SISTEMA CIRCULATORIO RESUMEN
Ivonne ReynaInforme21 de Noviembre de 2017
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El sistema circulatorio tiene una amplia red de arterias, venas y vasos sanguíneos que se extiende desde el corazón hasta los lugares más recónditos del cuerpo humano. Los glóbulos rojos se encargan de llevar oxígeno a todas las células del organismo.
El sistema circulatorio está constituido por el sistema vascular sanguíneo formado por la sangre, el corazón y los vasos sanguíneos, y por el sistema vascular linfático formado por la linfa, los vasos linfáticos, los linfonodos (ganglios linfáticos) y los órganos linfáticos.
Las células o elementos figurados de la sangre y la linfa se forman y destruyen en el tejido hemopoyético (hematopoyético), que puede ser linfoide y mieloide.
El tejido linfoide se encuentra constituido por timo, bazo, linfonodos y tejido linfático periférico; da origen a los linfocitos y anticuerpos. El tejido mieloide se encuentra en la médula ósea y da origen al resto de los elementos sanguíneos como leucocitos granulosos, eritrocitos, plaquetas, etcétera. Tanto el tejido linfoide como el mieloide tienen células reticuloendoteliales fi jas con capacidad fagocítica que destruyen bacterias o elementos sanguíneos viejos o dañados, y actúan como fi ltros de la sangre o la linfa, según sea el caso.
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Sangre
La sangre es un tejido fluido que constituye el medio interno que relaciona a todo el organismo. La sangre circula por los vasos sanguíneos y el corazón; su aspecto es el de un líquido viscoso (más denso que el agua y pegajoso) y se encuentra en el organismo en un promedio de 8% del peso corporal (4.5 a 5 litros en un adulto). Está formada por un líquido llamado plasma y elementos figurados: los eritrocitos o glóbulos rojos, los leucocitos o glóbulos blancos y los trombocitos o plaquetas. El plasma es un líquido claro, formado por agua, proteínas, nitrógeno proteico, sustancias nutritivas, enzimas, hormonas, gases (oxígeno y bióxido de carbono) y electrólitos. Contiene tres clases de proteínas: albúmina y fibrinógeno, que son producidas por el hígado, y globulinas. El nitrógeno no proteico está constituido por sustancias que no son proteínas pero que resultan del metabolismo de las proteínas, como son la urea, el ácido úrico, la creatina, la creatinina y las sales de amonio. Las sustancias nutritivas provienen del sistema digestivo y las absorben los vasos sanguíneos para distribuirlas a todas las células del cuerpo, son grasas, aminoácidos que provienen de las proteínas y la glucosa que proviene de los hidratos de carbono. Los electrólitos (Na, K, Ca, Mg, Cl, PO4 , SO4 y HCO3 ) sirven para que tengan lugar algunas reacciones celulares y son necesarios para ciertas funciones, como transmisión de impulsos, reacciones enzimáticas, etcétera. La albúmina se relaciona con la tensión oncótica de la sangre(tensión que origina el paso de partículas y solventes entre soluciones coloidales; es decir, aquellas que tienen un solvente y partículas diminutas suspendidas); las globulinas están relacionadas con los mecanismos de defensa del organismo (anticuerpos), y el fibrinógeno, con la coagulación de la sangre. Los elementos figurados son los siguientes:
1. Eritrocitos o glóbulos rojos Son células de color amarillento, con la forma de un disco bicóncavo, sin núcleo y contienen un pigmento, la hemoglobina. Los eritrocitos se forman de manera constante en la médula ósea de los huesos; en el adulto sólo en el crá- neo, las costillas, el esternón, los cuerpos vertebrales y las epífisis del fémur y del húmero; cumplen con esta función mediante un proceso llamado eritropoyesis; viven en promedio 120 días y, cuando envejecen, son destruidos por las células reticuloendoteliales del hígado, la médula ósea y el bazo. La cantidad de eritrocitos que contiene la sangre de una persona normal varía según su edad y sexo; en un adulto es de 4 500 000 a 5 500 000/μL (microlitro o milímetro cúbico). Cuando se destruyen o se pierde mayor cantidad de eritrocitos que lo normal, la médula ósea se estimula para reponerlos, produciendo y liberando a la circulación mayor cantidad. Los eritrocitos sirven para transportar el oxígeno por medio de la hemoglobina; la disminución de su número o de la hemoglobina se conoce como anemia y se debe a muchas causas, como una alimentación deficiente en hierro o a la falta de vitamina B12. El aumento de eritrocitos se llama policitemia y puede presentarse en condiciones normales cuando la persona vive en un lugar de gran altitud, donde hay menor cantidad de oxígeno.
Los eritrocitos sirven para transportar el oxígeno por medio de la hemoglobina.
