Reinventando La Ciudad

REINVENTANDO LA CIUDAD

TRES REQUISITOS PREVIOS PARA REVERDECER INFRAESTRUCTURAS URBANAS

Resumen Ejecutivo

NUESTRAS CIUDADES TIENEN LA CLAVE PARA LA SOSTENIBILIDAD ECOLÓGICA GLOBAL

Son la fuente de cerca del 80 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono, y en función de cómo nosotros desarrollemos y gestionemos nuestras infraestructuras urbanas durante las tres décadas siguientes, podrían convertirse ya sea en una fuerza para la destrucción ambiental o la principal fuente de rejuvenecimiento ecológica.

Para lograr este último resultado, los 350 trillones de dólares para ser gastado en la infraestructura urbana y la utilización en los próximos 30 años tendrán que ser dirigidos hacia la disminución de emisiones de carbono a cero, sobre todo en las ciudades pequeñas, pero de más rápido crecimiento del mundo y las naciones en desarrollo, donde los impactos más grandes se pueden hacer. Hay tres requisitos previos para este esfuerzo:

• Las ciudades deben adoptar metas agresivas de reducción de energía y enfoques mejores de prácticas para la planificación urbana.

• Las estrategias innovadoras de financiación son necesarias para proveer de $ 20 trillones a $ 30 trillones en fondos adicionales para gastos de capital iniciales, con las naciones desarrolladas que trabajan juntos para ayudar a los países en desarrollo en sus iniciativas de infraestructura urbana de bajas emisiones de carbono.

• Los últimos avances tecnológicos deben ser utilizados para apoyar y facilitar la planificación, la construcción y el uso de la infraestructura urbana en todas las ciudades.

Si la voluntad puede ser reunida para perseguir agresivamente la sostenibilidad urbana, y estas tres condiciones se pueden poner en su lugar, con visión de futuro y los líderes urbanos aspirantes pueden generar reducciones urgentes en las emisiones globales, producir atractivos rendimientos económicos mediante la transformación de las ciudades en centros para la innovación ecológica y mejorar su seguridad energética.

El reto urbano

Nuestras ciudades desempeñan un papel vital en la búsqueda de la sostenibilidad ecológica global. Ellos son los que más contribuyen a los gases de efecto invernadero y el cambio climático. Sin embargo, si podemos lograr una construcción sostenible y el uso de la infraestructura urbana, las ciudades podrían convertirse en un punto de apoyo fundamental en los esfuerzos globales para reducir drásticamente las emisiones y evitar los costos sociales y económicos asociados al cambio climático, así como mejorar la seguridad energética y resiliencia ante los altos precios de la energía fósil.

Los centros urbanos del mundo ya representan cerca del 80 por ciento de las emisiones de CO2. 1 En las siguientes tres décadas, la población mundial seguirá creciendo y será cada vez más urbano. Booz & Sociedad llevó a cabo un análisis para este informe demuestra que bajo los supuestos business-as-usual (BAU), $ 350 trillones se destinaron a infraestructuras urbanas y el uso durante este período. Este enorme gasto puede causar el impacto ecológico de nuestras ciudades para ser aún más pronunciados o puede ser una gran oportunidad para reducir ese impacto.

Para hacer frente al desafío urbano, las ciudades de todo el mundo, en los países desarrollados y en desarrollo-tienen que hacer frente al cambio climático directamente. Las ciudades de los países desarrollados pueden aplicar las nuevas tecnologías para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la utilización de la infraestructura existente. Pueden invertir en gestión de la movilidad e incentivar a opciones sostenibles de vida. Las ciudades de los países en desarrollo pueden adoptar mejores prácticas en la planificación urbana y la gestión de la movilidad, así como los avances tecnológicos, el diseño de la sostenibilidad en su nueva infraestructura. Cada ciudad es parte de la solución, ahora es el momento de actuar!

Business as Usual Es una receta para el fracaso

Si nuestras ciudades no se toman medidas, es probable que la oportunidad de controlar el calentamiento global se pierda y los costos seguirán en una espiral fuera de control. Existe un consenso creciente de que la temperatura media global no aumente más de 2 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales si queremos evitar un cambio climático peligroso. Para tener una oportunidad razonable (más del 50 por ciento) de prevenir este aumento, las emisiones acumuladas de carbono globales deben limitarse a 870 gigatoneladas de CO2 equivalentes (GtCO2-eq) entre 2009 y 2100. 2 Sin embargo, en un escenario BAU (lo de siempre), el crecimiento de nuestras ciudades, en particular, la construcción y el uso de la infraestructura urbana para la vivienda y el transporte generará emisiones globales de carbono de más de 460 Gt de CO2 en las próximas tres décadas solos (ver Anexo 1) . Evidentemente, Business as Usual (lo de siempre) no es una opción.

El costo económico de control climático también representa un gran desafío. Las estimaciones de economistas como Nicholas Stern sugieren que tendrá un coste adicional de 1 a 2 por ciento del PIB-28.4 trillones dólares a 56,8 trillones dólares en los próximos 30 años, utilizando la paridad de poder adquisitivo (PPA) las estimaciones de PIB -para combatir el cambio climático. Pero a pesar de este nivel de inversión es pequeña en comparación con los gastos proyectados de infraestructura urbana, la fuente de esta financiación es incierta, particularmente en los países en desarrollo.

El Acuerdo de Copenhague trató de abordar este problema mediante el establecimiento del Fondo Verde de Copenhague para el Clima, que aportará US $ 100 mil millones anuales para ayudar a los países en desarrollo a mitigar las emisiones de carbono en 2020. Pero puede ser demasiado poco y demasiado tarde. En primer lugar, el nivel de financiación específica es muy inferior a las necesidades estimadas para combatir el calentamiento global y adaptarse al cambio climático en los países en desarrollo. Corresponde a menos de 0,1 por ciento anual del valor de las inversiones en infraestructuras urbanas de los países en desarrollo (y menos aún de sus inversiones totales en infraestructura). En segundo lugar, el momento de la financiación es problemática (EL FONDO ASIGNADO POR EL FONDO VERDE DE COPENHAGUE PARA LOS PAÍSES EN DESARROLLO, PARA QUE PUEDAN MITIGAR SUS EMISIONES DE CARBONO ES DEMASIADO POCO). Las emisiones globales deben alcanzar un máximo y comenzar

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