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Quimica.


Enviado por   •  16 de Marzo de 2014  •  Tesinas  •  2.974 Palabras (12 Páginas)  •  184 Visitas

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1 análisis de la obra: con el propósito de dilucidar la mirada que la novela hace sobre La sociedad boliviana. Haremos simultáneamente un análisis intratextual(Fijándonos principalmente en la voz del narrador subordinante) y una Comparación con las ideas que el autor expuso en otros textos a fin de examinar qué modelización ideológica orienta la novela. Esta novela se estructura en dos partes. La primera, El Valle, se abre con la Imagen de Wata Wara pastoreando sus rebaños y, enseguida, el encuentro de La india con Agiali que le declara su amor y le anuncia que irá al Valle a comprar semillas para la hacienda.

2 Nombre del autor: Alcides Argueda.

3 tema principal: de la sociedad dominante boliviana.

4 tema secundario: es una historia de amor de dos indios de Bolivia

5 descripción de los personajes: primarios

Agiali es un indio que esta enamorado y hace muchas travesías, secundario Manudo (el más avezado de los indios) Quilco otro indio que muere a pocos días de que llegar a su casa, Capacha otro indio que estaba con los otros y logra sobrevivir, Wata Wara tenia una hacienda y murió en el capitulo 2, Troche es el mayordomo de wata wara.

6 resumen:

La primera, El Valle, se abre con la imagen de Wata Wara pastoreando sus rebaños y, enseguida, el encuentro de la india con Agiali que le declara su amor y le anuncia que irá al Valle a comprar semillas para la hacienda. Este apartado se dedica a la travesía de Agiali, Manuno, Quilco y Capacha. Durante ésta, Manuno (el más avezado de los indios) es arrastrado por el río y muere, Quilco se enferma -y muere poco después de regresar a su casa-. Cachapa y Agiali logran sobrevivir la travesía, aunque sus bestias quedan muy lastimadas.

La segunda parte, El Yermo, se concentra en la vida de la hacienda, en las rutinas de trabajo, en la forma de vida y en los ritos de los indígenas. Dedica, además, algunos apartes al cura del pueblo y al recuerdo del pasado, que sirve al propósito de presentar la asociación cura - hacendado – autoridades civilies y militares en contra del indio. Destaca en esta segunda parte la violación (consentida) de Wata Wara por Troche, el mayordomo, durante su “servicio” para la hacienda y el intento de violación y asesinato de Wata Wara por parte del hacendado Pantoja, que va a provocar el levantamiento indígena.

El tratamiento de la comunidad que hace la novela intenta ofrecer una mirada integral de la forma de gobierno, los rituales indígenas, la vida cotidiana del trabajo y las relaciones interpersonales. En la presentación de la forma de gobierno sólo aparecen nombradas ciertas autoridades (hilacata, alcaldes, alféreces, mandos), pero no sabemos nada de su jerarquía, ni de sus funciones, ni de su forma de elección, salvo la ceremonia de transmisión de mando de Chokehuanca, que es ridiculizada por el hacendado y el narrador. Los rituales indígenas tienen un mayor espacio en la novela: la ceremonia de compromiso de Wata Wara y luego la boda, el entierro de Quilco y después la ceremonia para expulsar su espíritu de la casa de su viuda, la transmisión de mando de Chokehuanca, el ritual del lago para propiciar la pesca, ceremonias de curación y sus medicamentos. Veamos algunos ejemplos de estos mecanismos evaluativos.

Después de dedicar cuatro páginas a narrar en detalle el rito por el cual los indígenas buscaban mejorar la pesca, que termina cuando los pescadores introducen coca y alcohol en la boca de los mejores pescados y los regresan al río implorando para que fecunden a los de su especie y pueda mejorar la pesca para el próximo año, el narrador (4) nos cuenta que:

Cada especie recibió el estupendo encargo y su ración de coca y alcohol, mientras batía el tambor y se desgañitaba el flautista; mas no bien se retiraron los pescadores rumbo a sus moradas, que mijis, keullas, patos y macamacas revoloteaban lanzando agudos chillidos alrededor de los pobres peces ebrios y lastimados, y se abatían, con ruido de picos y alas sobadas, a devorar los pescados que llevaban la misión de reproducirse para aplacar el hambre de los

“pobrecitos hombres”. (Raza, 252).

He resaltado las expresiones estupendo, desgañitaba, pobrecitos peces, “pobrecitos hombres”, pues en ella se enfatiza la distancia conceptual del narrador sobre estos ritos. La ironía surge al asociar estupendo encargo a ebrios y lastimados (por el estupendo encargo) que es como quedan los pobres

peces que han lastimado los “pobrecitos hombres”. Y estas comillas enfatizan la ironía, pues indican que la expresión ‘pobrecitos hombres’ ha sido tomada por el narrador directamente de la oración que acaban de hacer los indígenas, en donde ellos se llaman así, con humildad, ante la naturaleza. Y, claro, la ironía raya en la burla cuando el narrador nos cuenta que estos peces que “llevaban la misión”, fueron devorados por las aves del lago. Echa, pues, por tierra el narrador la solemnidad de este rito indígena.

Lo propio ocurre cuando Chullpa, la curandera de la comunidad, intenta salvar la vida de Quilco después que todo había sido intentado sin éxito por Chokehuanca, el viejo sabio indígena. Nos dice el narrador que “se llegaron al enfermo, hiciéronle sentar, le abrieron la boca con la ayuda de un cuchillo y le vaciaron en el gaznate la inverosímil cochinada.” (Raza 176) Poco después el enfermo muere. De nuevo la adjetivación “inverosímil cochinada” marca la distancia del narrador: la medicina indígena aplicada por la más sabia curandera de la comunidad, su más alta autoridad médica, al enfermo, es calificada como una “inverosímil cochinada”. Estos dos calificativos incorporan sanciones negativas muy fuertes: la medicina y, por ende, la práctica curativa indígena es inverosímil (absurda, no creíble) y es una cochinada (sucia, asquerosa).

Para dar la razón al narrador, Quilco muere después de tomar la medicina. Ha quedado, desde la perspectiva del narrador, absolutamente invalidada la práctica curativa indígena.

La boda de Agiali y Wata Wara:

Agiali iba vestido de cholo (…) para disfrazarse mejor, se había hecho cortar al ras la melena ondulosa y abundante, y presentaba traza que a los ojos de sus paisanos era imponente y resultaba simplemente ridícula.

Wata Wara no quiso quedarse atrás y se presentó disfrazada de chola. Era un

adefesio consumado que provocaba

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