Sistema Endocrino
yoltzinitzam9 de Septiembre de 2012
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INTRODUCCIÓN
El envejecimiento produce cambios en numerosos órganos y sistemas, entre ellos el endocrino. La secreción de varias hormonas disminuyen con la edad, como la hormona de crecimiento (Growth Hormone, GH), las hormonas sexuales cuyo declive es abrupto (estrógenos en la mujer) o paulatino (testosterona en el hombre), La función tiroidea también decae y la función pancreática se altera, mientras las hormonas del eje suprarrenal muestran cambios menos sustanciales.
SISTEMA ENDÓCRINO
Está formado por un grupo de órganos muy integrados y ampliamente distribuidos, que orquestan un estado de equilibrio metabólico u homeostasis entre los diversos órganos del cuerpo y que está constituido por una serie de glándulas carentes de ductos.
Las glándulas más representativas del sistema endocrino son la hipófisis, la tiroides y la suprarrenal.
Los trastornos del sistema endocrino producen hipofunción e hiperfunción por varios mecanismos:
• Conversión defectuosa de pro-hormonas a hormonas activas
• Deficiencia enzimática de las células blanco
• Alteración de los receptores, efectores y sistema de respuesta.
• Degradación hormonal alterada
• Producción ectópica de hormonas (Rodríguez et al. 2000)
Glándula hipófisis
Se encuentra en la base del encéfalo, en los límites de la silla turca, en proximidad con el quiasma óptico y los senos cavernosos. Es un órgano pequeño el cual aumenta su tamaño durante el embarazo. Está formado por dos componentes morfológicamente y funcionalmente distintos: el lóbulo anterior (adenohipófisis) y el lóbulo posterior (neurohipófisis). (Robbins 2000)
La adenohipófisis secreta seis hormonas y la neurohipófisis dos hormonas.
Las hormonas de la adenohipófisis intervienen en el control de las funciones metabólicas de todo el organismo. La hormona de crecimiento (hGC), la hormona estimulante del tiroides (tirotropina, TSH), la prolactina (PRL), la corticotropina (ACTH), la hormona estimulante de los folículos (FSH) y la hormona luteinizante (LH). Figura 1
Las hormonas secretadas por la neurohipófisis, desempeñan otras funciones. La hormona antidiurética (vasopresina) y la oxitocina. (Guyton et al. 2001)
Figura 1. Glándula hipófisis
Deficiencia de GH en el adulto
La hormona de crecimiento (GH) en el viejo disminuye moderadamente en su secreción; su principal efecto en esta etapa es la conversión de la masa ósea y muscular.
El cuadro clínico consiste en una reducción de la masa corporal magra, incremento de la masa magra con depósito selectivo de grasa visceral intraabdominal y aumento del índice cintura: cadera. El contenido mineral del hueso disminuye, por lo que aumenta las fracturas. (Harrison 2012)
Deficiencia de FSH y LH
La maduración de los folículos se redice con una consecuente baja de los estrógenos. Merma el estradiol y se incrementa la hormona estimulante del folículo (FSH).
El agotamiento de los ovocitos desencadena una disminución de estrógenos e inhibina (hormona secretada por el ovario, que inhibe la producción de FSH y LH). Varios años antes de la menopausia la inhibina disminuida eleva la FSH durante todo lo largo del ciclo, lo cual desencadena un desarrollo folicular muy rápido, que acortan los ciclos menstruales.
Cuando disminuye el número de folículos, la producción estrogénica también lo hace y no alcanza los niveles necesarios para disparar la secreción de LH, por lo que los ciclos son anovulatorios, y se presentan más fácilmente ciclo irregulares, con fase luíteica corta o anovulación, con estimulación estrogénica sostenida sin oposición, que puede desencadenar hiperplasia endometrial.
Al desaparecer los folículos que responden a las gonadotropinas desaparece la producción hormonal y, con ella, la menstruación.
A pesar de la escasez de los folículos la mujer menopaúsica produce estrógenos, y las células del estroma ovárico y las células suprarrenales producen androstenediona y testosterona, que es convertida por los musculos y tejido graso en estroma y estradiol.
Función endócrino del ovario en la posmenopausia
Cuando no hay una respuesta hormonal por parte del ovario, la hipófisis secreta una mayor cantidad de FSH y LH, ante lo cual el ovario produce androstenediona y testosterona.
