REEMPLAZO MITOCONDRIAL

REEMPLAZO MITOCONDRIAL, ¿UNA OPORTUNIDAD O UNA AMENAZA?

Alana Saarien es una joven estadounidense que parece ser común y corriente, pero no es así. Ella es una de las pocas personas en el mundo que comparten el ADN de tres personas. Esto sucedió porque su madre, tras haber intentado en varias ocasiones quedar embarazada, realizó el proceso de reemplazo mitocondrial obteniendo un resultado positivo, cumpliendo así, el deseo que tanto esperaba que se hiciera realidad.

El método de reemplazo mitocondrial consiste en dos procesos. El primero de ellos consiste en la reparación del óvulo en que se recolecta el óvulo de la madre y el de la donante. En dicho proceso se separa el núcleo de la madre mientras que el de la donante se destruye y se pone el núcleo de la madre en el óvulo de la donante para después ser fertilizado por el espermatozoide del padre. El segundo proceso es la reparación del embrión, proceso en el que los óvulos de la madre y de la donante se fertilizan con el esperma del padre para crear dos embriones. Después, se separan los pronúcleos, como se les llama a los núcleos durante el proceso de fertilización; de ambos embriones, y se destruye el de la donante. Al final se crea un embrión saludable al colocar el pronúcleo de los padres en el embrión de la donante.

Aunque el método descrito anteriormente permite que personas como la madre de Alan Saarien puedan tener hijos, es un procedimiento prohibido en muchos países debido a que genera controversia. Esto, debido principalmente a cuestiones éticas, ya que implica un alto volumen de manipulación del material genético humano. En mi caso, no tengo una posición “absoluta” sobre el método de reemplazo mitocondrial porque existen argumentos a favor y en contra, dependiendo de la perspectiva desde la cual aborde el tema.

Por una parte, considero que este procedimiento es correcto en cuanto a que ayuda a crear vida y permite evitar que se transmitan al feto algunas enfermedades que posee la madre, evitando así problemas a futuro. Además, engendrar seres humanos sanos y resistentes a diferentes factores que atentan contra su vida contribuye a la supervivencia de la raza humana y a posibles adaptaciones evolutivas favorables para nuestra especie.

Adicionalmente, el procedimiento ayuda a las mujeres que quieren tener hijos pero por algún motivo no pueden, a cumplir sus sueños. Muchas de estas pueden presentar problemas psicológicos por la razón de no poder procrear, pues sienten que no pueden cumplir una de las funciones esenciales de la mujer, ser madre.

Sin embargo, por otra parte surge el interrogante de hasta qué punto es válido este tipo de manipulación, pues el reemplazo mitocondrial podría perder su objetivo original de ayudar a parejas a ser padres y no transmitir anomalías genéticas a su descendencia, y convertirse en la posibilidad de crear seres humanos en serie, que llenen vacíos como por ejemplo, ser repositorios de órganos para trasplantes.

Además, si la vida existente no es cuidada en su totalidad y hay tantos niños que necesitan una vida mejor y existe la opción de adoptar, para qué la necesidad de crear más. En mi opinión esta postura es la más acertada para evitar la proliferación del procedimiento, pues ya existen suficientes vidas que cuidar y la sobrepoblación es algo que se debe evitar porque ya hay bastante escasez de recursos para satisfacer las necesidades básicas del ser humano. Crear más vida de esta manera significa descuidar una parte de la vida ya existente, crear más miseria y sufrimiento.

Así mismo, mediante métodos como este, el acto de procrear se puede reducir a la fabricación o producción de seres humanos, como si fueran un objeto común y corriente y podría llevar a que se desecharan aquellos que no cumplen con los estándares de calidad. Es decir, lo anterior podría llevar a que el derecho y el respeto por

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