2. Leucocitos o glóbulos blancos Son más grandes que los eritrocitos y pueden tener diferentes aspectos: los neutrófi los, eosinófi los y basófi los tienen núcleos con lóbulos y gránulos en su citoplasma. Los linfocitos tienen núcleo más o menos esférico y los monocitos tienen núcleo irregular, ninguno de estos dos tipos tiene gránulos citoplásmicos. Los neutrófi los, eosinófi los, basófi los y monocitos se forman en la médula ósea; los linfocitos son producidos, además, por el tejido linfático y pueden ser destruidos por el hígado, el bazo, la médula ósea o morir en los tejidos periféricos donde llevan a cabo muchas de sus funciones. Hay en promedio de 5000 a 10 000 leucocitos/μL de sangre y gracias a sus propiedades sirven como defensa para combatir básicamente a los agentes infecciosos; una de ellas, la diapédesis, les permite atravesar las paredes de los vasos sanguíneos, por medio de movimientos parecidos a los de las amibas cuando entran bacterias al organismo; otra propiedad, la fagocitosis, les permite englobar a las bacterias o sustancias tóxicas. Cuando hay una lesión, los vasos sanguíneos se dilatan, llega más sangre a la zona afectada y produce enrojecimiento, dolor, calor y aumento de volumen; esta respuesta se llama infl amación y favorece la acumulación de leucocitos en la zona afectada; cuando además hay bacterias, se forma pus, que no es otra cosa más que muchos leucocitos con bacterias fagocitadas. Los linfocitos están relacionados con la producción de anticuerpos porque se transforman en plasmocitos (células plasmáticas), llamadas linfocitos B, y producen anticuerpos. Por su parte, los linfocitos T son producidos en el timo y están relacionados con la inmunidad celular. La disminución y el aumento del número de leucocitos se llaman leucopenia y leucocitosis respectivamente. Por lo general sólo circulan leucocitos maduros, pero cuando se producen en forma acelerada se pierde el control y se observan algunos con aspecto inmaduro.
Los eritrocitos sirven para transportar el oxígeno por medio de la hemoglobina.
3. Trombocitos o plaquetas: Se trata de fragmentos del citoplasma de células, son pequeños, sin núcleo y producidos por un tipo especial de célula de la médula ósea, llamado megacariocito; viven aproximadamente una semana y son destruidos por el bazo o la misma médula. Normalmente hay de 150 000 a 450 000/μL de sangre; Su función es la de ayudar a la formación del coágulo cuando se rompen o lesionan los vasos sanguíneos.
Los trombocitos o plaquetas ayudan a la formación del coágulo cuando se rompen o lesionan los vasos sanguíneos.
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Para llevar a cabo sus funciones, la sangre tiene que mantenerse líquida y en circulación dentro de los vasos sanguíneos. A fi n de cumplir con estas condiciones, está en un equilibrio dinámico entre los mecanismos que impiden su pérdida excesiva cuando se rompe un vaso: hemostasia y coagulación, y los mecanismos que inhiben estos procesos con el objeto de mantenerla líquida: anticoagulantes. Si por alguna circunstancia se rompe un vaso sanguíneo, se presenta la pérdida de sangre o hemorragia, de manera inmediata se desencadenan los eventos que restituyen la integridad del vaso afectado. Estos mecanismos pueden ser tisulares, vasculares e intravasculares, y al conjunto de todos ellos que actúan coordinadamente se le llama hemostasia, de tal manera que cuando se lesiona un vaso sanguíneo, de inmediato ocurre retracción y vasoconstricción que disminuye el flujo por el vaso y el tamaño de la lesión. La tensión del tejido circundante, que aumenta con la pérdida de sangre, detiene la salida de la misma y, mientras tanto, la lesión vascular y tisular inicia el proceso de coagulación que termina formando un tapón de fibrina que sella el orificio de la pared del vaso; luego se repara la pared vascular y el coágulo se disuelve. La coagulación es una sucesión de eventos muy complejos que se han descrito como una “cascada” de transformaciones bioquímicas, esto significa que una vez iniciadas no se pueden detener. Existen más de 15 factores que intervienen en la coagulación, algunos de ellos, como el calcio, son indispensables para que ésta se lleve a cabo. Aquí resumiremos la secuencia, que consiste en: liberación de tromboplastina del tejido lesionado o activación de la del plasma que actúa sobre la protrombina convirtiéndola en trombina; ésta, a su vez, cataliza la conversión de fibrinógeno a fibrina, que es una fina red de fibras en las que quedan atrapados elementos sanguíneos; la fibrina, junto con las plaquetas que se aglutinan son las partes fundamentales que refuerzan y consolidan el tapón hemostático; las plaquetas, posteriormente retraen el coágulo formado. Los inhibidores fisiológicos de la coagulación son principalmente la antitrombina, antitromboplastina y la heparina. Salvo esta última, el papel de las otras no está bien dilucidado. Cuando las paredes de los vasos sanguíneos tienen alteraciones como placas de colesterol en su interior, la sangre puede coagularse sin que se rompan las paredes de los vasos; al coágulo así formado se le llama trombo y la enfermedad recibe el nombre de trombosis, que afecta la circulación de la sangre. Si el trombo se desprende, forma un émbolo que, al ser arrastrado por el torrente sanguíneo, llega a obstruir algún otro vaso; la enfermedad resultante se llama embolia. La hemofilia es una enfermedad en que, por carencia de alguno de los factores de la coagulación, el coágulo se forma con lentitud o no se forma, con la consiguiente pérdida de sangre cuando hay una lesión. Esta enfermedad genética está ligada al sexo y se produce por una alteración en uno de los cromosomas X, de ahí que las mujeres generalmente la transmitan y los hombres la padezcan. La sangre tiene como funciones transportar oxígeno, bióxido de carbono, sustancias nutritivas, sustancias de desecho, hormonas, enzimas y células que nos protegen, así como mantener la integridad de los vasos por medio de la coagulación.
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