La menopausia se puede considerar como un fenómeno fisiológico de naturaleza protectora, ya que resguarda a la mujer contra una reproducción indeseable (graves riesgos para la madre y alta tasa de alteraciones cromosómicas o genéticas en los hijos). (Sáenz 2009)
Función endocrina del varón
Varios investigadores han descubierto que después de los 50 años de edad existe una disminución gradual en la concentración total de testosterona sérica, debido a un aumento de la SHBG (sex hormone binding globulin). Histológicamente disminuye la respuesta de las células Leydig a la hGC. También se ha notado incremento compensatorio gradual de los varones de la LH sérica.
En cuanto a los andrógenos endógenos, se sabe que las concentraciones séricas de testosterona libre son un factor determinante de la densidad ósea, lo cual se ha reportado en varones con fracturas en donde los valores de T y DMO (densidad mineral ósea) están francamente disminuidos. (Ahued et al. 2003)
Desde el punto de vista clínico se puede comprobar la perdida de energía y la motivación, con un incremento concomitante de la actividad intelectual, la memoria y la orientación espacial. La presencia de fatiga, depresión, cambios emocionales, irritabilidad y debilidad muscular, disminución del deseo sexual y dificultad para lograr y mantener una erección eficaz, reducción de las erecciones nocturnas, disminución de la satisfacción sexual, reducción del volumen y fuerza de la eyaculación, disminución del vello corporal y alteraciones en la piel. (Sáenz 2009)
Glándula tiroides
Con los años la tiroides se vuelve más fibrosa y nodular. Disminuye la secreción de T4. La conversión de T4 a T3 se ve reducida mientras que la conversión reserva esta incrementada. Con los años, aumenta a tendencia a presentar nódulos tiroideos así como la incidencia de fenómenos autoinmunes contra el tiroides. Tabla 1. Interpretación de las pruebas de función tiroidea (Paulo 2002)
La palpación de la tiroides en el anciano puede ser difícil por obesidad, cifosis cervical y cambios en la pared torácica secundarios a la edad.
Tabla 1. Interpretación de las pruebas de función tiroidea
Enfermedad no tiroidea
Enfermedad no tiroidea o síndrome del eutiroideo enfermo, se refiere a los trastornos del trasporte y el metabolismo periférico de las hormonas tiroideas, así como de la regulación de la secreción TSH como consecuencia de enfermedades graves, traumatismos físicos y estrés fisiológico. Las enfermedades que la causan son sepsis, cáncer, quemaduras, desnutrición, diabetes mellitus mal controlada, evento vascular cerebral, insuficiencia cardiaca e insuficiencia hepática.
La concentración de TSH permanece normal, excepto en los pacientes que reciben dopamina o glucocorticoides, fármacos que reducen el nivel sérico de TSH.
Hipotiroidismo
Se define como un déficit de disponibilidad de hormona tiroidea en los tejidos diana.
La anormalidad está localizada en la glándula tiroides y encontraremos una TSH elevada con niveles bajos de T4 libre. Una forma más leve de este cuadro es el llamado hipotiroidismo subclínico, caracterizado por una TSH elevada y una T4 normal.
Mucho menos habitual es el hipotiroidismo central, llamado secundario si el problema está en la hipófisis, o terciario si se localiza en el hipotálamo. En esta situación encontraremos la TSH y la T4 bajas.
La causa más frecuente de hipotiroidismo primario adquirido es la tiroiditis crónica autoinmune (TCA) caracterizada por la pérdida de tejido tiroideo funcionante.
La histopatología muestra una infiltración linfocitaria focal o difusa y fibrosis de la glándula. Existe una forma bociosa (enfermedad de Hashimoto) y una forma atrófica (mixedema atrófico). Es más frecuente en mujeres y existe una clara predisposición genética a padecerla. La segunda causa más frecuente de hipotiroidismo es el secundario a radiación o ablación quirúrgica del tiroides. La radiación puede haber sido externa, por tumores de cabeza y cuello o por el tratamiento de un hipertiroidismo con radioyodo.
Los fármacos son otra causa frecuente de hipotiroidismo, bien por interferencia en la producción de hormonas o por mecanismos autoinmunes. La amiodarona, de uso frecuente en el anciano, el litio y los antitiroideos son los más comúnmente implicados. Algunos agentes quimioterápicos o el alfa-interferón también pueden inducirlo.
El hipotiroidismo central es casi excepcional en los ancianos, y se debe a una alteración anatómica o funcional de la hipófisis y/o el hipotálamo. Generalmente es consecuencia de tumores (primarios o metastásicos), radiación externa, infecciones, traumatismos o cirugía.
Manifestaciones clínicas
Es típica la piel seca, intolerancia al frío, letargia, ganancia de peso, voz ruda, bradicardia,
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