencia que mantiene con otras empresas y la posibilidad que se le ofrece al cliente de cambiar de proveedor. En el sector privado los servicios son inevitablemente distintos.

La escuela es un servicio público ya que ofrece servicios y debe hacerlo necesariamente en forma equitativa.

Se dirá entonces que la verdadera función de la escuela se trata de permitir que todos los niños aprendan a leer, escribir y contar, de dotarse de los programas escolares necesarios para su desarrollo personal, su integración social y éxito profesional. Pero ¿habremos salido así del paso?

La escuela no puede ser una máquina de enseñar y aprender. No se puede reducir a una lógica de servicio público. Nos remite a valores, más exactamente a principios.

Principio 2:

Desde el momento en que la escuela no es solo un servicio, sino también una institución. Se plantea la cuestión de quien define sus principios. La escuela proporciona su servicio: las familias pueden pedir que se modifiquen los horarios de clases, vacaciones teniendo en cuenta las exigencias laborales; por paradójico que parezca, en una democracia, los principios fundadores de la escuela no responden a la elección de los ciudadanos, sino más bien a las condiciones a priori que hacen posible a la democracia, escoger a la democracia no es permitirse el derecho a escoger cualquier escuela, es escoger la escuela cuyo principios permitan precisamente el advenimiento y la renovación de la democracia.

Principio 3: la escuela se crea automáticamente en su interior la conforma el docente, los directivos, los padres de familia, los alumnos y todo persona que en la institución ejerza. El alumno cuando está en un salón de clases no abandona su comportamiento social ya que sigue llevando el rola de casa y el docente toma el papel de madre o padre; otros quieren llamar la atención del maestro no se interesan por el trabajo colectivo y buscan sistemáticamente ocupar la atención del docente. Otros ven el salón como un terreno de juego donde el placer debe ser el rey y cuando el aburrimiento saca la nariz el descontento se manifiesta brutalmente

Principio 4: no hay ningún ejemplo de un ser humano que haya podido alcanzar la categoría de adulto sin que en su vida hayan intervenido otros seres humanos adultos. En efecto el niño llega al mundo infinitamente desprovisto y solo puede crecer si se le introduce al mundo, si los adultos hacen las prestaciones y se encarga de su llegada a la casa.

Sin embargo en nuestras sociedades occidentales, durante mucho tiempo las familias han dejado que las cosas se hicieran casi solas, indiferentes al éxito o fracaso de la educación de sus hijos.

Principio 5: ¿porque tiene la escuela la pretensión de ocupar un lugar privilegiado en los procesos de transmisión? Un motón de cosas se transmiten naturalmente, de generación en generación, de una forma más o menos generalizada, saber hacer y saber pensar así de los mayores a los más jóvenes gracias a procesos que van de la impregnación a la inculcación pasando por la imitación.

Con una pequeña diferencia un adulto ya activo en otro campo no tiene ninguna obligación de aprender electrónica, mientras que el alumno de cuarto año sí que debe aprender el teorema de Pitágoras. Después de la obligación de aprender y la progresión de los aprendizajes

Principio 6: desde el momento que una sociedad proyecta transmitir a las generaciones que siguen el conjunto de saberes que se ha definido como fundamentales para la condición de ciudadano, inmediatamente se enfrenta a las dificultades de su empresa.

Principio 7: abrir la escuela a todos no es una opción entre otras: es la propia vocación de esta institución, una exigencia consubstancial a su existencia, en total coherencia con su propio fundador. Por ello-porque pertenece a tos, y no pertenece a nadie; nadie puede hacer de ella un coto reservado, nadie puede apropiarse su territorio, nadie puede imponer su ley, sus reglas de comportamiento, las convicciones o costumbres de su comunidad. La comunidad es legítima pero no constituye la sociedad: en la comunidad, los individuos son reunidos por fuerzas centrípetas y la comunidad solo se mantiene por la adhesión de cada uno de ellos al denominador común de ellos

identidad.

Principio 8: quien se parece, se junta. Esto es evidente, y parece constituir la regla de base de las agrupaciones humanas: clanes, tribus, asociaciones, federaciones, sociedades, ligas, naciones, coaliciones de todo tipo. Es cierto que existen conglomeraciones aleatorias y provisionales, como el conjunto de personas que esperan el autobús y que Sartre clasifica de Serie con el fin de conservar el terminó grupo aquello que le parece una configuración más dinámica; en este aspecto, ¿se ha observado suficientemente que las agrupaciones escolares son, junto con los jurados populares las únicas agrupaciones humanas que hacen de lo aleatorio una virtud? La clase única de la escuela de Jules Ferry representaba un crisol al que se encontraban individuos que se sabía- y quería- radicalmente distintos unos de otros, tanto en el plano social como en el ideológico.

Principio 9: al reconocer la heterogeneidad como valor fundador de la escuela, se plantea una pregunta difícil: ¿cómo conseguir (mantener juntas) en una misma institución, a personas a las que no une ninguna afinidad, alas que no reúne, a priori ninguna convicción común? ¿Cómo conseguir mantener juntas a personas que, en razón precisamente del carácter ala ves aleatorio y obligatorio de su agrupación puede participar las unas con las otras en un caos terrible…

Principio 10: evidentemente, el docente no es, ni mucho menos, el único profesional que sitúa la exigencia de rigor, la presión y la verdad en el centro de la práctica. La escuela no produce nada

Principio 11: desde el momento que se encuentra en el sistema de producción, el error es siempre, más o menos, u n fracaso: compromete la calidad del producto y la credibilidad del productor; es mejor que el error sea descubierto durante la producción, la eficiencia debe recuperar sus derechos

es posible que se excluya por ello.

Principio 12: en la clase en la que el docente organiza una situación de aprendizaje, el error no es un accidente, es una oportunidad. La oportunidad de acceder, a la vez, de la comprensión, y la voluntad de que permita volverse a equivocar

Principio 13: la laicidad, es en muchos aspectos, una expresión francesa. La laicidad de combate es así atacada simultáneamente por la derecha – por el clero católico al que amenaza- y por la izquierda- por los anarquistas los revolucionarios

Principio 14: la escuela debe integrar prácticamente, no hay duda. Falta saber a quién y cómo. Ahora bien en realidad estas dos preguntas son una sola. Es difícil comprender la inquietud que atenaza a nuestros contemporáneos: a la vez que recusan toda actividad teórica.

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