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Enviado por   •  28 de Mayo de 2014  •  2.505 Palabras (11 Páginas)  •  134 Visitas

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Introducción: Los eclipses

Significan la ocultación de un astro por interposición de otro. Los movimientos de la Tierra y de la Luna en torno del Sol originan los eclipses de Sol o de Luna, según sea el astro obscurecido. Para que haya eclipse es menester que la Tierra, el Sol y la Luna estén en línea recta y casi en el mismo plano, y que la Tierra o la Luna penetre en el cono de sombra producido por el otro astro.

La naturaleza de los eclipses de Sol y de Luna difiere muchísimo. En un eclipse solar la Luna podrá ocultar todo o parte del astro para ciertos lugares de la Tierra, pero jamás para toda ella. Así habrá zonas en que el Sol quedará completamente obscurecido, o parcialmente, o no se observará fase alguna del eclipse. A pesar de que los tres astros se encuentran en línea recta suele ocurrir que, dada su distancia relativa, la Luna esté de tal manera que en el máximo del eclipse el disco solar no quede del todo oculto, sino que alrededor del disco lunar pueda verse una parte de aquél. Entonces se produce un eclipse anular.

La luna puede pasar dentro del cono de sombra que proyecta la Tierra en el espacio en el momento del plenilunio. Así queda interceptada para la Luna la luz del Sol y ocurre un eclipse total o parcial, según que se haya sumido tota! o parcialmente en la sombra.

Cuando la Luna pasa delante del Sol, la sombra que señala en la Tierra es circular y que, por causa del movimiento de rotación de nuestro planeta, va recorriendo diversos lugares. En todos ellos el Sol está completamente oculto y produce un eclipse total de Sol. Este fenómeno se inicia siempre en el lado O del disco del astro, y la sombra atraviesa la superficie terrestre de O a E. En los eclipses lunares, por el contrario, la sombra comienza en el lado E del disco y lo va barriendo hacia el O.

LOS ECLIPSES DE SOL Y DE LUNA: Cuando la Tierra, la Luna y el Sol están exactamente alineados en el espacio, el cielo se oscurece debido al eclipse. Los eclipses solares ocurren en luna nueva, cuando la Luna pasa entre los dos astros mayores, tapando el Sol y proyectando su sombra sobre la Tierra. (foto eclipse de Sol)

Hay tres tipos de eclipses solares. En el eclipse parcial, la Luna se come al Sol pero no acaba de devorarlo. El día se oscurece ligeramente y el Sol, visto con cualquier clase de protector de los ojos o por un agujero muy pequeño, parece una galleta a la que se le ha quitado un bocado. En el eclipse total, la cara del Sol desaparece detrás de la Luna, florece la corona por lo general invisible y los afortunados espectadores situados dentro de la sombra lunar pueden conocer las tinieblas al

mediodía.* El tercer tipo de eclipse, el llamado anular, ocurre cuando la Luna se halla a la máxima distancia de la Tierra y en consecuencia se ve más pequeña que de ordinario. Incluso en el momento cumbre de tal eclipse, el reborde del Sol envuelve la Luna, así:

La luna llena es la época de los eclipses lunares, cuando la Tierra queda entre las luminarias y su sombra cae en la superficie de la Luna. Lo mismo que los eclipses solares, los eclipses lunares no ocurren todos los meses; sólo se producen cuando la alineación tripartita es exacta. Esto sólo sucede de vez en cuando, porque la órbita de la Luna, que es rotatoria, forma un ángulo de 50 con el plano de la órbita que traza la Tierra alrededor del Sol.

Los auténticos amantes de los eclipses no se detienen ante nada para verlos. Por ejemplo, el 3 de octubre de 1986 Glenn Schneider, de Baltimore, y otras ocho almas intrépidas contemplaron un eclipse de Sol desde un pequeño aeroplano a 12.200 metros por encima de Islandia.

Escribiendo en la revista Sky & Telescope, Schneider describe lo que vio cuando la Luna se fue colocando delante del Sol y la luz solar comenzó a filtrarse por los valles y las cimas montañosas situadas en el borde lunar, produciendo el fenómeno conocido como los granos de Baily. «Durante seis segundos enteros —recordaba Schneider—, la danza parpadeante de granos fue relampagueando por el limbo... Un minuto después de la “totalidad”, miramos por las ventanillas de la izquierda para valorar el aumento de la luminosidad del cielo. La sombra de la Luna se proyectaba sobre la cara superior de las nubes como un borrón de tinta (!). Durante todo un minuto contemplamos esta mancha oscura, que tenía la misma forma que un cigarrillo aplastado y se iba alejando de nosotros hacia el horizonte.»

Hay eclipses todos los años: siete como máximo, dos como mínimo. Entonces, ¿por qué no vemos más? Los eclipses lunares sólo son visibles por la noche. La mitad de las veces ocurren durante el día y sólo se ven desde la otra cara de la Tierra. Los eclipses solares son aún más elusivos, porque sólo se ven durante unos minutos y sólo dentro de la zona donde cae la sombra de la Luna. Esta zona es tan estrecha que en toda Inglaterra sólo han sido visibles cuatro eclipses solares totales durante los últimos mil años.

Por eso no son fáciles de ver los eclipses. Tomemos un año de cuatro eclipses, por ejemplo 1997. En marzo será visible un eclipse de Luna desde todo el territorio de Estados Unidos, pero únicamente se tratará de un eclipse parcial. Ese mismo mes se podrá ver un eclipse total de Sol; pero sólo desde una estrecha franja de terreno de China o bien yendo en barco por el océano Ártico. En septiembre, será visible un eclipse solar siempre que se contemple desde Australia o Nueva Zelanda, pero incluso allí abajo sólo será un eclipse parcial. Dos semanas después habrá ocaSión de ver un eclipse total de Luna, pero desde América del Norte. Tal es la persecución de los eclipses. La idea de alquilar un aeroplano para presenciarlos empieza a no resultar del todo irrazonable.

Seis Eclipses Notables o Históricos:

En la mitología de Dahomey la Luna, que se llama Mawu, y su hermano gemelo el Sol, llamado Lisa, hacen el amor durante los eclipses. Los sietes pares de gemelos así concebidos se convirtieron en las estrellas y los planetas.

Pero en la mayor parte de las mitologías los eclipses tienen asociaciones terroríficas. Los antiguos chinos y los bolivianos imaginaban que durante los eclipses unos perros furiosos desgarraban el Sol y la Luna con sus dientes. En Yugoslavia se decía que los vampiros destrozaban las luminarias. Los egipcios creían que de vez en cuando la serpiente Apep, que gobernaba el submundo y era señora de los muertos, se erguía y se tragaba el barco en que surcaba los cielos el dios solar Ra. En esos momentos el Sol desaparecía.

Las

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