Sistema Estomatognático

Sistema Estomatognático

Corresponde al conjunto de órganos encargados de las funciones de respiración,

succión, deglución, habla y fonación. Los órganos que lo componen son: Óseos:

cráneo, huesos de la cara, hueso hioides, laringe, maxilar superior, mandíbula, paladar

óseo. Músculos: músculos masticatorios, músculos de la expresión facial, músculos de

la lengua, músculos del velo del paladar, músculos de la faringe y músculos del cuello.

(Mallma Huamani, 2012)

Estas estructuras y funciones, dependiendo de los estímulos a los cuales se vean

expuestos y al uso propiamente tal que tengan, pueden desarrollarse armónicamente

o por el contrario generar un desarrollo patológico. (Podadera Váldez, Flores Podadera, & Rezk

Díaz, 2013)

Según la OMS - Organización Mundial de la Salud, las maloclusiones (Alteraciones

estructurales y funcionales del Sistema Estomatognático) ocupan el tercer lugar de

prevalencia dentro de las patologías en Salud bucodental, luego de la caries dental

y de la enfermedad periodontal. La mayoría de los pacientes afectados muestran

evidencias de esta patología desde la infancia y pueden ser asociadas de forma directa

con hábitos bucales. (Medina, 2010)

Son diversos los profesionales vinculados a la intervención de los pacientes con

alteraciones del Sistema Estomatognático, por lo tanto, los planes de tratamiento

involucran acciones multidisciplinarias donde participan el otorrinolaringólogo,

fonoaudiólogo, kinesiólogo y el ortodoncista, entre otros. (Zaragoza-García & Rizo Ibarra,

2012)

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ISSN-L: 1657-2513 Areté

Las afectaciones en este Sistema están dadas por los

biotipos esqueletales craneofaciales, los cuales presentan

características estructurales que son el resultado de la expresión

genética manifestada en el crecimiento y desarrollo de todas las

personas. Las características de cada clase esqueletal explican las

modificaciones funcionales asociadas a la bioestructura, como las

relacionadas con la deglución, masticación, respiración y habla. En

concreto se puede afirmar que una maloclusión provoca un efecto

negativo en la calidad de vida de las personas. (Villanueva, Moran,

Loreto Lizana, & Palomino, 2009)

Para comprender esta temática se debe analizar el crecimiento

y desarrollo cráneo facial desde la infancia, entendiéndolo como

multicausal y susceptible a estímulos mecánicos y funcionales.

(Hernández Molinar, Goldaracena Azuara, Zermeño Ibarra, & Mariel, 2011). Desde

antes del nacimiento, nos vemos sometidos a estímulos de todo

tipo: sensoriales, mecánicos, funcionales del medio ambiente, etc.,

los cuales determinarán nuestro posterior desarrollo, por ejemplo,

la respiración, la cual se considera normal cuando es nasal y

anormal cuando la respiración se realiza por la boca. En esta

última condición la lengua adopta una posición baja para permitir

el paso del aire, originando una serie de estímulos negativos que

afectan las funciones del Sistema Estomatognático. (Freire Salazar,

2012)

La respiración bucal se manifiesta cuando el conducto nasal

está obstruido o es inadecuado para el intercambio respiratorio,

por lo tanto, la podemos clasificar según sus causas como

Obstructivas por presencia de un obstáculo que impide el flujo del

aire por la nariz o nasofaringe (ejemplo: adenoides hipertróficos,

amígdalas palatinas hipertróficas.), o como Funcionales cuando se

establece el hábito de utilizar la vía oral, aunque se ha quitado la

obstrucción. (Freire Salazar, 2012)

Ambas causas traerán consigo consecuencias sobre el

desarrollo del Sistema Estomatognático. Una vez instalado el

patrón de respiración bucal los menores emplean estrategias

compensatorias para adecuar las funciones alteradas que presentan

producto de los estímulos negativos

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